El Toyota GT86 2017 que pruebo es uno de esos coches de los que no te quieres bajar de lo entretenido que resulta ponerse tras su volante. No es un cohete en línea recta (aunque con 200 CV a tu disposición, sería injusto decir que es lento) pero sí es un deportivo en toda regla: bajo centro de gravedad, peso ligero, balanceos inexistentes, cambio manual y un propulsor atmosférico que envía su fuerza exclusivamente a los neumáticos traseros a través de un diferencial de deslizamiento limitado.

Ya había tenido ocasión de conducir este coche con anterioridad, tanto en el caso del modelo firmado por Toyota como el de Subaru (aquí puedes ver la prueba del Subaru BRZ). Ya entonces ambos me dejaron muy buenas sensaciones. Y ahora que han introducido ligeras pero importantes novedades, hago lo propio con el Toyota GT86 2017.

Empiezo con lo que se ve desde fuera, los cambios que cualquiera que sepa cómo era el anterior GT86 notará al instante. De entrada, llaman la atención los renovados faros delanteros con tecnología LED, que se sitúan sobre un paragolpes de formas más limpias y, para mi, más elegante. Quizá a simple vista no se aprecie, pero el capo es ahora incluso más bajito que antes.

Otro detalle del Toyota GT86 que pruebo que no pasa desapercibido son las rediseñadas llantas de aleación de 17 pulgadas de diámetro, que cuentan con 10 radios y una terminación que combina gris metalizado brillante y mate. En las aletas delanteras, donde en la versión previa encontrábamos los logotipos específicos del GT86 (dos pistones opuestos en referencia a su motor bóxer), ahora hay unas aletas que según Toyota, contribuyen a controlar el desplazamiento de la carrocería.

A esto último también ayuda el rediseñado alerón trasero, que queda situado sobre la tapa del maletero y no integrada en esta como en el anterior. Los cambios efectuados en los pilotos, así como en el aspecto del difusor hacen que visualmente parezca más ancho y bajo que antes y sin embargo, las cotas no varían.

Una vez dicho esto, descubramos las novedades que no se ven a simple vista. Los ingenieros de Toyota, con el legendario Akio Toyoda a la cabeza, han reajustado los amortiguadores, variado los muelles, aumentado el diámetro de la barra estabilizadora trasera y reforzado el chasis en puntos críticos, todo para conseguir que la conducción del Toyota GT86 2017 sea aún más precisa y ágil. Esto se percibe al volante especialmente sobre firmes irregulares, dónde se nota que ahora es más sólido y obediente a las órdenes del conductor.

Otra novedad significativa en el apartado dinámico es consecuencia de la introducción de un nuevo programa de conducción denominado Track. En el anterior GT86 podías activar el modo Sport del sistema VSC (el control electrónico de estabilidad), desactivarlo por completo, al igual que el control de tracción; en el nuevo Toyota GT86 puedes además disfrutar del modo Track con el que el vehículo es algo más permisivo pero siempre enfocado a la mayor efectividad posible.

Lo que no varía en absoluto es el propulsor bóxer de 2.0 litros, que sigue siendo el conocido bloque DOHC de 1.998 cc y 16 válvulas desarrolla una potencia máxima de 200 CV a 7.000 rpm y 205 Nm de par entre 6.400 y 6.600 vueltas. Una mecánica que gracias a la tecnología inyección directa de combustible D-4S de Toyota, logra unos consumos sorprendentemente bajos incluso cuando das rienda suelta a tu pie derecho.

La unidad de Toyota GT86 2017 que pruebo monta la estupenda caja de cambios manual de seis velocidades. Digo que es estupenda por su tacto preciso, sus cortos recorridos para pasar de una relación a otra y porque permite explotar mejor las prestaciones del motor atmosférico gracias a unos desarrollos más cortos en comparación con el automático. La prueba de esto último está en el registro del paso de 0 a 100 km/h, que en el manual se completa en 7,6 segundos y en el otro, en 8,2.

Está transmisión envía los 200 CV de potencia al tren posterior, que para garantizar una motricidad excelente y una mayor precisión de guiado, dispone de un diferencial de deslizamiento limitado tipo Torsen. Este dispositivo permite extraer todas las prestaciones del motor incluso en las curvas más lentas. Y si te gusta derrapar, es un aliado perfecto para prolongar el deslizamiento de la zaga a golpe de acelerador.

