La prueba del Mercedes-AMG G63 2018 me ha dejado una sonrisa fijada en la boca durante horas. ¡Qué aparato! La verdad es que suelo ser crítico cuando una marca renueva un mito, como es el Mercedes Clase G: la pureza y particularidad de uno de los todoterreno más salvajes y míticos del mercado hacía que todos estuviéramos con cierto recelo. ¿Mantendrían el espíritu del G pero mejorándolo? Sin duda, algo tremendamente complicado.

Prueba Mercedes-AMG G63 Edition 1 lateral

Cuando lo vimos por primera vez, respiramos todos un poco más tranquilos: el aspecto mantenía la robustez y sensación de tanque con ruedas de anteriores generaciones, pero con detalles modernos que actualizaban la imagen con acierto. Pero no te confundas: estamos hablando de un coche totalmente nuevo, tomando detalles clásicos como el chasis de largueros y travesaños o ciertos detalles que son un icono en el Mercedes Clase G, como los intermitentes sobre el capó o el cierre de puertas sólo asumible a la primera tras desayunar un buen tazón de Cola Cao.

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Prueba Mercedes-AMG G63 2018: ¡una obra de arte!

La prueba del Mercedes-AMG G63 2018 empieza, y lo primero que hago es maravillarme con la solución creada por Mercedes. ¡Sigue pareciendo un Clase G! Su esencia es exactamente la misma, reconocible al instante: ¡eso era algo que no podía perder! Y es que el Clase G estaba sufriendo una segunda juventud, mejorando las ventas año tras año, pese a que la anterior generación era un auténtico tractor para ser el rey en off-road pero un auténtico torpón sobre asfalto.

Mercedes-AMG G63 Edition 1

Creo que en este punto debo dar mi experiencia con este coche. Mi padre me regaló uno cuando yo no sumaba más de cuatro años. Desde entonces, el Clase G siempre ha sido uno de mis coches favoritos. Hace algo más de un año pude probarlo a fondo por primera vez y debo reconocer que, pese a que el coche me seguía fascinando, me di cuenta que era un coche desfasado en todos los aspectos: a nivel dinámico, a nivel de detalles de interior, de habitabilidad. Un coche con muchas carencias, especialmente para tratarse de un producto de más de 100.000 euros.

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Un todoterreno con más de 30 años a sus espaldas es normal que sufra en elementos más orientados al confort o al refinamiento. En Mercedes tenían claro cómo mejorar el producto: mejorar el lujo y refinamiento en el interior, el dinamismo al volante y perfeccionar su capacidad off-road. ¿En serio se podía hacer algo así? Dicho y hecho. A veces nuestras súplicas son escuchadas. El resultado no puede ser más apetecible.

Mercedes-AMG G63 Edition 1: para los más sibaritas

El Mercedes-AMG G63 2018 de esta prueba es tremendamente especial. Luce el paquete de equipamiento Edition 1, que se reserva a los pedidos realizados durante el primer año de vida del coche. Es un paquete caro, cuesta algo más de 25.000 euros, pero incluye elementos estéticos para llevar al nuevo Clase G a la estratosfera: llantas de 20 pulgadas en acabado oscuro con el ribete en color rojo, retrovisores con detalles en ese mismo tono, pegatinas en la parte inferior de las puertas y un interior del cuero de la mayor calidad, con costuras rojas y acabado en rombos y quizás lo más curioso: una fibra de carbono con detalles en rojo. ¡Claro!

Mercedes-AMG G63 Edition 1 fibra de carbono roja

Estéticamente es imponente: la versión tocada por AMG luce elementos más interesantes, como la parrilla panamericana o unas mayores tomas de aire en el paragolpes. La cuádruple salida lateral le dota de ese aire macarra que tanto nos gusta. Sin duda, entra por los ojos: detalles robustos clásicos con toques deportivos perfectamente ajustados. ¡Los faros full LED delanteros ponen el toque de modernidad justo! No se me ocurren peros en el aspecto exterior.

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Pero sin duda, el salto más brutal ocurre puertas adentro. No puedo evitar sonreír al abrir la puerta y seguir sintiendo ese chasquido tan característico de los Mercedes de los 80. ¡Es una obra de arte del marketing haber mantenido ese elemento! A partir de ahí, los 80 no son más que un recuerdo. ¡Ahora sí parece un coche de más de 100.000 euros! El diseño del interior es clásico pero todo está realizado con una gran calidad y con detalles tecnológicos a la altura de un coche del Siglo XXI.

