Veni, vidi, vici. Con esta locución latina de Julio César podíamos resumir la vida del mítico Alpine A110 Berlinette, el ancestro del coche de la prueba, el Alpine A110 2018 Première Edition, del que, como hemos comprobado, no solo toma su nombre. Vino al mundo, en 1961, de la mano de Jean Rédélé, aquel jefe de un taller de Dieppe que seis años antes fundó la marca y creó el primer vehículo de producción de ésta: el Alpine A106. Vio la competencia, la cual pudo mirar cara a cara, y en más de un caso, por encima del hombro. Y venció fuera de las pistas por su belleza y dentro de ellas por su rendimiento, ganando dos Rallyes Monte Carlo y alzándose con el Campeonato de Constructores del Mundial de Rallyes en 1973; por algo está entre los mejores Renault de la Historia...
Treinta años después, cual Ave Fénix, ha renacido de sus cenizas. El camino no ha sido fácil, pero después de varios intentos y gracias al esfuerzo de Renault, está entre nosotros. Tras una larga espera, el resultado, a la vista está, ha merecido la pena. Y es que solo hay que echar un vistazo a este atractivo biplaza para darse cuenta del grandísimo trabajo que han hecho Antony Villain (perfil) y su equipo de diseño. Porque han creado un coche con una imagen que embelesa, aún manteniendo más que acertadamente los trazos del vehículo clásico.
Sus cuatro ópticas frontales, esta vez con tecnología LED, son inconfundibles. También la nervadura en forma de flecha de su capó. Y por si existe alguna duda, ahí tienes la palabra Alpine en letras plateadas debajo de ella, como el primigenio, para aclararlo.
Su perfil podría estar a la par de la sensualidad que irradiaba la joven Brigitte Bardot. Tan bello como ella. Tan francés como ella. Porque Alpine quiere dejar claro que su savoir faire proviene del país galo, como exponen las dos banderas tricolores alojadas en los pilares posteriores -también en el interior, en los paneles de puertas y en los grafismos de la instrumentación-, que ocultan unas tomas de aire que se encargan de refrigerar el motor. Las llantas de 18", donde también ha primado la ligereza, son obra de Otto Fuchs.
Y la zaga, cómo no, es totalmente A110 Berlinette. Mantiene las mismas proporciones que el clásico, pero se le ha añadido unos pilotos LED con diseño en X e intermitentes dinámicos, un escape trapezoidal y un difusor funcional que equipa una serie de aletas que se encargan de mantener el vehículo bien pegado al suelo. La luna curvada es otro de los sellos de identidad que no podían faltar; pero es que, además, se encargan de enfatizar los pasos de rueda traseros.
Ha crecido, sí, porque ahora ahora tiene una longitud de 4.180 mm, una anchura de 1.798 mm y una escasa altura de 1.252 mm, por los 3.851 mm, 1.471 mm y 1.130 mm, respectivamente, del Berlinette, pero sigue siendo un coche realmente compacto. También realmente bajo, aunque se hayan añadido 12 centímetros. Los 544 kg del automóvil original también se quedan lejos de los 1.080 kg del actual -peso para la versión base, que aumenta a 1.178 kg en el caso de la de la prueba, Alpine A110 2018 Première Edition-, pero es de alabar el enorme empeño que han puesto los ingenieros en reducir el peso al máximo.
En los tiempos que corren, donde la tecnología lastra cualquier vehículo, es prácticamente imposible encontrar un vehículo que ronde la tonelada. Pues los de Dieppe lo han conseguido con una plataforma construida íntegramente en aluminio, con una carrocería que combina este ligero material con el plástico reforzado de la tapa del maletero y el capó o con el composite del techo. No podía faltar en esta fiesta la fibra de carbono, repartida por todo el habitáculo.
