Las pasadas elecciones al Parlamento Europeo, celebradas el 9 de junio, podrían marcar un antes y un después en el futuro del coche en Europa. En esos comicios, la fuerza más votada fue el Partido Popular Europeo, consiguiendo un total de 188 de los 270 diputados que tiene la Eurocámara.
A finales de enero, Euroactiv tuvo acceso a un borrador en el que la dirección de esta formación política sugería revisar la prohibición de los motores de combustión a partir de 2035 que aprobó la Unión Europea. Se trataba de un texto provisional, pero nos lo tomamos con cierta precaución, ya que era un contexto preelectoral y los partidos suelen lanzar todo tipo de proclamas para conseguir el voto de los ciudadanos.
El futuro del coche en Europa está en el aire
Sin embargo, según publica Reuters, esta semana se ha celebrado una reunión en Portugal, donde los eurodiputados del grupo han debatido las prioridades políticas para la próxima legislatura y, entre esas prioridades, está "revisar las normas de reducción de CO2 para coches y furgonetas nuevos para permitir el uso de combustibles alternativos de cero emisiones más allá de 2035".
Esto dibuja un panorama aún más borroso, lleno de incertidumbre. No obstante, el Partido Popular Europeo no ha especificado en qué aspectos concretamente quiere modificar la política de CO2 de la UE, con respecto a los vehículos. En el borrador, la dirección sólo se limita a decir que quiere "revisar la prohibición de los motores de combustión y desarrollar una tecnología puntera de motores de combustión".
Si esta iniciativa saliera adelante, la formación política presionará a la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre cómo gestionar la agenda verde europea, ya que busca la aprobación de la mayoría de los eurodiputados para un segundo mandato en su cargo. Cabe recordar que Von der Leyen pertenece al mismo partido y en su primer mandato abanderó todas las políticas englobadas en el Pacto Verde Europeo.
Incertidumbre total
La prohibición de los motores de combustión a partir de 2035 se aprobó el año pasado. En principio, esto debería suponer el fin de las ventas de vehículos nuevos de gasolina y diésel. La medida no afecta a los coches de segunda mano, que sí se seguirán vendiendo, ni tampoco a los que ya estén circulando antes de la entrada en vigor de la norma.
Sin embargo, cada vez está más claro que seguirán vendiéndose coches de combustión después de 2035, al menos, que funcionen con combustibles sintéticos. Así lo exigió Alemania, que lideró una alianza para que es incluye esa excepción. No hay que olvidar que Porsche es una de las marcas que más está trabajando en el desarrollo de este tipo de carburante, considerado neutro en carbono, porque expulsa la misma cantidad de CO2 que captura durante su proceso de elaboración.