Lujo y tecnología en el interior del nuevo Mercedes-AMG G63

Prueba Mercedes-AMG G63 2018 Raúl Salinas
A nivel dinámico el salto hacia adelante es salvaje: ¡no es un deportivo pero ya no tiemblas ante una curva!

Su doble pantalla es perfecta tanto por información recibida como por calidad de imagen. El volante AMG de cuero perforado es fantástico y los asientos, de lo mejor que he probado últimamente. ¡Cómo ha cambiado! Mires donde mires, el Mercedes-AMG G63 2018 de la prueba da sensación de calidad. Me gustan muchos detalles, como por ejemplo los aireadores del sistema de climatización, con un diseño y un acabado muy interesantes, o el espectacular sonido de audio Burmeister con unos altavoces que podrían ser obras de arte en sí mismas.

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faro Mercedes-AMG G63 2018Sabía que Mercedes aquí no iba a defraudar. Toca empezar la prueba del Mercedes-AMG G63 2018, la más dura. Hundo el pedal del freno y presiono el botón de arranque. El V8 de cuatro litros derivado del Mercedes-AMG GT cobra vida con un ronroneo que hace que tu sonrisa crezca en tamaño. ¡Bien!

Solamente hace falta mover el volante para darse cuenta que el coche ha cambiado por completo. La anterior generación contaba con una dirección de recirculación de bolas, enfocada a un uso off-road pero absolutamente pésima en un uso sobre asfalto, con nula sensibilidad y poca eficacia. Hoy la cosa cambia por completo: el coche gira de fábula y se siente con muchísima más confianza para tomar una curva con seguridad. ¡Cómo el día y la noche!

Una mole de 2.500 kg, un alto centro de gravedad y una bomba bajo el capó siempre requiere respeto en un primer momento. Cautela. Voy despacio pero el salto evolutivo es bestial, probablemente el más exagerado que he probado en mi vida. El coche se siente estable y seguro, la dirección guía con precisión y amigos, cada vez que rozas el acelerador el coche responde al instante.

Mercedes-AMG G63 Edition 1 interior

Prueba Mercedes-AMG G63 2018: ¡un motor salvaje!

El motor es una maravilla: da igual que lo pruebes en un superdeportivo radical como el AMG GT R, el un súper GT como el Aston Martin DB11 V8 de esta prueba o en un todoterreno para cruzar el Orinoco. ¡Es un motor fantástico! Su respuesta, su manera de entregar la potencia, lo bien integrada que está la sobrealimentación para ofrecer una respuesta progresiva y brutal que recuerda a los grandes atmosféricos de la marca. ¡Puro espectáculo!

Mercedes-AMG G63 Edition 1 off-road

Llega una larga recta y decido desbocar a la bestia. Hundo el pedal derecho y el morro se levanta que asusta. Parece que quiera despegar. El tarado de la suspensión es algo más firme en esta versión firmada en Affalterbach, pero es evidente que no es un coche para rodar en Nürburgring. Los movimientos de masas son evidentes, tanto cuando aceleras a fondo como cuando tomas una curva. Algo tan alto y tan grande con tanta potencia requiere atención y precaución.

Porsche una vez instaló el motor V8 del 928 en un Mercedes Clase G

Lo mismo ocurre con los frenos: son grandes pero no son cerámicos y su poder de frenado no está a la altura de la salvajada de motor que lleva en sus entrañas. Además, con ese peso, no quiero ni pensar cómo pueden llegar a la parte baja de un puerto de montaña en una conducción más alegre. ¡Lo dicho! No es un coche para irse de tramo.

Prueba Mercedes-AMG G63 Edition 1 trasera

Es probablemente el todoterreno de lujo definitivo. No tuve oportunidad para machacarlo en off-road, una de las tres patas donde en Mercedes afirman que más ha evolucionado el coche. De todos modos, creo que esta versión AMG no está tan orientada a un uso en campo, aunque con el triple bloqueo de diferencial, reductora y ‘modo G’, tiene que sobrevivir con soltura.

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Mercedes ha dado en la tecla: creo que es la mejor evolución que he visto en mi vida. Resucitar el alma del Mercedes Clase G no era tarea sencilla, pero se han sacado de la manga un producto redondo. Estéticamente impecable, emocionalmente conquistador, con un interior lujoso y tecnológico y un motor de auténtico infarto. Quien busque un todoterreno de 200.000 euros y quiera renunciar algo a refinamiento para optar por el romanticismo de la historia y una gran capacidad todoterreno, creo que no tiene otra opción más que ir a un concesionario de Mercedes y poner todo su dinero sobre la mesa.

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