Hace una década era impensable no valorar, en muchos casos, la compra de un coche diésel como única opción. Sin embargo, todo cambió hace ahora tres años cuando el escándalo de las emisiones de los motores de gasóleo fue destapado y muchos gobiernos decidieron vetar a este tipo de vehículos. Pero esto también ha causado mucha incertidumbre entre los compradores, los cuales actualmente desconocen qué interesa más comprar, ¿diésel o gasolina?
Son muchos los gobiernos que les han declarado la guerra al diésel, como ocurre en Madrid y Barcelona, donde se prohibirá el paso a vehículos con motores de combustión debido a sus niveles de emisiones. Esto también ha provocado que muchos fabricantes hayan querido renunciar durante los últimos años a las motorizaciones de este tipo, donde ya se incluyen a Lexus, Toyota, Volvo, smart, Alfa Romeo, Fiat, Jeep, Maserati y Porsche.
¿Es tan malo el diésel como dicen?
A igualdad de condiciones, es decir, con dos coches de gasolina y diésel que cumplen con la normativa de emisiones actual (Euro 6), ¿es el diésel más contaminante? La respuesta es no, pero solo en emisiones de CO2, principal causante del efecto invernadero. Está demostrado que un coche diésel Euro 6 emite menos dióxido de carbono (CO2) que su homólogo de gasolina. Sin embargo, es en NOx (óxidos de nitrógeno) donde radica la principal diferencia.
Los motores diésel emiten NOx, un grupo de gases muy reactivos como el óxido nítrico (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO2) que contienen nitrógeno y oxígeno en diversas proporciones. Estas partículas son cancerígenas y afectan negativamente a las personas que lo inhalan al respirar. Por ello, los propulsores de gasóleo modernos están más restringidos en cuanto al tratamiento y la gestión de partículas contaminantes.
Un motor diésel incluye, además de los componentes habituales, una válvula de recirculación de gases de escape (EGR) y un filtro de partículas diésel (FAP) desde hace años. Al sumar estos componentes anticontaminación y obligatorios por los estándares de la Unión Europa, desarrollar un motor de gasóleo que cumpla con ellos y que, además, sea lo menos contaminante posible, se vuelve cada vez más complicado y costoso para los fabricantes.
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La actual normativa de emisiones Euro 6d-TEMP y el nuevo ciclo WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicles Test Procedure o Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros) que ha sustituido al menos realista NEDC (New European Driving Cycle) está obligando a que muchos coches de gasolina instalen los sistemas anti-emisiones antes mencionados, especialmente el filtro de partículas de gasolina.
Ahora bien, sabiendo que ambos motores necesitan emitir partículas resultantes de la combustión, la fiabilidad se vuelve otro factor determinante. Bien es conocida la fama de los motores de gasolina atmosféricos y de los diésel antiguos en cuanto a fiabilidad se refiere. La razón de esta afirmación es que no ofrecían tantos componentes ni sistemas electrónicos que los gestionaran, por lo que se reducen las posibilidades de sufrir una avería.
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También ha afectado el conocido downsizing, una técnica de reducción de cilindrada y la instalación de un turbocompresor para paliar la pérdida de potencia sufrida al disminuir el cubicaje del motor. Esta tendencia es la principal causante de la proliferación de los motores tricilíndricos, así como de unidades de cuatro cilindros con 1.2 litros de capacidad o similar.
¿Diésel o gasolina? Diferencias en costes
¿Diésel o gasolina? Los turismos equipados con motor diésel son de media un 10% más caros que los de gasolina, pero pueden generar un ahorro de más de 5.000 euros durante diez años en gasto en carburante, según se desprende de un informe de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam) sobre la conveniencia de comprar un automóvil con una motorización u otra.
El informe, al que tuvo acceso Europa Press, analiza el precio de los tres modelos más vendidos en España, y compara sus variantes diésel o gasolina. Concluye que el sobrecoste que se abona por la adquisición de un automóvil diésel sobre uno de gasolina es de 9,90%.
Así, en el caso del Renault Mégane (prueba), el sobrecoste se sitúa en el 9,41%, mientras que en el Citroën C4 desciende hasta el 5,28% y en el Seat Ibiza (prueba) llega hasta el 16%. Por ello, Ganvam precisa que la diferencia de precios varía sensiblemente en distintas marcas y modelos, y explica que el segmento del lujo queda fuera del análisis, pues los factores de compra son otros.
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En cuanto al coste de utilización de los vehículos durante su vida útil, que determinará si se amortiza o no el sobreprecio pagado por el diésel, la patronal de vendedores llama la atención sobre varios factores, como el gasto en carburante, las emisiones, el seguro o el mantenimiento. Así, en cuanto al coste del carburante, indica que el ahorro de un diésel respecto a un gasolina se sitúa en cinco años entre 2.500 y 3.600 euros, mientras que en un período de diez años este ahorro varía entre 5.000 y 7.200 euros, aproximadamente.
¿Diésel o gasolina? Qué interesa más
¿Qué interesa más, un coche diésel, gasolina o de otro tipo? Al final la elección se reduce a las necesidades particulares de cada tipo de conductor. Mediante las 10 claves para conocer el futuro de los vehículos diésel, los conductores que acaben de adquirir un coche de este tipo pueden estar más tranquilos. Los que estén pensando en su compra, también pueden valorarla positivamente, ya que la realidad es que en los próximos años no va a desaparecer el diésel, no al menos de una manera abrupta.
Como te decía, la elección de un coche diésel o gasolina depende del tipo de uso que vayamos a hacer. Actualmente no se recomienda la adquisición de un coche diésel si no se van a recorrer al menos 30.000 kilómetros anuales, ya sea por los costes que ello conlleva, como el mantenimiento y las reparaciones, así como el precio del diésel, el cual está aumentando como parte de unas medidas que el Gobierno está poniendo en marcha.
De este modo, para que sea rentable es necesario recorrer muchos kilómetros y sacar partido de la gran autonomía que ofrecen este tipo de vehículos. Un coche de gasolina tampoco interesa si la cifra de kilómetros va a ser tan alta, ya que el coste en combustible se dispara. Si vas a hacer un uso más elevado en ciudad, podría interesar una alternativa híbrida (eléctrico y gasolina) o de gas natural (GLP o GNC). Estos dos tipos obtienen la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico, y reducen considerablemente los niveles de emisiones contaminantes, así como el consumo.
¿Qué hay del coche eléctrico?
El coche eléctrico es el siguiente paso en la evolución natural de la industria automotriz, pero desgraciadamente se encuentra en una fase temprana de su desarrollo. Ya no es por culpa del coche o la labor que están haciendo los fabricantes, sino porque la infraestructura necesaria para abastecer a los eléctricos y que sean rentables en un uso cotidiano no es la adecuada de momento en España.
Los puntos de recarga pública escasean, los tiempos necesarios son demasiado elevados y la autonomía de un coche de este tipo es, en muchos casos, limitada para viajes de medio y largo recorrido. Las marcas están haciendo grandes esfuerzos en el desarrollo de los coches eléctricos, de sus sistemas de propulsión y de la tecnología de las baterías, pero la realidad es que el uso más inteligente de estos vehículos sigue siendo en ciudad y en desplazamientos cortos.
Aún quedan unos años de dependencia de los carburantes fósiles, por lo que debemos ser pacientes. La elección de un coche diésel o gasolina dependerá del uso que vayamos a hacer del vehículo y del número de kilómetros que recorramos anualmente. Debemos ser conscientes de estos dos aspectos para poder realizar una compra acertada.
