Esta prueba del KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI te interesa si buscas una berlina que cuente con un atractivo diseño exterior e interior, con un amplio equipamiento de serie, que ofrezca un comportamiento dinámico ágil y que tenga un precio de venta competitivo. Porque este KIA cumple con creces todos los requisitos mencionados y además sorprende por sus agradables acabados, con los que transmite una gran solidez.
La firma surcoreana hermana de Hyundai ha creado un vehículo que poco o nada tiene que ver con todo lo que había hecho hasta ahora. Tanto es así que en su mercado local este KIA Stinger no se comercializa con los conocidos logotipos de firma en el morro, la zaga o el centro de las llantas. En su lugar en Corea del Sur luce una ‘E’ como referencia a la búsqueda de la excelencia que han perseguido sus creadores durante su desarrollo, mientras que en el resto del mundo se vende como KIA.
Una gestación que se ha prolongado durante más de media década, pues el KIA Stinger que probamos hoy fue anticipado por el prototipo KIA GT Concept de 2011 y tomo prestada su denominación del KIA GT4 Stinger, introducido en 2014. Mide 4.830 mm de largo y 1.870 mm de ancho, con una distancia entre ejes de 2.905 mm. Unas dimensiones que le sitúan por delante de modelos como el Audi A5 Sportback 2017 o el BMW Serie 4 Gran Coupé (prueba), a los que saca entre 9 y 19 cm respectivamente, o a la par de vehículos como el Volkswagen Arteon (prueba), que es unos 3 cm más largo.
Es el que ofrece la mayor batalla de todos los mencionados y, lógicamente, esto tiene su repercusión en varios aspectos. Por ejemplo, esto se traduce en unas buenas cotas de espacio para las piernas o en que es el que más pesa con diferencia al sobrepasar los 1.700 kg. Y como consecuencia de sus formas exteriores y a pesar de ser de los más grandes, es el que tiene el maletero más pequeño con 406 litros de capacidad. Este dato puede incrementarse hasta los 1.114 litros abatiendo el respaldo de los asientos de la segunda fila, pero aun así queda lejos de la competencia.
Incluso queda por detrás en este sentido del KIA Optima (prueba), su hermano -no tan- pequeño dentro de la gama del fabricante, que ofrece 510 litros de capacidad. Ten presente que si lo que buscas es la máxima practicidad, entonces el KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI que pruebo no es el tipo de coche que te interesa. Porque está pensado para conquistar con su diseño, convencer con su comportamiento y agradar con un equipamiento de primera categoría, no para ofrecer el mejor maletero o las mejores plazas traseras.
Exterior e interior del KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI: seducción racional
Teniendo esto claro, el KIA Stinger sorprende positivamente. Su imponente imagen exterior deja claro que no es una típica berlina, con un largo capó, unos voladizos cortos -especialmente delante-, un habitáculo retrasado y una poderosa cintura. Rasgos propios de un modelo de propulsión y es que, por si todavía lo desconocías, eso es precisamente lo que es: una berlina de tracción trasera con el motor situado en posición delantera-longitudinal.
Casi todos los elementos del exterior son funcionales a excepción de cuestiones como las falsas salidas de aire que luce este KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI sobre su capó. El resto sí son funcionales, como las tomas de aire frontales, las branquias junto a los pasos de rueda, la superficie inferior lisa y el difusor trasero integrado. Este último integra en sus extremos cuatro salidas de escape ovales en el caso del acabado GT Line, que también incluye de serie unas llantas de aleación de 19 pulgadas de diámetro.
El salto hacia adelante que ha pegado KIA en los últimos años se siente y mucho en el habitáculo del KIA Stinger 2.0 turbo de esta prueba. El salpicadero, de líneas limpias y horizontales, divide los mandos en dos áreas, con la pantalla táctil y los controles multimedia en la parte más alta y el sistema de climatización por debajo. Todo lo que está al alcance de la mano tiene un tacto muy agradable, incluidos los botones o el volante, que está tapizado en cuero y tiene un aro grueso y achatado en su parte inferior.
La instrumentación combina relojes analógicos y una pantalla TFT a color situada entre estos, que muestra datos como el ordenador de viaje y desde la que también se pueden ver los ajustes del conductor o el sistema de navegación. La consola central aglutina los controles de la caja de cambios automática de ocho velocidades, del selector de modos de conducción, de los sensores de aparcamiento o cámaras de entorno y de los asientos calefactados y ventilados.
El equipamiento de serie del KIA Stinger GT Line es amplísimo. Viene de fábrica con elementos que en sus rivales son opcionales, como el Head-Up Display, asientos de cuero eléctricos y con memoria, techo solar panorámico, control de crucero adaptativo, cámara de visión cenital, asistente de mantenimiento en carril o portón del maletero eléctrico.
