Como fan incondicional de Top Gear, he de confesar que el Alfa Romeo 4C Spider que acabo de poner a prueba estaba en mi lista de indispensables desde que el mismísimo Jeremy Clarkson probara la versión coupé en el programa de la BBC y la versión descapotable en la última temporada de The Grand Tour, su nuevo show. Pese a la polémica que siempre rodea al cuestionable Jezza, he de admitir que no se quedó corto en halagos al 4C, algo que he podido vivir en primera persona durante la última semana.
Su silueta, sus líneas, su diseño… todo enamora en el exterior del Alfa Romeo 4C Spider. Es un coche pasional que apega al lado más irracional del ser humano. Desde el frontal, con su parrilla triangular característica de los productos de Alfa, los faros con fondo en carbono, el pilar A del mismo material, las pequeñas pero musculosas puertas que terminan en dos entradas de aire para el vano motor, los tiradores de las puertas, un claro guiño a sus hermanos mayores, los Ferrari, la tapa del motor que parece esconder un gran V8, y los faros traseros LED sobre el descomunal difusor con doble salida de escape, son sus principales rasgos, mientras que las preciosas llantas de aleación cubriendo las pinzas de freno amarillas con el logotipo de la compañía italiana, así como su techo de lona desmontable, son todos los detalles que necesitas para reconocerlo.
Y el interior es otro claro ejemplo de por qué los italianos son los mejores diseñadores del mundo. El volante con fondo plano y dos únicos radios horizontales cubiertos de cuero con costuras visibles y levas para el cambio, el cuadro de instrumentos totalmente digital, el salpicadero orientado al conductor, el selector DNA para los modos de conducción y los espectaculares asientos de cuero negro con costuras en amarillo y el logotipo de Alfa Romeo bordado en el reposacabezas. Todo parece perfecto, hasta que accedes al habitáculo. Plásticos duros, ausencia de material insonorizante y algunas partes adoptadas directamente de otros modelos de Fiat, como los aireadores, la palanca del freno de mano, los espejos retrovisores y las diferentes palancas que encontramos tras el volante, todo ello acompañado de sutiles crujidos y ruidos.
Además, no tiene guantera tradicional, tan solo unas bolsas tras los asientos y una pequeñísima guantera situada en la sección que divide el compartimento del motor y el habitáculo, mientras que el maletero es de apenas 105 litros, se sitúa junto al motor y no está bien aislado del calor. Dios, ni un simple apoyabrazos. Pero todo esto tiene explicación. Alfa Romeo se ha centrado en reducir el peso lo máximo posible, ya que no tendría sentido fabricar un vehículo sobre un chasis de fibra de carbono si el resto de componentes ‘prescindibles’ van a hacer que el ahorro de peso no sirva de nada. Y es que desde Milán han querido que nos sentemos a los mandos de un precioso Spider con alma de kart.
Su motor, en disposición central justo por delante del eje trasero, es un cuatro cilindros 1.7 TBi sobrealimentado de 241 CV con 350 Nm de par motor. A éste se asocia una transmisión automática de doble embrague y seis relaciones que se gestiona a través de cuatro interruptores en la consola central, como los modelos Abarth, o mediante las levas situadas tras el volante. La potencia se canaliza en su totalidad al tren posterior, mientras que un peso de 1.040 kilogramos (995 kilogramos en el coupé) hace que las sensaciones al volante sean lo más destacado en el Alfa Romeo 4C. Además, es capaz de pasar de cero a 100 km/h en 4,5 segundos y de alcanzar una velocidad punta de 257 km/h.
Abro la puerta para realizar la primera prueba con el Alfa Romeo 4C Spider y me tengo que agachar bastante para acceder a su habitáculo ya que tan solo mide 1.189 mm de altura. Es complicado acceder a la cabina. Una pierna, te dejas caer sobre el asiento (cuidado con la cabeza) y pasas la segunda pierna. Lo primero que noto es la calidad de los acabados. Se ha querido reducir tanto el peso que los materiales empleados, a excepción de la carísima fibra de carbono, transmiten una sensación de estar en un coche muy barato. Paso de analizar en detalle cada panel, o los tiradores de las puertas, una simple tira de cuero, para centrarme en lo que es capaz de transmitir este coche.
Los pedales están situados en posición casi vertical y, al ser los asientos tan bajos, la posición al volante es como la de un coche de carreras, con las piernas totalmente estiradas. Giro la llave y despierto al motor, quien me avisa de que está preparado gracias a su descomunal sonido -¿seguro que lleva un motor de cuatro cilindros?-. Un suave toque al acelerador y ya empiezo a percibir las primeras sensaciones. Arrancamos, ya que las maniobras son complicadas en parado al carecer el 4C Spider de dirección asistida, y la suspensión es tan dura que notas casi cualquier irregularidad sobre el terreno. Los cambios de marcha, en modo totalmente automático, son bruscos y el sistema de escape petardea y gruñe cada vez que reducimos para pasar los innumerables badenes de mi localidad.
Salir a carretera abierta con el Alfa Romeo 4C Spider puede ser un cúmulo de placer o de castigo, depende de cuál sea el destino y el objetivo de tu paseo. La dirección es tan directa que el más mínimo movimiento del mismo lo percibe el vehículo y, además, nada de florituras al volante, siempre con las dos manos en él. El selector de modos DNA me permite contar con tres configuraciones diferentes -Dynamic, Neutral y All Weather-, de los cuales apenas percibimos diferencias al pasar de uno a otro, a excepción del cambio de color en la pantalla digital del cuadro de instrumentos.
