Opel sigue enchufada a su estrategia eléctrica que contempla una versión electrificada en cada uno de sus modelos de aquí a 2024. Hace unas semanas ya probamos el nuevo Opel Corsa-e y ahora toca probar el segundo de los pilares maestros de la firma del rayo: el nuevo Opel Grandland X Hybrid4, o lo que es lo mismo, la versión híbrida enchufable del todocamino compacto.
Surgido ya bajo el paraguas del Grupo PSA, el Grandland X PHEV surge en un momento dulce para los todocaminos medios enchufables, con un montante de rivales que va aumentando progresivamente y entre los que se encuentran veteranos de éxito como el Mitsubishi Outlander PHEV (prueba) o nuevas espadas como el Ford Kuga PHEV (prueba). Ahora bien, resulta curiosos que los contendientes de mayor calado a los que tendrá que enfrentarse han nacido de la misma matriz gala: Citroën C5 Aircross Hybrid, Peugeot 3008 Hybrid4 o DS 7 Crossback E-TENSE 4x4 (prueba). Por tanto, ¿qué aporta este Grandland X Hybrid4 frente al resto de primos hermanos?
Opel Grandland X Hybrid4: poderoso ahorrador
La respuesta más evidente sería fidelidad a la marca, pues la trayectoria de Opel es tan dilatada que sus fans son defensores a ultranza de sus modelos. Sin embargo, durante esta prueba del Opel Grandland X Hybrid4hemos comprobado que hay otras muchas variables a tener en cuenta. Podríamos empezar por el diseño, pero las variaciones estéticas son tan escasas que es de recibo que comencemos por lo que hemos percibido al conducirlo. Si bien la ruta ha sido de poco más de 100 kilómetros y la mayoría de ellos han discurrido por autopista, la conclusión es clara: este Grandland X Hybrid4 padece de bipolaridad. Entiéndase que lo decimos como virtud y no como queja ya que el todocamino alemán con enchufe es capaz de brindarnos la aceleración más fulgurante y el consumo de combustible más contenido.
¿Cómo es eso posible? Gracias al sistema híbrido que equipa y que le dota de una potencia conjunta de 300 CV y de un consumo medio homologado de 1,4 l/100 km. Yendo por partes, ese potencial se consigue combinando el motor de gasolina 1.6 Turbo de 200 CV con dos motores eléctricos: uno delantero de 110 CV y otro trasero de 113 CV que, sin unión física entre ambas. A ello se une una caja de cambios automática de tipo convertidor de par de ocho relaciones (la EAT8 del Grupo) y una batería de iones de litio de 13,2 kWh de capacidad con la que poder llegar a recorrer hasta 59 km en modo cero emisiones.
En resumidas cuentas: no solo es el más ahorrador sino que también se convierte en el más potente de toda Opel y, además, es el único de su gama que cuenta con tracción total. Con dichas cartas de presentación, ¿qué puede salir mal?Sinceramente, nada. Así lo hemos comprobado durante la prueba en donde quizá los datos de consumo homologados son algo optimistas (ya sabemos que pese al ciclo WLTP la medición de los híbridos enchufables hay que cogerla con pinzas), pero al final con lo que nos quedamos es que solo hemos gastado 4,5 l/100 km y hemos podido recorrer casi la mitad del tiempo utilizando de una u otra manera su entramado eléctrico.
Cierto es que la prueba ha discurrido mayoritariamente por autovía y autopista, pero hay que resaltar su gasto. ¿Cuál ha sido nuestra manera de conseguirlo? Activar el modo Hybrid y dejar que actúe de manera automática alternando entre los diferentes motores en función de la demanda de nuestro pie derecho. No obstante, el conductor puede forzar tanto el empleo de los bloques eléctricos cambiando al programa Electric, así como disponer de todo el potencial del coche activando el modo Sport. Adicionalmente y para aquellas situaciones de baja adherencia cuenta con un modo 4WD (exclusivo de esta versión) que siempre mantiene activo el motor eléctrico trasero para evitar pérdidas de motricidad.