Este último, por cierto, incluye una función muy práctica: cuando te aproximas con las llaves en el bolsillo y permaneces unos segundos junto al maletero, el sistema lo detecta y abre automáticamente el portón.
Como ves, no le falta de nada y todo por un precio de 44.954 euros (descuentos promocionales incluidos). Una cantidad que no es baja ni mucho menos pero sí si lo comparamos con sus rivales alemanes y especialmente, si equiparamos el equipamiento de estos últimos al del coreano.
Prueba del KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI: una berlina ágil y confortable
No esperes encontrar en el KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI a un verdadero deportivo, porque no lo es. Quizá el KIA Stinger GT V6 que probó mi compañero Aarón sea diferente en este sentido, pero el Stinger que monta el motor 2.0 T-GDI ‘Theta’ de 255 CV y 353 Nm es más bien una berlina ágil. Es decir, un vehículo que muestra un comportamiento muy equilibrado entre comodidad y dinamismo, con el tarado de suspensiones adecuado para que no resulte incómodo y para que la carrocería no balancee en exceso ante fuertes apoyos.
Que no sea un deportivo no significa que no sea divertido de conducir, porque KIA ha realizado gran parte del desarrollo de este modelo en el circuito de Nürburgring y sus alrededores. Con Albert Biermann como responsable de esta parte, el antiguo mandamás de BMW M ha logrado crear un automóvil extremadamente estable y confortable independiente de las condiciones de la calzada o del ritmo al que circulemos.
Esto es posible, además de por su amplia distancia entre ejes, por el esquema de suspensiones escogido -MacPherson delante y multibrazo detrás-, a la distribución de pesos o a la presencia de una dirección asistencia eléctrica y con relación variable. La rigidez del chasis también es clave en este sentido y con un 55% de acero de alta resistencia, el del Stinger lo es.
Siempre que tengas en cuenta sus dimensiones y su peso, conducir rápido este Stinger GT Line es realmente agradable por la precisión de la que hace gala. Los modos de conducción varían la respuesta del motor, de la dirección e incluso de los amortiguadores y se percibe un claro cambio entre el modo Sport+ y el de Confort. Lástima que KIA no ofrezca la posibilidad de montar el diferencial autoblocante en esta variante 2.0 T-GDI que sí puede llevar el V6, porque seguro que habría contribuido a mejorar la capacidad de aceleración y la motricidad en curvas cerradas.
La caja de cambios automática de ocho velocidades es de desarrollo y fabricación propia. Ofrece un funcionamiento muy agradable en combinación con este motor y es posible manejarlo a través de las levas que hay tras el aro del volante. Gracias al gran número de relaciones y a la entrega de par del propulsor, con los hasta 353 Nm que desarrolla disponibles desde 1.400 vueltas, la capacidad de aceleración es notable en todas las marchas.
Según los datos oficiales, el KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI acelera de 0 a 100 km/h en 6 segundos y alcanza una velocidad máxima de 240 km/h. El consumo combinado oficial se queda en 8,3 l/100km, nada mal teniendo en cuenta el tamaño, la potencia y el peso del vehículo. En la práctica, realizando una conducción normal al ritmo de la circulación, logramos quedarnos muy cerca de ese dato con una media de 8,7 l/100km.
A destacar | A mejorar |
Diseño exterior e interior | Acceso plazas traseras |
Acabados | Peso |
Equipamiento |
Ficha técnica KIA Stinger GT Line 2.0 T-GDI |
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Motor | Cilindrada | 1.998 cc |
Cilindros | 4 en línea | |
Potencia Máxima | 256 CV / 6.000 rpm | |
Par Máximo | 353 Nm / 1.400 - 4.000 rpm | |
Transmisión | Caja de Cambios | Automática, 8 velocidades |
Tracción | Trasera | |
Suspensión | Delantera | McPherson, muelles helicoidales, estabilizadora |
Trasera | Independiente doble triángulo, muelles helicoidales, estabilizadora | |
Dimensiones | Longitud | 4.830 mm |
Anchura | 1.870 mm | |
Altura | 1.400 mm | |
Distancia entre Ejes | 2.905 mm | |
Alimentación | Tipo de Alimentación | Inyección directa, admisión variable, Turbo, Intercooler |
Peso | Peso | 1.717 kg |
Prestaciones | Velocidad Máxima | 240 km/h |
Aceleración 0-100 km/h | 6,0 seg | |
Consumos | Urbano | 11,2 l/100 km |
Extraurbano | 6,7 l/100 km | |
Combinado | 8,3 l/100 km | |
Emisiones | Emisión CO2 | 190 g/km |
Precio | Precio final | 44.954 euros |
Fotos: Álex Aguilar