En el año 1901, un joven ingeniero llamado Charles Stewart Rolls hizo unas declaraciones a una revista en la que aseguraba que los coches eléctricos tenían todo el sentido del mundo porque son limpios y silenciosos, sin vibraciones ni olores. El único problema que tenían que resolver era el de su carga. Ahora, 123 años después, Rolls-Royce, la marca británica de coches de lujo que Rolls ayudó a fundar, presenta su primer modelo completamente eléctrico, el Rolls-Royce Spectre que hoy pongo a prueba.

El nombre de Spectre fue utilizado originalmente en vehículos experimentales. El primero fue en 1910 con el Chasis 1601, un vehículo para demostraciones que fue vendido a la Oficina de Guerra en 1915 y el registro se mantuvo hasta 1933. El nombre continuó siendo usado para vehículos experimentales. El siguiente fue el 30EX, un vehículo en el que Sir Henry Rolls estuvo trabajando personalmente en 1930. Se trataba vehículo experimental que probaba un motor de V12 y suspensión independiente. Lamentablemente, Henry Rolls murió en 1933, por lo que este prototipo acabó siendo el Phantom III ‘Spectre’ de 1934.

Para quienes están pensando que la marca británica se está uniendo a la moda de los coches eléctricos, en realidad Rolls-Royce lleva trabajando en la tecnología eléctrica desde 2010 con el 1002EX Phantom, un vehículo eléctrico enchufable basado en el Phantom que se dio a conocer en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2011 para medir la reacción de inversores, público en general y clientes.

Cinco años más tarde presentaron el Rolls-Royce 103EX Concept, llamado Vision Next 100, un coche que mostraba la visión eléctrica para los próximos años de la marca británica. Y ahora, siete años después, y tras recorrer más de 2 millones y medio de kilómetros bajo climas extremos, desde el Círculo Polar Ártico hasta la Sabana africana, presentan su primer vehículo completamente eléctrico: Spectre.

Diseño 100% Rolls-Royce

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Empezando por arriba en su diseño encontramos cámaras, sensores, no solo para sistemas preventivos, sino también que dirigen información hacia el vehículo para poder copiar mejor las imperfecciones en la carretera. Bajando un poco encontramos un parabrisas un poco más angulado de lo que habíamos visto antes para tratar de cortar el aire de la manera más eficiente posible. La diferencia que encuentro con los anteriores es que el frontal se ve un poco más bajo, es decir, no es tan paralelo al suelo.

Por qué se arrodilló el Espíritu del Éxtasis en contadas ocasiones

Esto nos lleva hacia uno de los detalles más icónicos de la marca: el Espíritu del Éxtasis. Ha sido rediseñado, pasado más de 800 horas hasta conseguir esta forma optimizada para el flujo de aire, donde las alas son un poco más paralelas al suelo. Este nos lleva hacia otro de los elementos clásicos de Rolls-Royce: la parrilla. Mantiene elementos básicos como la barra horizontal ancha, el emblema y las barras verticales, todo ello fabricado en acero inoxidable.

No necesita tanto enfriamiento porque ya no tenemos el gran motor V12, así que han cerrado un poco más estas persianas y han instalado un sistema de iluminación. Al lado encontramos el nuevo sistema de iluminación con tecnología LED y proyección. Bajando un poco más encontramos la parrilla para recolectar aire frío, aunque obviamente ya no tenemos el motor V12.

Tampoco han creado un maletero delantero, algo que los ingenieros hacen con los coches eléctricos. Lo que han hecho es cubrirlo elegantemente, incluyendo todos los componentes eléctricos. Lo que ellos dicen es que han tratado de facilitarle la vida a los técnicos que van a trabajar en este vehículo su parte posterior.