Que pongamos entre paréntesis “exclusivo de esta versión” se debe a que el Hybrid4 no es el único integrante de la gama enchufable del Grandland X. El SUV alemán también opta por ofrecer una versión más asequible en precio y menos prestacional en rendimiento que nuestro protagonista. Bautizada como Hybrid la única diferencia es que suprime el motor eléctrico trasero reduciendo, por tanto, la cifra total de potencia hasta los 225 CV. La autonomía eléctrica, curiosamente, también se reduce aunque tampoco en exceso pues homologa 55 kilómetros.
Así va el Grandland X Hybrid4
De acuerdo, todo esto está muy bien, de verdad, pero ¿cómo va? Os seguiréis preguntando algunos. Pues realmente bien. Ya hemos mencionado lo ahorrador que puede llegar a ser a lo que además añadiríamos que puede comportarse como todo un deportivo. Porque los 300 CV están ahí y le hacen correr mucho, en serio. No en vano, es el Grandland X más rápido en realizar el 0 a 100 km/h: 6,1 segundos, alcanzando también los 235 km/h de punta.
Eso en línea recta, donde además se muestra como un auténtico rodador cuando circulamos por vía rápida. Si salimos a una carretera revirada también sorprende por efectivo. Aquí el papel de la tracción total se torna como indispensable para tener un mayor aplomo en algunas curvas más cerradas y compensar así los 375 kilos de más frente a la versión de gasolina de 180 CV. La dirección es precisa, la suspensión es firme pero cómoda; solo un tacto del freno esponjoso (como es habitual en este tipo de coches) evite que tengamos toda la confianza a la hora de ser contundentes en las detenciones.
El entramado eléctrico se convierte en un actor indispensable tanto para conseguir el bajo consumo como para otorgarle es excelente rendimiento. Si decidimos circular en modo 100% eléctrico solo conseguiremos los 59 km de autonomía homologados si tocamos algo de ciudad. En carretera abierta a velocidades legales y en un trayecto de 100 km recorreremos casi la mitad del mismo con la energía de la batería. Ahora bien, has de saber que esta nunca llega a descargarse por completo y siempre se guarda algo de energía para así poder alimentar sus motores en caso de que la situación lo requiera.
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En caso de que no dispongamos de más batería para rodar por sí misma, podremos cargarla de dos maneras. En marcha, bien mediante el modo B de la palanca de cambios que aumenta la intensidad del sistema de regeneración de la frenada (no llega a encender las luces de freno pero sí podemos llegar a coger el punto de detenernos sin pisar el freno) o activando el modo eSave que nos permitirá recuperar/mantener 10 o 20 km e incluso cargarla al máximo convirtiendo al 1.6 Turbo en generador. Opción que solo aconsejamos si es de obligada necesidad disponer de dichos rangos, pues veremos cómo el gasto medio se eleva hasta cifras que superan los dos dígitos.
El otro modo de cargarla, en parado y conectándolo a un enchufe. Aquí, los tiempos de carga oscilan entre la hora y 50 minutos de un wallbox de 7,4 kW (la carga máxima que admite es de 6,6 kW) o las 7 horas y 10 minutos de una toma doméstica de 1,8 kW. Entre medias, las 4 horas de un enchufe de tipo Greenup que dé 3,7 kW.
Lo reconocerás por…
¿Creías que no te íbamos a contar en qué cambia? Pues no. No vamos a engañarte, de pasada te costará diferenciarle de cualquier otro hermano de combustión aunque a poco que afines la vista verás que en las taloneras laterales así como en el portón trasero se han colocado logos identificativos, mientras que en el paso de rueda lateral izquierdo se ha sumado la toma de carga. Además, permite tintar el capó en negro (previo pago de 600 €) combinándose así con el techo que también pintado en dicho color. Otro elemento que se ve desde el exterior aunque pertenece al interior es el LED que se coloca en el retrovisor interior que se torna azul cuando se circula en modo Electric. Una solución inédita en el sector que no tiene mucha utilidad ahora pero sí en un futuro cercano cuando las zonas restringidas limiten de verdad el paso a todos aquellos vehículos que no circulen en modo cero emisiones.