Un habitáculo más espacioso de lo que aparenta y cuyo acceso no es del todo complicado, a pesar de que sus excelentes bacquets tapizados en Alcantara y piel y firmados por Sabelt -lástima que no se pueda regular ni el respaldo ni la banqueta en altura- casi rozan el suelo. Una vez acomodado en ellos observo su moderno interior, donde, por suerte, y a pesar de haber sido adoptados de algunos modelos Renault, los botones son físicos. Se nota que Alpine ha tomado atención por todos los detalles, porque los pocos plásticos duros no enturbian la buena calidad percibida que ofrece la fibra de carbono y el aluminio de algunas molduras, el cuero con patrón en rombos de los paneles de las puertas, que adoptan la bandera francesa, el tapizado con pespuntes azules del salpicadero o los plásticos en el color de la chapa.
Se suma la pantalla multimedia de 7" tipo tablet y la consola flotante, con un amplio, pero insuficiente, hueco porta objetos debajo de ella. Mención aparte merece su volante, forrado en Alcantara en su parte superior e inferior, cuero con pespuntes azules en sus extremos, y guía en la misma tonalidad. Eso sí, sigo maldiciendo su forma achatada, aunque en este tipo de coches con espacio más justo la veo algo más lógica; lástima que Renault no se haya inspirado en el volante original... Detrás de él se halla una pantalla TFT de 10" que hace la labor de cuadro de instrumentos. Es configurable, ofrece de forma clara toda la información necesaria y presume de diferentes y elaborados grafismos que se alternan dependiendo del modo de conducción elegido. No es tan lujoso como un Porsche 718 Boxster (prueba) o un Audi TT (prueba en versión RS cabrio), pero tampoco aspira a serlo.
Porque el coche de la prueba, el Alpine A110 2018 Première Edition, tiene modos que alteran la dirección, la entrega del motor, la respuesta del cambio, los controles de estabilidad y tracción y el sonido del escape. No, no me he olvidado de la suspensión, que no es adaptativa, pero sí, heredada de la competición. Esta formada por unos eficientes dobles triángulos, algo que resulta más barato, pero también más ligero.
https://youtu.be/ItJspx0KTa0
Un gran botón rojo, toda una declaración de intenciones, situado en la consola es el encargado de comenzar a estimular su motor. Le acompañan los del cambio automático, única opción disponible. Es de doble embrague y siete velocidades y trabaja asociado al motor 1.8 Turbo que se 'esconde' tras el eje trasero. Genera 252 CV a 6.000 rpm y me brinda todo su par máximo desde muy abajo, 2.000 rpm, y hasta las 5.000. Podría decirte que lo mejor de él es su sonido, pero a pesar de lo logrado que está y de que es capaz de envenenarme con su melodía, te estaría mintiendo. Porque por lo que destaca este bloque es por su respuesta, siempre acompañada de la mejor composición musical, eso sí. Es capaz de acelerar con una velocidad pasmosa, estirando casi hasta el corte sin desfallecer y dando toda su rabia a partir de las 3.500 vueltas.
El cambio de marchas se reproduce mecánicamente cuando mis dedos tocan las levas que están situadas en la columna de la dirección, algo que no es del todo de mi agrado, ya que en virajes rápidos me obliga a quitar la mano del volante para pulsarla. No existe la posibilidad de subir o bajar de relación mediante una palanca, puesto que Alpine solo ha instalado botones, tres para ser exactos: D, N y R. Pero en rapidez le ganan muy pocos, porque las transiciones las realiza velozmente.
En 4,5" he alcanzado los 100 km/h y en 23,2" he dejado atrás el kilómetro. Eso en línea recta, donde es una bala. Pero es que en curva se comporta aún mejor. Ausente de inercias, su bajo centro de gravedad y su excelente reparto de pesos -44/56-, logrado con el acople del motor delante del eje posterior y el depósito de combustible detrás del delantero, el Alpine A110 2018 Première Edition de la prueba devora los virajes. No pierde tracción y la dirección, precisa y con más peso en modo Sport, mete el morro donde debe, mientras que la zaga se pega al suelo, siempre y cuando no fuerces las cosas más de lo debido. Por este motivo hay que alabar el trabajo realizado sobre este ligerísimo biplaza, con motor central trasero y propulsión.
https://youtu.be/EPRoTNw9M9o
Los cambios rápidos de dirección se suceden curva tras curva, más o menos cerrada, porque es aquí donde este coche, también por su ligereza, se siete más a gusto. Y también el conductor, porque el tiempo de conducción se convierte en tiempo de diversión. Y más si cada vez que suelto gas, un petardeo recuerda qué coche tengo entre manos. Y más si cada vez que acelero y levanto el pie, el sonido de la válvula del turbo me demanda más emociones...
