Segundas partes nunca fueron buenas. O eso al menos dicen. Reunirme de nuevo con uno de los coches que marcaron un antes y un después en mi carrera como periodista del motor me ha permitido experimentar un poco mejor los sabores de un coche icónico por pedigrí, tradición y una configuración cada vez más inusual. La prueba con el Mazda MX-5 SKYACTIV-G 184 CV Blue&Red Edition me reafirma en el deseo de añadir al pequeño samurái a mi garaje. Y esta imperiosa necesidad, lamentablemente, la generan cada vez menos vehículos en una industria del automóvil que está cambiando demasiado rápido.
Todavía recuerdo cuando en 2015 conocí personalmente a la cuarta generación del Mazda MX-5 (aquí te dejo la prueba para que descubras mis impresiones en ese primer contacto). De aquella prueba salí realmente impresionado. Un coche como el Miata es todo lo que necesita un purista para disfrutar al volante, aseguraba a mediados de la década pasada. Con su motor atmosférico, el delicioso cambio manual, su perfecto reparto de pesos y la siempre satisfactoria configuración de propulsión trasera. No se podía pedir más entonces, y seguro que no se puede pedir más ahora. ¿O sí?
En un momento de cambio, donde la electrificación está forzando una revolución en el sector del automóvil, ¿podía Mazda mejorar un concepto de vehículo casi extinto, que ya rozaba la excelencia hace seis años, sin recurrir a ningún tipo de sistema de propulsión o asistencia eléctrica? Sí, y te cuento cómo lo ha logrado a continuación.
Prueba del Mazda MX-5 2.0 SKYACTIV-G 184 CV Blue&Red Edition
Llave en mano, me dispongo a tener una segunda cita con el MX-5. Abro la puerta y accedo a un interior más pequeño de lo que recordaba. Lo primero es buscar algún sitio donde dejar la llave, la cartera y el móvil, que ahora son más grandes de lo que eran hace algo más de un lustro. Apenas encuentro un pequeño compartimento bajo los mandos del climatizador, una guantera detrás del freno de mano y un lugar, por suerte de mayor tamaño, entre los asientos.
Tras descargarme de cualquier incomodidad, me dispongo a analizar el habitáculo. Cuero, molduras metálicas o en acabado brillante y la mayoría de sus paneles acolchados. Buenas terminaciones en general que le dan un aspecto más premium al MX-5. No lo son tanto los mandos del climatizador, que solo se puede regular en una zona, pero lo compensa con la nueva pantalla ubicada en la esfera izquierda del cuadro de instrumentos, con gráficos mejorados y a color. Ahora ofrece más información y, tras su actualización, presentan un estilo más logrado y, sobre todo, contemporáneo.
Acostumbrado cada vez más a pantallas táctiles de gran tamaño, el sistema de infoentretenimiento MZD Connect del Mazda MX-5 2.0 SKYACTIV-G 184 CV Blue&Red Edition es de apenas 7 pulgadas, pero ofrece una respuesta bastante fluida, especialmente con los mandos físicos integrados en la consola inferior. Me gusta que no esté integrada y que, a pesar de presentar un estilo flotante, no obstaculiza el campo de visión. Además, incluye navegador, compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, Bluetooth y radio digital (DAB).
Puesta en marcha
Ajusto, ahora sí, la posición del asiento, que no es regulable en altura, y la inclinación del respaldo está algo limitada por el espacio. Por suerte, Mazda introdujo una columna de dirección ajustable en altura y también en profundidad con el restyling. Esto permite encontrar el punto exacto para ir cómodo al volante, con una postura deportiva, aunque no excesivamente radical. Los pedales, por su parte, están bastante juntos y alineados con el volante, lo que facilita hacer el punta-tacón.
Piso embrague, presiono el botón de arranque y me dejo llevar por la sinfonía que emana de su nuevo sistema de escape. Cobra vida con un acelerón, aunque cuando el motor gana temperatura reconozco que es más silencioso a ralentí de lo que me gustaría en principio. Salgo a la carretera a familiarizarme de nuevo con el Miata y a comprobar cómo ha conseguido Mazda mejorar el excelente apartado mecánico y dinámico de pequeño samurái.
La marca lo ha logrado con una actualización que ha permitido, especialmente en la versión más potente del roadster, mejorar su comportamiento de forma sustancial. Lo conocimos a mediados de 2018, cuando Mazda presentó el restyling del MX-5 ND. Aunque los cambios a nivel exterior eran casi invisibles, la compañía japonesa se centró en el apartado mecánico, introduciendo un motor de nuevo desarrollo que reemplazaría al anterior 2.0 de 160 CV.
