Desde hace unos años a esta parte, la búsqueda de una alternativa eficiente a los combustibles tradicionales se ha recrudecido, surgiendo de estos esfuerzos soluciones como la hibridación a medio plazo y el coche eléctrico como un remedio consolidado para el futuro de la industria. Sin embargo, a corto plazo también existe alternativas que no todos los fabricantes están explotando y que suponen un gran ahorro para el consumidor final. De estas soluciones a corto plazo son de las que te quiero hablar con la prueba del Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC.

Los planes de futuro de Skoda hasta 2025

Existen muchos falsos mitos que involucran al Gas Natural Comprimido (GNC) como una fuente de energía inestable, insegura, con la cual se aprecian cambios en el comportamiento del vehículo o que cuyo mantenimiento es más elevado y, por ende, costoso. Todos ellos, leyendas urbanas. El GNC, que es un 90% metano, se distribuye en más de 40 estaciones de servicio específicas repartidas por todo el territorio español y destierra todos estos falsos mitos que rodean a los coches impulsados por gas, algo que he podido comprobar de primera mano durante mi prueba.

Prueba Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC estática trasera

El gas convence y se convierte en una alternativa real una vez recorres los primeros kilómetros. El GNC es la apuesta principal del Grupo Volkswagen, quien ya ofrece modelos de SEAT, Audi y Skoda impulsados por este combustible, aunque siempre combinado con gasolina, ya que para su utilización se lleva a cabo una conversión de un motor de gasolina tradicional. Uno de los puntos negativos de este tipo de combustible es que se pierde entre un 15 y un 20% de potencia, aunque de este aspecto hablaremos más adelante.

Un Skoda Octavia Combi por fuera, un ahorrador nato por dentro

Es difícil apreciar diferencias en el exterior de un Skoda Octavia Combi de gasolina y este Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC que he probado. Más allá de una placa en el portón del maletero donde se puede leer ‘G-TEC’, el Octavia Combi GNC es idéntico a su homólogo de gasolina. Encontramos una segunda boca de carga bajo la tapa del depósito de combustible para el gas, pero para ello tenemos que indagar, y en la luneta delantera la etiqueta de certificación ECO de la Dirección General de Tráfico que permite al coche no verse afectado por las restricciones por contaminación.

Prueba Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC estática frontal

En el interior se aprecian algunos cambios más, pero son tan sutiles como los del exterior. El sedán familiar de Skoda pierde el medidor de temperatura del líquido refrigerante en el cuadro de instrumentos en detrimento de un indicador de carga del depósito de GNC, añade algunas funciones al ordenador de a bordo para el consumo medio, la calidad del gas y la autonomía combinada entre gasolina y GNC, y nos permite buscar estaciones de servicio con el navegador a través de la pantalla táctil de 8 pulgadas del sistema multimedia.

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Por último, el gran cambio lo encontramos cuando abrimos el maletero (eléctrico en este caso) y removemos los revestimientos del suelo para descubrir que no hay rueda de repuesto tradicional. En su lugar ahora se sitúa un depósito de metal de gran resistencia que es el encargado de comprimir el gas para que conserve la autonomía real del vehículo a presiones de unos 200 bar. Sin embargo, el depósito ha sido diseñado para soportar el doble de presión y, además, integra una válvula de seguridad que liberará el gas a la atmósfera de forma controlada en caso de ser necesario.

Prueba Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC interior

De este depósito se alimentará, de forma predeterminada, el motor 1.4 TSI de 110 CV y 200 Nm del Skoda Octavia Combi GNC, siempre que haya gas en su interior. En la versión de gasolina, este propulsor entrega 125 CV y 200 Nm de par motor, pero también homologará 5,2 litros a los 100 km frente a los 3,8 litros en ciclo combinado de la versión de gas, así como unas emisiones de 120 g/km de CO2, mientras que el Octavia GNC las reduce hasta los 99 g/km. Esto se traduce en una reducción del 15% en emisiones de CO2 y un 80% en las de NOx, por lo que el gas es más limpio que la gasolina y el diésel en términos de emisión de partículas contaminantes.

Al volante del Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC

Estos datos sobre el papel suenan muy bien, pero, ¿es así en el mundo real? Para ello me dispongo a probar las bondades del Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC, el cual está disponible con cambio manual de seis relaciones, mientras que mi unidad de pruebas equipa la famosa transmisión automática DSG de doble embrague y siete velocidades, la cual no hace nada más que aumentar la sensación de efectividad de todo el sistema de propulsión alternativo.

Prueba Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC dinámica frontal

Pongo en marcha el motor, algo que siempre se lleva a cabo utilizando gasolina, lo que facilita el arranque y permite ganar temperatura rápidamente si se hace en frío. Apenas unos segundos han transcurrido desde que presioné el botón, cuando un testigo en verde me indica que se acaba de realizar la transición a GNC y que, a partir de ahora (y mientras haya gas en el tanque), me moveré sin gastar ni un litro del preciado combustible. Y esto, además, se realiza de forma casi imperceptible. Si afinas el oído puedes escuchar un sonido similar al que emite un inyector en el momento en el que se produce ese cambio de combustible, algo que dura una décima de segundo en el tiempo.

El cambio de gas a gasolina, y viceversa, se realiza de una forma sutil y casi imperceptible

Ni el motor cambia su sonido, ni se aprecia una merma de rendimiento. Es un coche con motor de gasolina impulsado por un gas almacenado en un depósito de 15 kilogramos de capacidad que tiene un coste de menos de 1 euro el kilo. Además, el consumo es entre un 30 y un 40% inferior cuando funciona con gas, lo que ha permitido que tras mi prueba la media de consumo se haya mantenido en 4,3 kg/100 kilómetros de gas y alrededor de los 6,5 litros a los 100 km de gasolina.

