La década de 1990 no fue precisamente la más fructífera para Porsche. Años de malos resultados cubrían de nubes el futuro de una compañía nacida más de cuatro décadas atrás por un visionario. Por suerte, un pequeño roadster con motor central-trasero de tipo bóxer fue la clave en la mermada gama de productos de la compañía, un vehículo de acceso que salvó a Porsche. En 1996 el Porsche Boxster nacía y ahora celebramos su 20º aniversario.
No te pierdas: prueba del Porsche Boxster S 2012
Se dice que cuando Toyota fue llamada para ofrecer soluciones a Porsche, la firma japonesa llegó a un acuerdo con un consejo de la firma de Stuttgart por el que reformar todo su proceso de fabricación de coches. Si echamos la vista adelante desde el nacimiento de la primera generación del Boxster, podemos ver que los faros, las puertas, el capó y el interior más tarde pasarían a ser compartidos con el Porsche 911 996. Incluso su mecánica bóxer de seis cilindros y 2.5 litros con 201 CV sería la base de motores donde apuntalar los nuevos bloques que ocuparían la partes posterior de la cuarta generación del popular nueveonce.
En pocas palabras, el Porsche Boxster fue en gran medida un coche construido con un presupuesto limitado y con estrictas medidas de ahorro de costes en mente. Pese a este concepto de fabricación, en Stuttgart tenían una cosa clara: no escatimarían en gastos en cuanto a conducción y maniobrabilidad se refería con el pequeño roadster. Todas las revistas y pruebas de época realizadas a la primera generación redundan en una misma conclusión. El Boxster era un coche perfecto para conductores amantes de las sensaciones.
Es cierto que las primeras unidades eran algo toscas y ásperas en cuanto a los estándares actuales, sobre todo si lo comparamos con el Boxster S fabricado a partir del año 2000, el cual estaba equipado con un seis cilindros bóxer de 2.7 litros y 217 CV. Pero incluso pese a esto, la primera generación se mostraba ligero, dócil, manejable, equilibrado e implicaba al conductor en su manejo.
Con los albores del nuevo milenio, llega la variante S del Porsche Boxster con dos mecánicas diferentes. El ligeramente optimizado 2.7 litros de 217 CV y un novedoso motor bóxer de seis cilindros opuestos y una capacidad de 3.2 litros que entregaba 248 CV. Estaba asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones o una automática Tiptronic de cinco relaciones. Este nuevo engranaje en la caja de cambios significaba que las marchas eran más cortas, lo que permitió convertir al Boxster S en el primer coche de carretera con motor central, desde el 904 GTS de 1963, que lograba pasar de cero a 100 km/h en menos de seis segundos.
No te pierdas: Porsche 911, el modelo que casi desaparece a mediados de los años 80
A lo largo de los ocho años de vida de la primera generación del Porsche Boxster (1996-2004), el pequeño roadster fue constantemente mejorado. Se introdujeron nueva suspensión, sistemas de escape, nuevos volantes y diseños de llantas de aleación, entre otros muchos más. En 2003 mejoraron los propulsores del Boxster -225 CV- y del Boxster S -258 CV-, sin embargo ya se mostraba algo anticuado, no solo por el nacimiento del BMW Z4, uno de sus principales rivales, sino por la llegada de otros modelos de la marca, como el Porsche Carrera GT, que anunciaba importantes cambios dentro de Porsche.
Pero es la primera generación la que logró y marcó un hito dentro de la compañía. Un pequeño roadster nacido de la desesperación y el ingenio para lograr optimizar los procesos de producción que además representó todo un éxito comercial y consiguió extraer a Porsche del borde de la ruina financiera. No sería hasta el Salón de París de 2004 cuando veríamos nacer la segunda generación del Porsche Boxster.
Fuente: Carbuzz