Todo es posible gracias al nuevo motor
Este nuevo bloque ha logrado mejorar lo que ya de por sí estaba a un gran nivel. Y esto ha sido posible gracias a que los ingenieros se han sentado frente a una hoja en blanco para replantear este nuevo propulsor. Y, aunque comparte cilindrada con su predecesor, mejora en casi todos campos con el fin de ofrecer más potencia y par.
Los ingenieros modificaron las válvulas y las mariposas, se instaló un colector de admisión más grande, así como un puerto y una válvula de admisión de mayor diámetro. El sistema de escape es nuevo, se ha reducido el peso de los pistones y las bielas, y se ha aumentado la presión de inyección. El resultado son 184 CV de potencia 7.000 rpm (+24 CV) y un par máximo de 205 Nm disponibles a 4.000 revoluciones (+5 Nm).
Esta configuración permite al nuevo MX-5 2.0 SKYACTIV-G 184 CV con cambio manual de seis velocidades ser más rápido que la versión anterior. Concretamente, es 0,8 segundos más rápido en el 0 a 100 km/h (6,5 segundos), y ahora alcanza 5 km/h más de velocidad máxima (219 km/h). Además, para reducir el consumo y las emisiones, el MX-5 2.0 SKYACTIV-G cuenta con el sistema de corte de ralentí i-stop y una versión aligerada del freno regenerativo i-ELOOP.
El MX-5 SKYACTIV-G de 184 CV equipa ahora un motor más vivo a cualquier régimen de revoluciones. La anterior versión de 160 CV se mostraba ligeramente más perezoso, pero el nuevo propulsor ofrece mayor potencia a altas revoluciones, con un límite máximo de 7.500 rpm. La entrega de par también es más amplia, lo que permite circular en marchas largas a baja velocidad y revoluciones, y ofrecer una mejor respuesta al acelerador. ¡Y cómo suena la admisión cuando acelero!
En carretera
Comienzo la prueba del Mazda MX-5 2.0 SKYACTIV-G 184 CV Blue&Red Edition en carretera para redescubrir que el roadster japonés sigue siendo igual de eficaz. La puesta a punto del chasis, la suspensión y el reparto de pesos entre ejes es perfecto. La dirección, muy comunicativa, me permite saber qué está pasado en el eje delantero en todo momento, mientras percibo la fuerza en las ruedas traseras, muy cerca del asiento del conductor, ya que está ligeramente retrasado para mantener los pesos en equilibrio entre las ruedas delanteras y traseras.
Mención especial merece la caja de cambios manual. El recorrido en las transiciones entre marcha y marcha es corto y muy preciso, casi mecánico. La posición de la transmisión con respecto al chasis permite que emane cierta vibración en la palanca a ralentí y cuando acelero de forma brusca o levanto el pie derecho. Y luego está el tacto. Es una caja que invita a jugar con el cambio, que no fatiga y que me permite sentir cada transición entre engranajes de forma precisa.
Calzado con unos neumáticos Bridgestone Potenza de 17 pulgadas, la capacidad de tracción y el agarre en curva es de una precisión milimétrica. Buena culpa de ello la tiene la puesta a punto dinámica del Miata, su peso contenido (apenas 1.025 kilos en orden de marcha), y un centro de gravedad extremadamente bajo. Esto permite que, al encarar una curva, baste con un toque al freno para meter el coche al vértice y volver a acelerar al salir.
A cielo descubierto
La conducción es noble en la mayoría de situaciones, pero me permite añadir cierto picante con un eje trasero no demasiado inquieto, pero dispuesto a salirse de la línea si así se lo ordeno. Y todo esto lo puedes hacer mientras disfrutas de la brisa y la luz del sol bañando tu piel.
El techo de lona -un factor clave en la decisión de compra- que equipa el MX-5 de la prueba se puede plegar de forma manual en cuestión de segundos. Entre los asientos hay un difusor de aire que permite derivar parte del viento que accede a la cabina y mejorar el confort a bordo.
Cabe mencionar que el ruido aerodinámico no es excesivo incluso a velocidades de autopista cuando he viajado con el techo plegado. Eso sí, una vez lo cierras, lo cierto es que he notado algo elevado el sonido que accede a la cabina, especialmente a altas velocidades. Y no precisamente por la capota de lona, sino por el ruido de la rodadura. Es un punto claramente a mejorar, aunque la autovía no sea el hábitat natural del roadster de Mazda. Mientras tanto, en el día a día, el sonido no me ha resultado molesto, menos aun cuando circulaba por una carretera sinuosa.
Blue&Red Edition
Lo he podido disfrutar con total comodidad gracias a su extenso equipamiento de serie. La unidad de pruebas cuenta con asientos calefactados, climatizador automático e incluso un sistema de sonido BOSE con nueve altavoces, dos de ellos integrados en los reposacabezas. Esto como parte del equipamiento de la serie especial Blue&Red Edition disponible ahora en el MX-5.