Sin embargo, es rabioso, directo, agresivo y efectivo en el modo Dynamic; es más contenido y manso en el modo All Wheather; y busca el equilibro en el modo Neutral, aunque no puede evitar dejar no dejar de lado su carácter puramente deportivo. Sientes cada reducción de marcha, cada aceleración, el soplido incesante del turbo y la válvula de descarga aliviando el exceso de presión cuando levanto el pie del acelerador. La rotundidad de los potentes frenos con discos ventilados de 305 mm en el tren delantero nos ayudan a mantenerlo todo bajo control, al igual que los neumáticos deportivos. El paso por curva es muy ágil, fruto del reparto de pesos 40/60, de su avanzado bastidor y de la suspensión de paralelogramo deformable en el tren delantero y de tipo McPherson en el tren posterior, ambos de resorte helicoidal y con barras estabilizadoras, lo que impide que podamos llevar el coche a los límites de la física fuera de circuito.
Aún me cuestiono cómo ha conseguido Alfa Romeo crear un coche así en pleno siglo XXI, es decir, cómo ha conseguido ofrecer un producto a los más entusiastas y amantes de la conducción más pura, un coche sin tecnología, sin asistentes, sin ayudas, sin ningún ángel de la guarda que interfiera entra la máquina y el conductor en una época en la que se premia, por desgracia, que un vehículo cuente con infinidad de gadgets y se deje de lado disfrute al volante. Además, el Alfa Romeo 4C Spider es ese coche que todo el mundo mira, que llama la atención con el mero hecho de estar aparcado en la calle, un ejemplo de que no necesitas un KTM X-Bow, un Ariel Atom o un BAC Mono para disfrutar en circuito y en la calle.
Pero no todo es perfecto en el 4C Spider. Dejando a un lado sus magníficas sensaciones al volante, el deportivo de la firma italiana tiene muchos detalles que mejorar. En primer lugar, el viento accede al interior cuando no llevamos el techo de lona, a cualquier velocidad, rebotando lo que debería ser un paravientos y accediendo al interior, lo que hace que se vuelva algo molesto con el paso de los kilómetros. La insonorización es un arma de doble filo, ya que te permitirá disfrutar del sonido del motor, pero también de cualquier sonido molesto que no queremos escuchar a menudo, la calidad de los materiales del habitáculo contrasta con la abundante fibra de carbono que lo rodea, y luego está su precio. Desde 79.550 euros no es una cifra al alcance de todos los bolsillos.
Por ese precio no tienes navegador, asistentes a la conducción, tecnologías de seguridad, dirección asistida, insonorización del habitáculo, diferentes soluciones de conectividad, asientos cómodos ni un coche ‘apto’ para el día a día. Por ese precio cuentas con todo lo que necesitas para volver a disfrutar de la conducción. Puedes volver atrás en el tiempo, pero aplicando las mejoras dinámicas modernas y disfrutando de la efectividad de la que ya solo hacen gala unos pocos vehículos, como el Porsche Cayman GT4 (prueba) o el incondicional Mazda MX-5 (prueba).
Dos de cada tres días cuestionarás sus carencias, pero el tercero darás las gracias porque Alfa haya vuelto a sus orígenes y ofrezca el 4C a los que amamos y disfrutamos de la conducción. Es irracional, es ilógico, es emocionante y divertido. La razón te dirá que te olvides y el corazón que lo compres. ¿A quién harás caso?
A destacar | A mejorar |
Conducción | Precio |
Motor y dinámica | Calidad Interior |
Diseño | Conducción descapotado |
Ficha técnica Alfa Romeo 4C Spider |
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Motor | Cilindrada | 1.742 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia Máxima | 241 CV / 6.000 rpm | |
Par Máximo | 350 Nm / 2.200-4.250 rpm | |
Transmisión | Caja de Cambios | Automática doble embrague, 6 velocidades |
Tracción | Trasera | |
Suspensión | Delantera | Paralelogramo deformable, Resorte Helicoidal, Estabilizadora |
Trasera | McPherson, Resorte Helicoidal, Estabilizadora | |
Dimensiones | Longitud | 3.989 mm |
Anchura | 1.864 mm | |
Altura | 1.189 mm | |
Distancia entre Ejes | 2.380 mm | |
Alimentación | Tipo de Alimentación | Inyección directa, Turbo, Intercooler |
Peso | Peso | 1.040 kg |
Prestaciones | Velocidad Máxima | 257 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 4,5 seg | |
Consumos | Urbano | 10,1 l/100 km |
Extraurbano | 5,1 l/100 km | |
Combinado | 6,9 l/100 km | |
Emisiones | Emisión CO2 | 161 g/km |
Precio | Precio final | 79.550 euros |
Fotos: Álex Aguilar
Se que siempre es más caro un coche abierto que un coupe,pero aqui se han pasado no?,como se justifican estos 13.000€ (aprox) que hay de diferencia entre el spider y el coupe?
Hola Joan Miquel,
La justificación es difícil de encontrar, pero existen diferentes factores que debes tener en cuenta. El primero son los refuerzos que tiene el chasis debido a la ausencia de techo rígido, lo que supone un extra en diseño y en desarrollo. Por otro lado, el mecanismo desmontable del techo, que añade peso sobre la versión coupé; y luego el factor de que se trata de un coche descapotable, lo cual lo hace claramente más caro que su homónimo de techo rígido. Por último, también fue lanzado aproximadamente un año más tarde que el 4C Coupé, lo que supone que es algo más novedoso y, por consiguiente, más costoso de adquirir.
Un saludo!