Por dentro, el GT86 2017 de la prueba parece un vehículo más lujoso y mejor rematado que antes gracias a que está unidad cuenta con el llamado Pack Piel/Alcántara, que añade una tapicería mixta de cuero y Alcántara, unos asientos delanteros calefactados y diferentes detalles decorativos y prácticos tapizados en Alcántara, como la visera del cuadro de mandos o las protecciones acolchadas que hay para las rodillas en el túnel de transmisión. Un detalle que me ha parecido de lo más acertado es que todo está acabado en negro, por lo que prácticamente no hay reflejos producidos por el sol.

El volante del GT86 también es nuevo y según Toyota, es el de menor diámetro montado en un vehículo de producción de la marca, con un total de 362 mm. Dispone además de nuevos botones para manejar el sistema multimedia Toyota Touch 2 & GO o la nueva pantalla ubicada en el cuadro de mandos, con el logo del GT86 presidiendo el centro. Eso sí, yo personalmente me quedo con el volante del anterior, que tenía un aspecto simple y sin botones que me recordaba al del legendario Toyota Corolla AE86 o al de la primera generación del MR2.

En cuanto al equipamiento, el nuevo GT86 únicamente se ofrece con un acabado denominado Sport, que puede completarse con unas pocas opciones, siendo las más significativas las ya mencionadas (el Pack Piel/Alcántara y el sistema Toyota Touch 2 & GO). Entre la dotación de serie, destaca los faros y pilotos de LED, el sistema de acceso y arranque sin llave, la pantalla TFT de 4,2 pulgadas del cuadro de mandos, los pedales de aluminio, el asistente de arranque en pendiente, el control de crucero o el climatizador automático con dos zonas.

En el mercado hay muy pocos vehículos que puedan ser una alternativa al deportivo de Toyota, pues la oferta básicamente se reduce al más potente Nissan 370Z (prueba), que aunque tiene un precio de venta muy similar es considerablemente más poderoso y gastón; y al Mazda MX-5 (prueba), tanto en versión normal como en el caso del MX-5 RF, que resulta más barato de adquirir y es igual de entretenido de conducir con la pega de que es menos práctico.

Tras haber probado todos estos modelos, tengo muy claro con cuál de ellos me quedaba: con el Toyota GT86. Y es que para mí es el que mayor equilibrio ofrece en todos los apartados, añadiendo un poco de practicidad (el maletero no está mal con sus 243 litros y se puede ampliar abatiendo los asientos traseros) con respecto a los dos japoneses mencionados y mantiene los costes de utilización a raya gracias a una mecánica eficiente.

A destacar A mejorar
Comportamiento Plazas traseras
Relación precio-diversión Acceso al habitáculo
Diseño Par motor escaso

Ficha técnica Toyota GT86 2017
Motor Cilindrada 1.998 cc
Cilindros 4 – Bóxer
Potencia Máxima 200 CV / 7.000 rpm
Par Máximo 205 Nm / 6.400-6.600 rpm
Transmisión Caja de Cambios Manual, 6 velocidades
Tracción Trasera
Suspensión Delantera Tipo McPherson / Resorte helicoidal/ Barra estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal/ Barra estabilizadora
Dimensiones Longitud 4.240 mm
Anchura 1.775 mm
Altura 1.285 mm
Distancia entre Ejes 2.570 mm
Alimentación Tipo de Alimentación Inyección mixta directa/indirecta
Peso Peso 1.297 kg
Prestaciones Velocidad Máxima 226 km/h
Aceleración 0-100 Km/h 7,6 seg
Consumos Urbano 10,4 l/100 km
Extraurbano 6,4 l/100 km
Combinado 7,8 l/100 km
Emisiones Emisión CO2 180 g/km
Precio Precio Oficial 35.290 euros (unidad probada)

Fotos: Álex Aguilar

1 Comentario

  1. Me gusta el artículo por lo bien que lo has sintetizado.
    Estoy pensando en comprar un gt 86 que me encanta, pero me parece que no es nada apropiado para el atasco en Madrid, ir al trabajo, ir de compras, etc. parece solo para el circuito (que no voy a ir) o para una carretera de montaña (iré poco).
    Quizá no sea un coche apropiado para mí y un BMW 220i coupé sería más sensato (pero no me dice nada)
    Comentar esto es lo que me ha faltado en tu artículo.
    Gracias por leerlo.
    Carlos

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