Vídeo: esto es lo que le pasa a un neumático a 620 km/h

El grupo de mecánicos y ‘youtubers’ ruso Garage 54 se ha hecho mundialmente conocido en los últimos años por sus geniales locuras técnicas, casi siempre con viejos Lada como protagonistas. Quizás los recuerdes de otros vídeos que tratan cuestiones candentes, como hasta dónde llega un coche con Coca-Cola en vez de gasolina o cómo se ve el aceite de motor a -30ºC. Ahora, vuelven por sus fueros con otro experimento tan interesante como estrambótico: ¿qué le pasa a un neumático a 620 km/h?

Como era improbable que ninguno de sus Lada fuera a alcanzarlos en carretera, los chicos del taller de Novosibirsk (Siberia) improvisaron un sistema alternativo. Primero, volvieron a separar dos vehículos que anteriormente habían soldado a lo largo, para hacer un solo coche ultraancho. Cosas muy suyas. Después, conectaron los motores de ambos a los ejes de salida de un eje rígido, y montaron la rueda en la brida del piñón diferencial, según se explica en el vídeo. Una configuración que permite hacerla girar a velocidades mucho más altas de lo que lo haría en condiciones normales, afirman.

Vídeo: así es ver cómo rueda un coche desde dentro del neumático

Y, finalmente, midieron las revoluciones con un tacómetro láser, que luego convirtieron al equivalente en kilómetros por hora. Al máximo de potencia, el resultado fueron unos impresionantes 620 km/h. Es decir, más del triple de lo que el neumático que usaron estaba preparado para aguantar. Ellos mismos advierten que lo más que puede resistir, según sus especificaciones, son 190.

rueda 620 km_h

¿Y las consecuencias de poner un neumático a 620 km/h? No hay que ser un genio para imaginárselas. Al llegar a esas brutales velocidades, el neumático, que está fijo, no sólo excava un surco en la tierra (hundiendo toda la estructura varios centímetros consigo), sino que empieza a hincharse y deformarse. Al analizarlo a posteriori, la gente de Garage 54 encuentra que su estructura interna ha vencido, por lo que está totalmente inutilizado.

Eso sí, el proceso es asombroso de ver… A pesar de que el final no sea exactamente sorprendente para un neumático obligado a alcanzar cifras que son más de un reactor que de un coche.

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