En 1965, Opel creó el primer concept-car de Europa, el Experimental GT, que tres años más tarde dio vida al precioso Opel GT, del que te dejamos aquí su prueba. También abrió el campo en estas lides al construir el revolucionario estudio de diseño situado en Rüsselsheim, que ‘sopla’ 59 velas y que se posicionó a la altura de los italianos fundados por Guiseppe Nuccio Bertone, Battista ‘Pinin’ Farina o Pietro Frua. Como curiosidad, decían que era más fácil entrar en la base militar estadounidense de Fort Knox que en el edificio N10, en el que trabajaban los diseñadores en sus proyectos secretos.
Precisamente hasta allí, ahora abierto de vez en cuando a periodistas del motor como yo, me he desplazado para conocer uno de sus últimos prototipos, el Opel Experimental. Y aprovechando que el Pisuerga no pasa por Alemania, he podido probar el Opel Rocks e-Xtreme.

Por primera vez, los diseñadores de la marca no han estado involucrados en un concept. No. Han sido varios estudiantes los que, mediante un concurso, han creado sus ideas más locas tomando como base el Opel Rocks-e. El ganador fue el trabajo de Lukas Wenzhöfer, alumno de 26 años de la Universidad de Diseño de Pforzheim/Baden-Württemberg, que de sus lápices y puntero nació el e-Xtreme.
Pero sí ha sido la marca la que, cumpliendo con su palabra, lo ha llevado a la realidad, creando el que, seguramente, es el one-off más radical de su historia.
El cuadriciclo ligero alemán ha dejado de lado su imagen de coche simpático perfecto para usar en ciudad, que puede ser conducido a partir de 15 años sin carné, para conseguir una más salvaje. Solo hay que echar un vistazo a cómo se han ampliado la vías, que en cuyos extremos encontramos unas ruedas de tacos perfectas para una conducción off-road.
Para salir de lo negro con total seguridad se ha acoplado una jaula antivuelco atornillada de forma externa, pintada en amarillo, bien chillón. Y para conseguir la mejor aerodinámica, o simplemente una estética más agresiva, equipa el alerón del Vectra GTS V8 del DTM, y que, además de estar fabricado en carbono, exhibe el número 00 en blanco y la palabra e-xtreme en azul turquesa, mismo color usado para bañar el logotipo que trae el Opel Vizor, que estrena luces LED rediseñadas.
Pulso el botón metálico con el dedo pulgar y la puerta se abre, pero de forma suicida. La del lado contrario, sí lo hace en el sentido habitual. Esta opción ha sido la elegida, igual que en sus hermanos de Stellantis, el Citroën Ami y el Fiat Topolino, para ahorrar costes.

Y de ello también te das cuenta al acomodarte en su espartano interior, ver su cuadro de instrumentos monocromo o las cintas de tela, que sustituyen a los tiradores, cual (prueba) Porsche 911 GT3 RS (992), solo que en el caso del del rayo, no se ha buscado aligerar peso, como en el de Stuttgart, sino la factura final. Para esa función sí que se ha creado mediante impresión 3D el visor y los guardabarros.
Al no estar homologado para circular en tráfico abierto, solo puedo moverme por los alrededores del edificio de Opel. Pongo el selector en D, y el coche se enciende. En parado su dirección es muy pesada, es ‘desasistida’. Este hecho se corrige en marcha.
En los primeros metros me doy cuenta de dos cosas, de que no veo sus ruedas, ni siquiera las traseras debido a esos pequeños retrovisores redondos de ciclomotor, y también de lo que corre este eléctrico con imagen atómica. La firma germana ha sacado el ordenador, lo ha enchufado y ha aumentado su potencia desde los 8 a los 16 CV. Lo que se mantiene inalterada es su velocidad punta, 45 km/h, que está limitada electrónicamente, pero el responsable que está sufriendo a mi lado me dice que podría llegar perfectamente a los 100.

La suspensión filtra bien las irregularidades, y eso que en ocasiones voy sobre adoquines. La delantera es de doble triángulo y está a la vista. Con ella y con sus anchos de vía mayores, el coche es muchísimo más estable. Seguro que recuerdas lo que le pasó a un Ami en la famosa curva de Loews del circuito de Mónaco…
Tras repetir dos veces el trayecto, pongo fin a esta prueba del Opel Rocks e-Xtreme, aunque podría recorrer 75 kilómetros gracias a su batería de iones de litio de 5,5 kWh. Pero parece que el encargado tiene prisa por bajarse, y yo por ir al aeropuerto, que aunque este coche parece vuele, no lo hace bajo.

Ficha técnica Opel Rocks e-Xtreme |
Motor |
Tipo |
Un motor eléctrico
síncrono de imanes
permanentes |
Cambio |
1 marcha
Automático |
Potencia máxima |
16 CV |
Par máximo |
N.D. |
Autonomía
WLTP |
Kilómetros |
75 km |
Batería |
Tipo |
Iones de litio / 5,5 kWh |
Tiempo de carga |
3 horas en enchufe de 220V |
Suspensión |
Delantera |
N.D. |
Trasera |
N.D. |
Frenos |
Delanteros |
N.D. |
Traseros |
N.D. |
Dimensiones |
Longitud |
N.D. |
Anchura |
N.D. |
Altura |
N.D. |
Distancia entre ejes |
N.D. |
Maletero |
Volumen |
N.D. |
Peso |
Peso |
N.D. |
Prestaciones |
Velocidad máxima |
45 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h |
N.D. |
Consumo |
Combinado |
N.D. |
Velocidad baja |
N.D. |
Velocidad media |
N.D. |
Velocidad alta |
N.D. |
Velocidad muy alta |
N.D. |
Emisiones |
Emisiones de CO2 |
0 g/km – Etiqueta 0 |
Precio |
Precio oficial |
N.D. |