Prueba Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC dinámica trasera

La autonomía del gas ha llegado a ser de 360 kilómetros en autovía, reduciéndose a unos 300 kilómetros en un uso combinado, por lo que el coste final ha sido de unos 5 euros por cada 100 kilómetros recorridos con gas frente a unos casi 9 euros de gasolina para cubrir la misma distancia (teniendo en cuenta los precios actuales). Pero, no es solo en ahorro de costes de utilización donde destaca el Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC, ya que las emisiones son inferiores durante un rango de autonomía muy amplio que garantiza una utilización suficiente para el día a día, mientras que la recarga del depósito de GNC se realiza en tan solo unos minutos, una ventaja considerable frente a los híbridos enchufables, los cuales podrían ser sus rivales indirectos en esta carrera por la hibridación.

PRUEBA: Skoda Kodiaq 1.4 TSI 150 CV 4×4 DSG

Al volante, el Octavia GNC conserva los atributos propios de Skoda, con un interior amplio y confortable, buenos materiales y una completa dotación tecnológica con asistentes a la conducción, sistemas de seguridad y soluciones de conectividad, los cuales quedan integrados en uno de los sistemas de información y entretenimiento que más me convenció ya unos meses atrás después de ponerme a los mandos del Skoda Karoq (prueba). La conducción es muy confortable, invita a devorar kilómetros, mientras que su maletero ofrece 480 litros ampliables a 1.610 cuando se abaten los asientos (130 litros menos en ambas posiciones por la reducción de espacio que conlleva la situación del depósito de gas).

Prueba Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC maletero

Tanto los frenos como la dirección, muy directa, me han convencido. No lo ha hecho tanto la suspensión, un poco blanda que, si bien hace ganar en confort al Skoda Octavia, le reduce precisión en el paso de curva acusando un cierto grado de barqueo y unos cambios de apoyo algo más lentos de lo normal. Nuestra unidad no incluía modos de conducción, por lo que una vez equipados, se debería corregir sutilmente estas limitaciones en la suspensión. La transmisión DSG sí incluye, por el contrario, un modo deportivo que revoluciona más el motor y alude a un lado más deportivo, mientras que los cambios se pueden gestionar también mediante las levas sutilmente integradas a ambos lados del volante.

Otro de los aspectos en los que destaca el Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC de mi prueba es en el espacio que dedica el fabricante a las plazas traseras, donde pueden viajar tres adultos de manera cómoda, así como las diferentes soluciones Simply Clever de Skoda. Estas soluciones están ideadas para hacer más fácil el día a día a los propietarios de un vehículo del fabricante checo, con elementos como un paraguas integrado en la puerta, una linterna LED en el maletero, un rascador de hielo en la tapa del depósito y una papelera en la guantera de la puerta, entre otros.

Prueba Skoda Octavia Combi 1.4 TSI 110 CV GNC

Pese a que se produce la reducción de potencia por la conversión a GNC, el motor de 1.4 litros turbo mueve con soltura al Octavia Combi incluso cuando circula con varios pasajeros a bordo, mientras que las transiciones entre gasolina y gas, y viceversa, se realizan de una forma inapreciable. Skoda augura un rango de autonomía total de hasta 1.300 kilómetros, aunque durante mi prueba he podido llegar a los 1.000 kilómetros agotando parcialmente ambos depósitos. Estas cifras de autonomía sin repostar son más propias de un coche de gasóleo que de un gasolina, por lo que combinar las prestaciones de un coche de gasolina con el consumo de un diésel es factible gracias al gas natural comprimido.

Estamos pasando por alto una de las soluciones a corto plazo más interesantes de la industria. Tanto por su coste más bajo, su consumo reducido y por sus niveles de emisiones, el Skoda Octavia Combi GNC es una alternativa real que debe tener en cuenta todo aquel conductor que busque un coche prestacional sin poner en riesgo el consumo. De cara al futuro próximo, los fabricantes que ofrezcan este tipo de motorizaciones deberían desarrollar propulsores más potentes, siendo el ejemplo más claro el de Audi con su gama g-tron y el motor 2.0 TFSI de 170 CV.

A destacar A mejorar
Consumo Suspensión
Ahorro en costes Solo disponible motor 1.4 TSI
Maletero y conducción
Ficha técnica Skoda Octavia Combi 1.4 TSI GNC
Motor Cilindrada 1.395 cc
Cilindros 4 en línea
Potencia Máxima 110 CV / 4.800-6.000 rpm
Par Máximo 200 Nm / 1.500-3.500 rpm
Transmisión Caja de Cambios Automático, 7 velocidades
Tracción Delantera
Suspensión Delantera Tipo McPherson / Resorte helicoidal / Barra Estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal / Barra estabilizadora
Dimensiones Longitud 4.667 mm
Anchura 1.814 mm
Altura 1.462 mm
Distancia entre Ejes 2.680 mm
Alimentación Tipo de Alimentación Inyección directa / Turbo / Intercooler
Peso Peso 1.441 kg
Prestaciones Velocidad Máxima 193 km/h
Aceleración 0-100 km/h 11,1 seg
Consumos Urbano 4,6 l/100 km
Extraurbano 3,2 l/100 km
Combinado 3,8 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 99 g/km (Euro 6)
Precio Precio final Desde 25.602 euros

Fotos: Álex Aguilar

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