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Lo primero que llama la atención en el perfil son las enormes llantas de 23 pulgadas con neumáticos Pirelli, diseñados específicamente para vehículos eléctricos. Uno de los grandes retos en este vehículo fue compensar la diferencia de alturas brindadas no solo por las ruedas más grandes, sino también por la batería. Sin embargo, los ingenieros pudieron mantener la misma altura que el vehículo que reemplaza el Rolls-Royce Phantom en cuanto a líneas que definen el perfil. Son tres pinceladas, una en la parte superior, otra un poquito más baja y otro que define el captador de luz.

Más atrás encontramos las enormes puertas. Las más grandes que ha fabricado Rolls-Royce en toda su historia, aunque también son más pesadas. Una forma de compensar esto ha sido integrar motores y sensores. De esa manera, cuando el vehículo esté abriendo la puerta, a pesar de que esté inclinado, va a mantener la misma velocidad bajo cualquier condición. Los espejos laterales han sido muy bien tallados y cuentan con cámaras de 360 grados.

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Llegando a la parte posterior, encontramos esta enorme compuerta donde vemos detrás de ella alojada el conector para recargar la batería. Se trata de una unidad de cobalto y litio de 102 kWh (netos), la cual necesita 35 minutos para recargarse del 10% a 80%. En cuanto a autonomía, homologa 530 kilómetros (WLTP).

La parte posterior, empezando por arriba, la integración entre el techo, el parabrisas y la compuerta es impecable. Una sola línea, como todo buen cupé. El parabrisas compromete un poquito la visibilidad desde dentro. En el centro, la puerta del maletero y, bajando un poco más, vemos el paragolpes bien integrado con el difusor. Si vemos bien abajo, van a haber unas líneas verticales para estabilizar el aire. En cuanto al espacio de carga del maletero, el Spectre anuncia 368 litros.

El lujo eléctrico también en su interior

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En el interior tenemos suficiente espacio entre los asientos y las rodillas. Por lo menos tres dedos. Una cosa que me llama mucho la atención de paneles es el sistema de iluminación. El mismo tipo de tratamiento que habíamos visto en el techo antes lo encontramos en los paneles verticales. Es un extra que incluye 4.800 unidades de LED que hace que se vea espectacular de noche.

Una de las novedades en el Spectre es que además de tener los interruptores para cerrar las puertas, también está la opción de presionar el pedal del freno y que lo haga automáticamente. También hay una nueva función para abrir las puertas. Si tiras de la palanca una vez, se abre un poco, si sigues tirando se abre completamente. Han pensado en cada detalle.

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El panel de instrumentos como tal, continúa manteniendo los excelentes materiales que habíamos visto en todos los Rolls-Royce. Se extiende por todo el ancho, no se proyecta hacia el fondo. No crea la sensación de amplitud que normalmente vemos en otros coches de lujo. No todo está aquí al frente, todo está a la mano. Todo es práctico. El asiento del conductor y el acompañante tiene función memorias, masajes, calefacción y climatización. En cuanto el espacio entre la cabeza y el techo me quedan un más o menos un dedo y medio.

Prueba del Rolls-Royce Spectre 2024

A primera impresión, la sensación de conducción de este coche es tal cual como la de un Rolls-Royce tradicional. Dejaron bien claro cuando encargaron este proyecto a los ingenieros y diseñadores que la prioridad número uno era que el producto tenía que ser Rolls-Royce en todos los sentidos de la palabra. ¿Y sabes qué? Lo consiguieron. El segundo objetivo era que fuera eléctrico.

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La sensación de aceleración y frenado de un Rolls Royce es especial. Han hecho un gran trabajo equilibrando el peso internamente. La llaman la prueba del champán. La idea es que, si tienes una copa de champán, y aceleras y frenas, no deberías derramar ni una sola gota. Este vehículo lo mantiene a pesar de la cantidad de par inmediato que ofrece. Lo que han hecho ha sido modular la entrega de par entre el motor delantero y posterior para mantener la sensación de flotar. Por eso lo llaman la alfombra mágica.

