Vivimos en un mundo dominado por los SUV y el principal motivo de su éxito es su poderosa imagen: están de moda y cuanto más impresionantes son, mejor se venden. Por eso, esta prueba del SEAT Ateca FR 2.0 TDI 150 CV 4Drive la empiezo con cautela, más después de haber probado ya el Seat Ateca con el motor TDI de 150 CV: más o menos sé lo que me voy a encontrar, pero quiero saber si detrás de la versión FR hay algo más que una cara más bonita.
En el año 2017, el Ateca fue uno de nuestros todocamino favoritos: una imagen muy chula, un interior bien acabado y bien equipado y un comportamiento dinámico en carretera que está entre lo mejorcito del segmento. El SEAT Ateca FR de esta prueba supone un paso hacia adelante en el objetivo de ser un SUV muy capaz especialmente dentro del asfalto, un coche para viajar, cómodo y eficaz pero con la poderosa imagen de un todocamino y con unos centímetros extra que, ocasionalmente, te pueden salvar la vida fuera del asfalto.
Frente a mi, debo decir que esta versión del Ateca luce sensacional: pese a que el color gris es bastante discreto, las nuevas llantas de 19 pulgadas y un diseño fantástico, así como otros detalles como los bajos y los pasos de ruedas pintados en el color de la carrocería, la nueva parrilla frontal (parecida a la del SEAT Ibiza FR de nuestra prueba) o el difusor trasero pintado en color plata con la doble salida de escape hacen que, a nivel de imagen, sea de lo más potente del segmento.
Si quieres tener un toque más picante, puedes elegir entre la amplia paleta de colores metalizados con la que cuenta el Seat Ateca FR de esta prueba: especialmente interesantes son el color Naranja Samoa, el Rojo Velvet o el Azul Energy. De manera opcional (por 1.445 euros con llanta de 19 pulgadas) se puede optar por el SEAT Sport Line, pudiendo pintar las llantas de color rojo, plata, naranja o incluso azul. ¡Esta gente se ha vuelto loca! Todos estos detalles dejan claramente que esta versión quiere tener personalidad, quiere apostarlo todo a la imagen: las barras en el techo en acabado metálico o los emblemas FR hacen que no haya duda acerca de su origen deportivo. ¡O al menos esa es su intención!
En el interior, también llega con novedades: a la vista mejora con acabados metálicos o detalles chulos que vienen de serie como las costuras en color rojo o los asientos tapizados en Alcantara. Las siglas FR también están presentes en distintos lugares, como el volante, pero más allá de eso, la verdad es que no hay diferencias prácticas respecto a cualquier otro modelo de la gama: pura estética en todos los aspectos.
El Seat Ateca FR se puede elegir con cuatro motores: gasolina de 150 y 190 CV, y dos versiones diésel, también de 150 y 190 CV. Todos los propulsores, y esto es importante, pueden contar con tracción integral, mientras que el cambio automático DSG de siete velocidades es de serie en las dos versiones más potentes, las de 190 CV. Hoy, bajo mi poder tengo la versión que debería ser la más sensata y una de las más vendidas, y es la que hemos puesto a prueba: el SEAT Ateca FR 2.0 TDI de 150 CV con tracción integral 4Drive y caja de cambios manual. Promete un consumo medio de apenas 4,6 litros y sin duda ese será su principal reclamo para decantarse por esta versión.
Inicio la prueba del SEAT Ateca FR 2.0 TDI 150 CV 4Drive
Arranco mediante el botón en el centro del salpicadero y el motor de cuatro cilindros cobra vida con un ruido más presente en el exterior que en el interior. Hay que reconocer que se ha hecho un buen trabajo de insonorización y de reducción de vibraciones en el interior, pero aún así, es un motor algo áspero al ralentí. Debo decir que el tacto del cambio manual o el de los pedales metálicos me ha gustado mucho: meto primera y comienzo a rodar.
