Desde que Opel entrase a formar parte del Grupo PSA, la idea del conglomerado galo no ha sido otra que electrificarle. Así lo ha ido realizando con los Mokka, Corsa o Grandland X dotados todos de una variante con chispa que, en el caso de los dos primeros es 100% eléctrica dejando al SUV compacto como el único híbrido enchufable de la firma. Otro punto estratégico ha sido el de reducir costes empleando la plataforma modular que algunos de sus modelos punteros y que se inició con el Crossland X (ahora solo Crossland) para seguir con la terna antes mencionada.

En una línea paralela, casi como si se tratase de un bastión de resistencia, se encuentran tanto el Insignia como el Astra. Una pareja que se ha convertido en el último reducto de la etapa General Motors, quedándose en una especia de limbo a la espera de que llegue su afrancesada nueva generación.
La primera en hacer acto de aparición será, precisamente, la del compacto. De ahí que le hayamos elegido para protagonizar estas líneas. Un modelo que a mediados del año pasado recibió una profunda actualización en la que se retocaron ligeros aspectos tanto estéticos como de infoentretenimiento, siendo el apartado más importante el relativo a la mecánica.
Fija la vista
Cierto es que si lo vemos por fuera nos costará reconocer los cambios. De manera automática la vista se nos va hacia los faros, pues las versiones más equipadas como la nuestra pueden montar los siempre excepcionales faros IntelliLux LED con tecnología matricial que le convierten en uno de los pocos modelos generalistas que los puede equipar.
La calandra y paragolpes delantero también se han modificado de manera leve, así como la zona trasera. Cambios que apenas son apreciables a la vista, como decimos, pero que han incidido directamente sobre la aerodinámica, hasta el punto de que este Astra cuenta con el mejor Cx de la categoría, 0,25.
De puertas para dentro, percibimos a simple vita una mejora en la calidad. No porque emplee nuevos materiales o molduras, sino por la pantalla central de 8,0 pulgadas que ahora ha mejorado tanto su manejo (es infinitamente más intuitiva que antes) como su contraste. Suma nuevas opciones de conectividad en el caso de integrar la navegación, con alertas en tiempo real, como a la hora de conectar nuestro smartphone, independientemente de si su sistema operativo es Android o Apple CarPlay. Por cierto, también incorpora un cargador inalámbrico para móviles. Junto a él aparece igualmente el mismo cuadro de instrumentos que monta el Insignia, con un monitor central a color secundado por los diales analógicos así como por elementos poco habituales como el voltímetro.

La guinda la ponen los asientos delanteros con certificación AGR que tienen la aprobación de los estamentos más importantes en materia de ergonomía y confort. La novedad viene determinada porque dichas butacas pueden sumar ahora la función de masaje a la calefacción y ventilación que ya incorporaban, siendo igualmente de los pocos de su categoría que lo oferta.
¿Es necesario electrificar?
Tras repasar esas leves pero interesantes modificaciones que ha sufrido, toca hablar de la más importante: la mecánica. Es conocido que la nueva generación del Astra, que llegará previsiblemente durante el 2021, se electrificará en profundidad, ya sea mediante algún tipo de hibridación o incluso con una versión 100% eléctrica. Hasta que ese momento llegue, lo que han hecho los nuevos responsables de la firma del rayo ha sido incrementar la eficiencia de los motores de combustión que ya montaba demostrándonos que no es necesario electrificar si se saben hacer bien las cosas de base.

Basta ver al protagonista de nuestra prueba, el 1.2 Turbo que genera 145 CV y que se convierte, probablemente, en la opción más racional y pasional. Un bloque tricilíndrico seis kilos más ligero que el anterior 1.0 T en el que se ha invertido mucho tiempo para reducir las pérdidas por rozamientos y fricciones, repercutiendo positivamente en un menor consumo y en una calidad de rodadura mucho mayor.
Socio de lujo para conseguir esa mejora en el gasto de combustible es, sin duda, la transmisión manual de seis relaciones cuyos desarrollos se han alargado sin penalizar el empuje. Y es que dicho motor consigue generar un par máximo bastante notable, de 225 Nm disponibles desde las 2.000 vueltas aunque en marcha ya se percibe cómo a partir de 1.500 el bloque empieza a empujar. En opción Opel propone un cambio de tipo CVT pero por los 1.500 € de sobrecoste y porque su funcionamiento no resulta tan fino, no vemos motivo para optar por ella. Además, según las homologaciones oficiales, el cambio manual ahorra casi medio litro en la media, hasta los 5,2 l/100 km. Valor que será algo complicado de lograr en marcha aunque los 6,3 l/100 km obtenidos de media nos hacen de nuevo confirmar que la hibridación puede seguir esperando… aunque no lo hará (más si viene asociada a la etiquete ECO).

Otro de los puntos que ha variado en este actualizado Opel Astra es el chasis. Los ingenieros alemanes han conseguido enfatizar una de las grandes virtudes del compacto, el rodar. Lo han conseguido modificando ligeramente la suspensión trasera para reducir la resistencia al aire. Del mismo modo se ha recalibrado la dirección para hacerla un poco más precisa, logrando una agilidad impropia en muchos de sus rivales.
En conclusión
Puede que no haya mejor despedida posible que la que Opel le está brindado al que es uno de sus grandes hitos. La etapa germano-americana del Astra se cierra con un broche de oro para un modelo que se mantiene como el segundo más vendido de la historia de la firma, por detrás del Corsa. Un cierre a la altura de las circunstancias que nos demuestra una vez más que poniendo perseverancia es sencillo conseguir los objetivos marcados.

La siguiente generación ya traerá consigo la electrificación, sea como sea, asociada a las etiquetas medioambientales más jugosas del momento. Pero hasta que ese momento, cercano, llegue sigamos deleitándonos con el que ahora mismo es uno de los compactos más eficientes de la categoría.
A destacar |
A mejorar |
Mejora en sistema multimedia |
Diseño anticuado |
Rendimiento del motor |
Consumo sensible al acelerador |
Faros IntelliLux LED |
Habitabilidad interna |
Ficha técnica Opel Astra 5p Ultimate 1.2 Turbo 145 CV |
Motor |
Cilindrada |
1.199 cc |
Cilindros |
3 en línea |
Potencia máxima |
145 CV / 5.500 rpm |
Par máximo |
225 Nm / 2.000 – 3.500 rpm |
Alimentación |
Tipo |
Inyección directa. Turbo. Intercooler. |
Transmisión |
Caja de Cambios |
Manual, 6 velocidades |
Tracción |
Delantera |
Suspensión |
Delantera |
Tipo McPherson
Resorte helicoidal
Barra estabilizadora |
Trasera |
Rueda tirada con elemento
torsional
Resorte helicoidal |
Frenos |
Delanteros |
Discos ventilados |
Traseros |
Discos |
Dimensiones |
Longitud |
4.370 mm |
Anchura |
1.809 mm |
Altura |
1.485 mm |
Distancia entre ejes |
2.662 mm |
Maletero |
Volumen |
370 – 1.210 litros |
Peso |
Peso |
1.280 kg. |
Prestaciones |
Velocidad máxima |
220 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h |
10,3 seg |
Consumo |
Combinado |
5,2 l/100 km |
Velocidad baja |
6,9 l/100 km |
Velocidad media |
5,1 l/100 km |
Velocidad alta |
4,5 l/100 km |
Velocidad muy alta |
5,4 l/100 km |
Emisiones |
Emisiones de CO2 |
119 g/km Euro 6 – Etiqueta C |
Precio |
Precio oficial |
Desde 26.981 euros |
Fotos: Karam el Shenawy