Otra de las grandes ventajas de tener una gran batería en la parte baja es el aumento de la rigidez torsional. En este vehículo han conseguido aumentarla en un 30%. Ahora el reto para los ingenieros ha sido que no se convierta en un problema en la experiencia dentro del vehículo. Para ello han tenido que prestar muchísima atención al comportamiento y las flexiones del resto del coche para continuar manteniendo la experiencia que un Rolls-Royce tiene que ofrecer.

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¿Cómo lo hace? Cientos de miles de variables que son comunicadas entre los diferentes sistemas del vehículo para darte una sensación tranquila. La suspensión adaptándose no solo a las condiciones de la carretera, sino también al estilo de conducción. También hay barras estabilizadoras opcionales que se pueden activar y desactivar automáticamente dependiendo de lo que está ocurriendo. Si estás atravesando una curva, se activan para mantener la experiencia de una conducción plana como cuando estás en una recta.

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En cuestiones de potencia, este vehículo equipa dos motores eléctricos combinados. Pueden producir 430 kWh (585 CV) de potencia y 900 Nm de par. Esto permite acelerar este vehículo que pesa 2.890 kilos de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, mientras que la velocidad máxima es de 248 km/h.

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Otra de las cosas en la que han prestado mucha atención a este coche ha sido el sonido. Lo que han hecho es dar la opción de encender y desactivar una función de sonido artificial. Ha sido especialmente diseñado para dar la sensación de que monta un motor V12. Se asemeja mucho al rugido de un motor, pero el sonido ha sido minimizado, aunque no se siente como un sonido muy interesante. Y si no quieres que suene, simplemente presionas un botón y se apaga.

Los diferentes materiales que se encargan de aislar el ruido externo hacia el interior de la cabina agregan unos 180 kilos peso. Además, han aprovechado la batería. Estamos hablando de 700 kilos de peso que sirven como un aislante de ruido. El silencio es lujo.

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Lo interesante es que el motor V12 que tradicionalmente ofrece Rolls-Royce en sus modelos es muy suave, casi imperceptible, por lo que realmente cuando estás conduciendo el Spectre y no sabes que es eléctrico, lo más seguro es que pienses que tienes un motor V12 cuando en realidad no lo tienes.

Precio inicial en Estados Unidos del Rolls-Royce Spectre 2024 es de 423.000 dólares. En España, sin embargo, se vende desde unos 520.000 euros, lo que lo convierte en uno de los coches eléctricos más caros del mercado.

Ficha técnica Rolls-Royce Spectre
Motores Tipo Eléctricos
Cambio Automático
Potencia máxima Motor delantero: 258 CV (190 kW)
Motor trasero: 489 CV (360 kW)
Rendimieno combinado: 585 CV (430 kW)
Par máximo Motor delantero: 365 Nm
Motor trasero: 710 Nm
Rendimieno combinado: 900 Nm
Autonomía Kilómetros 530 km (WLTP en ciclo combinado)
Batería Tipo Acumulador de iones de litio
Capacidad neta: 102 kW
Tiempo de carga 35 minutos para pasar del
10% al 80% con 195 kW
Suspensión Delantera Paralelogramo deformable
Resorte neumático
Barra estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable
Resorte neumático
Barra estabilizadora
Frenos Delanteros Discos ventilados
Traseros Discos ventilados
Dimensiones Longitud 5.475 mm
Anchura 2.015 mm
Altura 1.575 mm
Distancia entre ejes 3.210 mm
Maletero Volumen 368 litros
Peso Peso 2.890 kg
Prestaciones Velocidad máxima 248 km/h
Aceleración 0-100 Km/h 4,5 segundos
Consumo Combinado 22,2 kWh/100 km
Velocidad baja N.D.
Velocidad media N.D.
Velocidad alta N.D.
Velocidad muy alta N.D.
Emisiones Emisiones de CO2 0 g/km - Etiqueta 0
Precio Precio oficial Desde 520.000 euros

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