Una cosa que me agradó mucho del Ateca y que se vuelve a repetir en el SEAT Ateca FR es el aplomo de su pisada: me gusta su dirección bastante rápida y los 340 Nm de par desde las 1.750 vueltas hacen que hundir el pedal derecho se traduzca en una gran respuesta. Acelera de cero a cien en nueve segundos, negro sobre blanco, pero en la práctica esto se traduce en una respuesta que prácticamente siempre es satisfactoria y que será más que suficiente para quienes busquen un coche familiar para ir del ‘Punto A al Punto B’. ¿Lo malo? Pues que el motor tiene una vida bastante corta: a partir de las 4.000 vueltas olvídate, mientras que el sonido tampoco acompaña conforme se van subiendo revoluciones. Si quieres mayor refinamiento, a pesar de sacrificar algo el consumo, te recomiendo el motor 1.4 TSI de 150 CV.
Tal como me temía, la prueba del SEAT Ateca FR 2.0 TDI 150 CV 4Drive no está cambiando en exceso mi experiencia con este coche en cuanto a comportamiento dinámico. Creo que es peor que el del SEAT León 2017 (prueba), obvio por un centro de gravedad más elevado y más peso, pero dentro del segmento SUV, es de lo mejorcito: incluso en un puerto de montaña revirado te lo puedes pasar bien, siempre manteniendo a raya los balanceos y jugando con la dirección y el gas para evitar el subviraje: cuando le pillas el truco, su eficacia brilla y te termina convenciendo.
Dinámicamente es de lo mejorcito del segmento
Voy a lo mismo de siempre: no es un coche para ir de tramo, pero es un coche que se disfruta al volante y que hace que tus viajes por carreteras de curvas sean pan comido para cualquier conductor. Creo que la mecánica no es demasiado refinada, pero tiene dos cosas muy buenas y que podrán convencer a muchos: un consumo contenido y una respuesta a bajo y medio régimen muy buena. Es cierto que la tracción integral puede sumar algún litro respecto a algunos rivales con un motor semejante y tracción delantera, pero cuando llegue la nieve o la lluvia y busques ese plus de seguridad, tú reirás mientras otros llorarán.
Te soy sincero: en esta prueba del SEAT Ateca FR no pisé la tierra. Creo que este coche no es para eso, pese a contar con una altura libre de 189 mm y un ángulo de ataque de 20,6 grados y uno de salida de 25,5. Creo que es un SUV pensado eminentemente para un uso sobre asfalto, aunque puedes estar tranquilo, que si en un momento dado tienes que salir de él, puedes hacerlo sin morir en el intento: la tracción 4x4 aquí también puede echar un cable, mientras que los modos de conducción pensados para una conducción off-road pueden optimizar la gestión de la tracción integral y de los controles de tracción y estabilidad para salir airoso de una situación más o menos complicada.
Dicho todo esto, la pregunta del millón: ¿vale la pena pagar más por el SEAT Ateca FR? ¡Claro que sí! Para llegar a esta conclusión he ido al configurador de la marca y he elegido un Seat Ateca FR 2.0 TDI 4Drive y un Seat Ateca Style 2.0 TDI 4Drive. Misma potencia, misma tracción. Al mismo nivel de equipamiento, el ‘más barato’ termina siendo casi 1.000 euros más caro: ¡y eso sin incluir algunos detalles estéticos de la versión FR como las costuras rojas o la nueva parrilla más deportiva!
La estética, pura y dura, es protagonista en el SEAT Ateca FR: es su principal característica respecto a un Ateca normal, ya que sobre el asfalto las diferencias no son relevantes. Ahora bien: lo que deberás tener muy en cuenta es el extra de equipamiento de serie que incorpora esta versión y que lo hará tremendamente apetecible (y rentable) para aquellos que busquen un Ateca realmente bien equipado. ¡Una compra inteligente!
A destacar | A mejorar |
Imagen | Refinamiento de la mecánica |
Equipamiento | Pocas combinaciones |
Comportamiento dinámico | Motor/transmisión/tracción |
Fotos: Raul Salinas Automotive Photography