¿Un motor V10 atmosférico? ¿Sin hibridación? ¿Sin baterías que aumenten el peso? ¿Sin turbo? ¿Con toda su fuerza sobre el eje trasero? ¡Wow! Hay días en los que das las gracias de que todavía existan deportivos así, ejemplares como el de la prueba, un Lamborghini Huracán EVO RWD que se pone a mi disposición con un espectacular color azul que le queda de maravilla.
Por si te lo estás preguntando, las siglas RWD solo significan unas cosa: propulsión trasera. Este Lamborghini Huracán es el último eslabón de la cadena que continúa la saga del Lamborghini Gallardo Balboni y se despoja de la tracción a las cuatro ruedas para ganar en purismo y, de paso, hace bueno aquello de que menos es más, porque son menos kilos.

Mide 4,52 metros de largo, 1,93 de ancho y solo 1,16 de alto, con unas vías enormes de 1,69 metros delante y 1,62 detrás. Como en todo buen Lamborghini, el diseño de la carrocería se encuentra plagado de aristas, de ángulos muy cerrados, es pura virguería para tu vista… una silueta que levanta la admiración de todo el que se topa con él.
Estructuralmente, hace gala de un chasis de aluminio con ciertos elementos desarrollados en fibra de carbono, alejándose así de rivales como, por ejemplo, el McLaren 720S donde el carbono lo copa absolutamente todo (también es más caro).
El parabrisas va superinclinado y la visibilidad trasera es casi nula. Eso sí, cuando miras por los espejos laterales y ves las enormes entradas de aire, te quedas literalmente… ensimismado y sientes un cosquilleo muy especial cuando estás sentado al volante.
Si el exterior intimida, el interior no se queda atrás. ¿Te has fijado en las toberas de las salidas de aire? ¿En la espectacular consola central? Como gran novedad, el sistema de infoentretenimiento añade el asistente personal Alexa con el que puedes interactuar de una forma más natural. Y funciona bastante bien…
Eso sí, la pantalla vertical se ha quedado algo desfasada, y aunque la interfaz es muy original, el display parece pedir más tamaño y un mayor protagonismo. ¿Practicidad? No hay muchos huecos portaobjetos y la ergonomía está lejos de ser la que te encuentras en otras marcas (por ejemplo, los mandos de los elevalunas están en la parte alta del salpicadero y tanto los intermitentes como el mando del limpiaparabrisas están en el volante).
Pero dejemos de quejarnos y pasemos a la acción, a la prueba del Lamborghini Huracán EVO RWD. ¿Cómo se conduce esta bestia V10 de 610 CV? A tu disposición tienes tres programas de conducción que se seleccionan desde la parte baja del volante. Son los encargados de modificar el comportamiento y carácter de este Huracán de tracción trasera. Se llaman Strada, Sport y Corsa, y cambian la respuesta del motor, la velocidad con la que actúa la transmisión, el sonido del escape y la firmeza de la dirección.

Voy a ir de menos a más en exigencias a este ‘Lambo’ y de camino a mi ruta favorita me decanto primero por el programa Strada: es el menos agresivo y radical, sin duda el más recomendable para moverte con la única pretensión de disfrutar de una conducción relajada y sin que tu pulso se te dispare.
La dirección tiene un tacto muy natural: es suave, se mueve sin esfuerzo y pesa lo justo. No requiere un periodo de adaptación como ocurre en otras direcciones actuales que giran mucho con muy poco movimiento de volante. La de este Lamborghini no se nota nada artificial.
Eso sí, es directa y cualquier movimiento que hagas con las manos se trasladan al eje delantero de forma milimétrica y con una fiabilidad tremenda. Lo mejor: las ruedas delanteras, como están liberadas del trabajo de tener que llevar la fuerza del motor al suelo, se notan más comunicativas y te dicen a las claras donde están los límites. Pero de encontrarlos, ya habrá tiempo luego.
¿Qué pasa con el motor en este modo Strada? El V10 gira más sigiloso y su respuesta al pie derecho es más civilizada. Llevas 610 CV justo a tus espaldas, pero si no hundes el pie de forma repentina, este bloque (un rara avis en los tiempos que corren) se siente muy agradable.
Pero claro, no hemos llegado hasta aquí para pasearnos simplemente: llegan las curvas y con ellas el reto de sacarle la quintaesencia a un chasis que cuenta con un reparto de pesos muy bien estudiado. ¡Arranca mi tramo preferido de asfalto, con kilómetros y kilómetros de curvas de todo tipo!
PRUEBA: Lamborghini Aventador SVJ Roadster
¿Qué es lo que viene ahora? Activar el modo Sport. ¡¡¡Boooom!!! Empieza la fiesta. Lo primero que notas es que el sonido del motor cambia por completo. Deja de ser un apacible ronroneo para romperte los tímpanos con unos decibelios mucho más metálicos que se solapan con unas notas más graves.
¡Este V10 es una maravilla de la ingeniería!
Nada más y nada menos que 5,2 litros de capacidad, sin nada de turbos, 610 CV a 8.000 vueltas, que es una burrada, 560 Nm de par desde las 6.500… Vivimos rodeados de motores sobrealimentdos con menos cilindros y mucho par, y esto es justamente al revés.
Ferrari, McLaren y otras muchas marcas rivales se han pasado a esa moda (y necesidad) de sobrealimentar sus bloques. Por eso es de aplaudir que Lamborghini siga apostando (de momento) por este diez cilindros capaz de ganar vueltas hasta rozar las 9.000 con un sonido absolutamente demencial. Es algo digno de experimentar.

