Primero te gastas más de 270.000 euros en adquirir un monumental Mercedes G 500 4×4², uno de los todoterrenos más capaces que han pisado la faz de la tierra. Después inviertes una pequeña fortuna prepararlo con accesorios 4×4 y potenciando el motor hasta cerca de 800 CV. Ese podría ser el sueño de muchos, pero no el de Jon Olsson, que no conforme con eso, ha decidido llevar las modificaciones al extremo que nos tiene acostumbrados creando un Mercedes G 500 4×4² sin techo como el vehículo definitivo para la ir a la playa.

Vídeo: Jon Olsson y su Lamborghini Murciélago en la nieve

Esta vez se ha superado, porque aunque probablemente no sea el automóvil más caro que ha creado, sí tiene que ser el coche más espectacular de todos los que ha tenido. Y eso es mucho decir, porque recuerda que por su garaje han pasado ‘aparatos’ como Rolls-Royce Wraith potenciado hasta los 800 CV, un Lamborghini Huracán con más de 800 CV, un Audi RS 6 DTM de 1.000 CV o el brutal Rebellion R2K.

Claro que nunca llueve a gusto de todos y dar forma a un vehículo tan específico y raro como este también está provocando muchas críticas. Al fin y al cabo, nadie -o casi nadie- en su sano juicio cortaría a golpe de amoladora el techo de un Mercedes Clase G (prueba) y menos de una unidad tan costosa como esta, una operación que evidentemente no es reversible y que podrían haber realizado con resultados parecidos en un Clase G más antiguo y por tanto, mucho más asequible.

Pero de nada sirve pensar eso ahora y más cuando el resultado es tan llamativo como este. Un Mercedes G 500 4×4² playero, un vehículo veraniego como ningún otro. Porque como estás imaginando, este todoterreno sobre-elevado de fábrica ya nunca va a volver a tener un techo, ni tan siquiera de lona. Eso, evidentemente, limita las posibilidades de uso y eso sin valorar los peligros que entraña ir ‘con el cielo como techo’ en un 4×4 de más de 3.000 kg de peso y con un centro de gravedad altísimo.

Pero la explicación de por qué Jon ha creado el único Mercedes G 500 4×4² sin techo del planeta igual es hasta más sorprendente: como la altura del modelo de serie sobrepasa los 2,2 metros, pocos aparcamientos subterráneos pueden acogerlo. Y eso, cuando resides en lugares como Mónaco, puede ser un problema. Pero Jon Olsson tenía la solución y esta pasaba por quitar el techo y recortar el parabrisas de forma que ahora sí cabe dentro de los garajes subterráneos.

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