En el habitáculo las modificaciones son algo más visibles ya que nos encontramos con un cuadro de relojes específico con un dial izquierdo que muestra el porcentaje de potencia, un ordenador de a bordo con el esquema del flujo de energía o los dos diales indicativos para l gasolina y para la batería. La pantalla central también suma menús exclusivos a los que se accede mediante un comando con el rayo y en los que se puede consultar el flujo energético, el histórico de consumo, la programación de la carga o acceder al menú de activación del modo eSave. El resto permanece invariable.
Si hablamos de habitabilidad, más o menos igual porque mientras que la zona trasera no sufre penalización alguna, el maletero sí ve mermada su capacidad. El responsable, la colocación de la batería bajo los asientos, que provoca que se pierdan 124 litros frente a un Grandland X de combustión, ofreciendo así 390 litros. Es una capacidad justa para un vehículo de su tamaño (4,47 m) pero nos consolamos por tener unas formas regulares y, sobre todo, por disponer de un compartimento bajo el piso ideal para guardar los cables.
En resumidas cuentas
Que Opel entre se afiance en la electrificación es algo que no nos pilla de nuevas. La versión que hemos probado reúne los argumentos suficientes para entrar en el top de ventas actual. Por rendimiento y, sobre todo, por economía de combustible lo consigue. A ello le acompaña además una dotación de serie elevadísima, consecuencia de adherir el nivel más alto de la gama, Ultimate. Ahora bien, pese a lo atractivo que es tener aparcado en el garaje el Grandland X más potente de todos y el único con tracción total de toda la gama, los 45.575 € de los que parte una vez sumamos los 7.850 € de descuento propuestos por la marca se nos antojan algo elevados.
Somos conscientes de que la media de rivales con este potencial oscila en este precio, pero lo decimos porque seguramente muchos clientes pongan sus miras en el Grandland X Hybrid que además puede asociarse a un acabado Selective bien dotado de base y cuyo precio, aplicando los 6.600 € de descuento comercial, se queda en 36.925 €. Tarifas a las que de momento se pueden sumar los 2.600 € del Plan Moves 2020, aumentando así el atractivo económico de ambas versiones.
Pero más allá de la variable del precio, que evidentemente no podemos dejar pasar, como decimos, la versión de la prueba, el Opel Grandland X Hybrid4, te deja con una buena sensación de boca general. Eso sí, ojo con ser demasiado generoso con el acelerador y querer disponer siempre de los 300 CV. No solo se aleja de su filosofía creadora, sino que lo acabarás notando en el consumo.
Ficha técnica Opel Grandland X Hybrid4 Ultimate | ||
Motor | Cilindrada | 1.598 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia máxima | Motor de combustión: 200 CV a 6.000 rpm Motor eléctrico delantero: 110 CV Motor eléctrico trasero: 113 CV Totales: 300 CV |
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Par máximo | 520 Nm | |
Alimentación | Tipo | Inyección directa, turbo e intercooler |
Transmisión | Caja de Cambios | Automática con convertidor de par 8 velocidades |
Tracción | Total | |
Suspensión | Delantera | McPherson Resorte helicoidal Barra estabilizadora |
Trasera | Paralelogramo deformable Resorte helicoidal Barra estabilizadora |
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Frenos | Delanteros | Discos ventilados |
Traseros | Discos | |
Dimensiones | Longitud | 4.477 mm |
Anchura | 1.856 mm | |
Altura | 1.609 mm | |
Distancia entre ejes | 2.675 mm | |
Maletero | Volumen | 390-1.598 litros |
Peso | Peso | 1.875 kg |
Prestaciones | Velocidad máxima | 235 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h | 6,1 seg | |
Consumo | Combinado | 1,2 l/100 km |
Velocidad baja | 8,8 l/100 km | |
Velocidad media | 5,7 l/100 km | |
Velocidad alta | 5,8 l/100 km | |
Velocidad muy alta | 7,6 l/100 km | |
Emisiones | Emisiones de CO2 | 28 g/km Euro 6 |
Precio | Precio oficial | Desde 45.575 euros |