Desde parado acelera hasta los 100 km/h en solo 2,9 segundos, necesita 8,5 segundos en acariciar los 200 y puedes seguir acelerando hasta los 325 km/h de punta. Es una auténtica bestialidad, señores… Bienvenido a la locura de sensaciones que ofrece este italiano.
En cuanto a la caja de cambios, tampoco te voy a descubrir nada nuevo: es de doble embrague, con 7 velocidades y funciona a la velocidad del rayo. Es obediente tanto al subir como al bajar de marchas y el golpe de gas en las reducciones es simplemente brutal.
Sigo en el modo Sport, sintiendo unas reacciones muy intensas, instantáneas. Basta con hundir un poco más el pie derecho para notar cómo tu espalda se pega al respaldo de unos asientos tipo bácquet perfectos y que la abrazan de tal forma que no te mueves un ápice en los apoyos.
Se nota todo muy tensa y es entonces cuando empiezas a darte cuenta de la pasta de la que está hecho este Lamborghini. Te lo da todo sin medida, sin filtros. Y lo mejor es que no te exige ser un piloto experimentado a cambio. Solo tienes que hacer las cosas con la lógica que supone llevar un coche así para no comprometer las leyes de la física y que nada interrumpa tu diversión.
No obstante, nunca debes relajarte cuando le buscas las cosquillas: este Lamborghini Huracán EVO RWD es increíblemente rápido y se come las rectas con una facilidad asombrosa. Y eso te exige estar atento con los frenos, para poder dominar la velocidad de entrada en curva y no tener un mal susto. Lo bueno es que el chasis va duro, mucho, y eso permite aprovechar bastante el eje trasero en frenada (aunque no tanto como lo hace un Porsche 911). El morro apenas se hunde y las oscilaciones están muy bien contenidas por unas suspensiones que ayudan perfectamente a leer el grip de la carretera.
La conexión con el asfalto es total y esta plataforma (también la monta el Audi R8) es toda una garantía de éxito en una carretera así. Mejor si está bien asfaltada, obvio, porque de lo contrario las ruedas literalmente se pueden despegar del suelo y el splitter delantero, que va muy cerca del asfalto, llega a golpear. En ese sentido, un (prueba) Ferrari F8 Tributo se muestra más convincente cuando las carretera se vuelve más rota y se adapta mejor a las irregularidades, con unas suspensiones que trabajan con más margen y no van tan tensas.

Y aquí viene la pregunta: con tanta potencia en el eje trasero, ¿es fácil de dominar la zaga? Rotundamente, sí. Al llevar el motor en el centro de la carrocería y ofrecer un reparto de pesos tan equilibrado, enseguida vas a notar cualquier movimiento de la trasera. ¿Sucede muy a menudo? Todo depende de cómo trates el acelerador y de cómo te dejes ayudar por la electrónica.
Si eres muy intrépido y desconectas el control de estabilidad deberás tratar con dulzura el acelerador, de lo contrario, este Huracán con un reparto de pesos tan centrado puede hacer literalmente la peonza y girar sobre sí mismo.
PRUEBA: Lamborghini Urus
Y si lo estás pensando, olvídalo: el Lamborghini Huracán EVO RWD no es un coche de drift; este italiano es un superdeportivo (prueba) que, con el gas adecuado y unas manos bien entrenadas, puede ayudarte a redondear las curvas, pero en ningún caso está preparado para salir cruzado de los giros tratando de lograr un gran ángulo. Acabarás girando sobre ti mismo. Si haces las cosas con talento, todo va a suceder con fluidez y la diversión siempre está ahí.
Para algunos, la tecnología y el rendimiento extra del Lamborghini Huracán EVO de tracción a las cuatro ruedas sigue siendo la elección preferida por defecto, pero por la pureza en la conducción del Huracán EVO RWD lo convierten en una opción a valorar con lupa. Cuesta 149.726 euros, un precio descabellado, pero más asequible que un F8 Spider o un McLaren 720S.

Ficha técnica Lamborghini Huracán EVO RWD |
Motor |
Cilindrada |
5.204 cc |
Cilindros |
10 en V |
Potencia máxima |
610 CV / 8.000 rpm |
Par máximo |
560 Nm / 6.500 rpm |
Alimentación |
Tipo |
Inyección mixta directa/indirecta
Admisión Variable |
Transmisión |
Caja de Cambios |
Automático, 7 marchas
Doble embrague |
Tracción |
Trasera |
Suspensión |
Delantera |
Paralelogramo deformable
Resorte helicoidal
Barra estabilizadora |
Trasera |
Paralelogramo deformable
Resorte helicoidal
Barra estabilizadora |
Frenos |
Delanteros |
Discos carbocerámicos
365 mm |
Traseros |
Discos carbocerámicos
353 mm |
Dimensiones |
Longitud |
4.520 mm |
Anchura |
1.933 mm |
Altura |
1.165 mm |
Distancia entre ejes |
2.620 mm |
Maletero |
Volumen |
100 litros |
Peso |
Peso |
n.d. |
Prestaciones |
Velocidad máxima |
325 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h |
3,3 segundos |
Consumo
(WLTP) |
Combinado |
13,8 |
Velocidad baja |
n.d. |
Velocidad media |
n.d. |
Velocidad alta |
n.d. |
Velocidad muy alta |
n.d. |
Emisiones |
Emisiones de CO2 |
330 g/km Euro 6 |
Precio |
Precio oficial |
149.726 euros |
Fotos: Mikel Prieto Productions