No echo en falta una suspensión neumática que pueda controlar a golpe de botón, puesto que la del Alpine A110 impide que la carrocería balanceé, sin sacrificar la comodidad a bordo. Obviamente no esperes que filtre las irregularidades de la calzada como una berlina, pero mantiene el tipo en carreteras rotas sin que sea un 'romperiñones' como la del (prueba) Alfa Romeo 4C.
Y si de meterlo a circuito se trata, el Alpine A110 2018 Première Edition de la prueba no se arruga. Ponemos el modo Track y el ESP se convierte en un 'salvavidas' más permisivo, dándole manga ancha a la trasera, aunque siempre atento por si tiene que intervenir... A no ser que lo desconectemos por completo con el botón físico que existe para tal fin. Además, gracias al sistema Alpine Telemetrics, la pantalla del navegador nos mostrará, en tiempo real, valiosa información, como la presión del turbo, la temperatura del agua y del aceite o la potencia y par generados. También los tiempos por vuelta, que podrán ser almacenados junto a otros datos técnicos.
No tengo más que buenas palabras para la firma de Dieppe. Tras probar el Alpine A110 2018 Première Edition puedo decir que la compañía francesa ha creado un vehículo precioso, que con su imagen rinde un merecido y acertado homenaje al A110 Berlinette. Pero es que, además, está a la altura de su antepasado en lo que a rendimiento se refiere. Es ligero, preciso y rápido; da igual si es en curva o fuera de ella. El problema lo tiene su capacidad de carga -dos maleteros: 100 litros delante y 96 detrás- y su elevado precio, 61.500 euros. Pero es cierto que no encontrarás en el mercado algo tan completo con sus características...
A destacar | A mejorar |
Imagen | Bacquets no regulables en altura. Tampoco su respaldo |
Sonido | Algunos mandos provienen de modelos Renault |
Repuesta en curva | Visibilidad trasera y sin cámara |
Ficha técnica Alpine A110 2018 Première Edition | ||
Motor | Cilindrada | 1.798 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia Máxima | 252 CV / 6.000 rpm | |
Par Máximo | 320 Nm / 2.000 - 5.000 rpm | |
Transmisión | Caja de Cambios | Automática, 7 velocidades, doble embrague |
Tracción | Trasera | |
Suspensión | Delantera | Paralelogramo deformable, resorte helicoidal, barra estabilizadora |
Trasera | Paralelogramo deformable, resorte helicoidal, barra estabilizadora | |
Dimensiones | Longitud | 4.180 mm |
Anchura | 1.798 mm | |
Altura | 1.252 mm | |
Distancia entre Ejes | 2.420 mm | |
Alimentación | Tipo de Alimentación | Inyección directa. Turbo |
Peso | Peso | 1.178 kg |
Prestaciones | Velocidad Máxima | 250 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 4,5 seg | |
Consumos | Urbano | 8,2 l/100 km |
Extraurbano | 5,0 l/100 km | |
Combinado | 6,1 l/100 km | |
Emisiones | Emisión CO2 | 138 g/km (Euro 6) |
Precio | Precio final | 61.500 euros |
¡Absolutamente espectacular! y con un color deslumbrante, no sé que es mejor el interior o el exterior. Desde luego es un coche que a todo mundo le gustaría tener. Este año las marcas sehan dejado la piel por sacar al mercado los mejores coches y en especial en lo que se refiere a innovasión y diseño https://www.top10motor.com/category/pruebas-de-coches-nuevos/
Un saludo.