Esta nueva versión especial del Miata se caracteriza por su carrocería en color Deep Crystal Blue Mica, el techo de lona burdeos, y la tapicería interior y los guarnecidos en piel nappa blanca. El toque distintivo se lo añade las llantas BBS de 17 pulgadas terminadas en negro brillante.
También ofrece un amplio equipamiento de confort, como el acceso y arranque sin llave, el control de crucero con limitador de velocidad, HMI Commander, sensor de lluvia y luces, sensor de parking trasero, elevalunas eléctricos, volante y pomo de cambio en piel, y sistema MZD Connect con pantalla táctil de 7 pulgadas, Navegador, Apple CarPlay y Android Auto.
Por último, esta edición especial añade una completa batería de sistemas de seguridad y asistentes a la conducción de serie. Entre ellos encontramos:
- Asistencia a la frenada en ciudad con reconocimiento de peatones.
- Detector de fatiga.
- Detector de tráfico trasero.
- Reconocimiento de señales de tráfico
- DSC con control de tracción.
- Testigo indicador de la presión de los neumáticos
- Control de ángulo muerto avanzado.
- Sistema de alerta de cambio involuntario de carril.
- Sistema de asistencia a la frenada en ciudad trasero.
El precio de la unidad de la prueba, un Mazda MX-5 2.0 SKYACTIV-G 184 CV Blue&Red Edition, es de 36.500 euros.
Mejora… y enamora de nuevo
Dicen que el próximo Mazda MX-5 será híbrido si la compañía quiere cumplir con las cada vez más estrictas normativas anticontaminación de la Unión Europea. Será difícil -que no imposible- que Mazda pueda mejorar el mix del MX-5 ND si debe añadir más peso para integrar todos los componentes del sistema de propulsión electrificado.
Es muy probable que estemos ante el último Miata puro de la historia, un coche con más de 30 años de recorrido que es historia viva del sector del automóvil, y que destaca por un «un peso contenido, potencia suficiente de sus motores atmosféricos, tracción trasera y cambio manual», como expliqué hace ya más de seis años en mi primera toma de contacto con el MX-5.
Ahora, en una época en la que coches como este Mazda son un rara avis entre tanto kW, autonomía eléctrica y distintivos ambientales, el MX-5 2.0 SKYACTIV-G 184 CV Blue&Red Edition ha logrado devolverme esa pasión por los coches puros, analógicos y mecánicos, una sensación que por desgracia se está perdiendo en los últimos años y tiene pinta de que no vamos a recuperar.
En 2015 le di las gracias al MX-5 por existir. En 2021 quiero agradecer a Mazda por seguir vendiendo este tipo de coches diseñados para los auténticos entusiastas de la conducción. La quinta generación será otro concepto de vehículo, aunque un servidor siempre recordará que un pequeño roadster japonés logró robarle el corazón en dos ocasiones. Y que lo hizo sin jamás llegar a renunciar a su esencia.
A destacar | A mejorar |
Conducción y prestaciones | Insonorización del habitáculo |
Puesta a punto dinámica | Huecos portaobjetos |
Pureza y simplicidad | Regulación de los asientos |
Ficha técnica Mazda MX-5 2.0 SKYACTIV-G 184 CV Blue&Red Edition | ||
Motor | Cilindrada | 1.998 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia máxima | 184 CV / 7.000 rpm | |
Par máximo | 205 Nm / 4.000 rpm | |
Alimentación | Tipo | Inyección directa |
Transmisión | Caja de Cambios | Manual, 6 velocidades |
Tracción | Trasera | |
Suspensión | Delantera | Paralelogramo deformable / Resorte helicoidal / Barra estabilizadora |
Trasera | Paralelogramo deformable /Resorte helicoidal / Barra estabilizadora | |
Frenos | Delanteros | Discos ventilados |
Traseros | Discos | |
Dimensiones | Longitud | 3.915 mm |
Anchura | 1.735 mm | |
Altura | 1.230 mm | |
Distancia entre ejes | 2.310 mm | |
Maletero | Volumen | 130 litros |
Peso | Peso | 1.025 kg |
Prestaciones | Velocidad máxima | 219 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 6,5 seg | |
Consumo WLTP |
Combinado | 7,0 l/100 km |
Velocidad baja | 6,9 l/100 km | |
Velocidad media | 9,2 l/100 km | |
Velocidad alta | 6,4 l/100 km | |
Velocidad muy alta | 5,9 l/100 km | |
Emisiones | Emisiones de CO2 | 155 g/km Euro 6d - Etiqueta C |
Precio | Precio oficial | 36.500 euros |
Fotos: Karam el Shenawy