Los ciclos de homologación de los automóviles siempre han estado en el punto de mira. El Antiguo NEDC (Nuevo Ciclo de Conducción Europeo) siempre estuvo en tela de juicio por ser demasiado laxo y ofrecer datos de consumos y emisiones muy lejos de los reales. Con el WLTP (Procedimiento Mundial de Test Armonizado para Vehículos Ligeros) que entró en vigor en 2019 parecía que los resultados se ajustaban más a la realidad, pero resulta que no es así: son un 20% inferiores a los resultados reales.
Lo ha confirmado la Unión Europea, que persiguiendo su objetivo de ser cada vez más verde y siendo consciente de que el transporte terrestre supone alrededor de una quinta parte de sus emisiones de gases de efecto invernadero, ha llevado a cabo un estudio independiente para comprobar si las cifras obtenidas en el ciclo son realistas.
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El informe, realizado sobre los vehículos nuevos matriculados en 2021 en la UE es claro al respecto: la diferencia media observada entre las emisiones de CO2 reales y el reportado de manera oficial fue del 23,7% (34,6 g/km de CO2) en modelos de gasolina y del 18,1% (27,8 g/km) en los diésel.
Por lo que respecta a consumo, la diferencia es del 19,1% (1,5 l/100 km) en el caso de los modelos de gasolina y del 15,4% (1,1 l/100 km) en el caso de los diésel.
Haciendo una media de ambos tipos de combustible, el consumo homologado era de 6,13 l/100 km, cuando el gasto de combustible real es de 7,44 l/100 km, un 17,6% más.
La mayor diferencia, sin embargo, afecta a los vehículos híbridos enchufables, que registraron unas emisiones de CO2 reales, de media, 3,5 veces (100 g/km) superiores a las oficiales.
Algo similar ocurre con el consumo, que de una homologación media de 1,69 l/100 km, en conducción real es de 5,94 l/100 km, un 71,5% más.
Es algo que no sorprende a nadie, puesto que en el ciclo WLTP se tienen en cuenta los primeros 100 kilómetros recorridos y los PHEV es donde tienen toda su autonomía eléctrica, lo que les permite arrojar datos realmente bajos, a veces cercanos a 1 l/100 km de consumo y emisiones contaminantes mínimas.
Sin embargo, a la hora de la verdad muchos conductores no recargan la batería de los mismos y, sin el apoyo eléctrico, su eficiencia no solo no es mejor, si no que, debido al peso extra que suponen sus componentes eléctricos, gastan más combustible y emiten más gases que un modelo equipado con un motor térmico equivalente sin electrificar.
El estudio, en el que ha colaborado AECA-ITV, incluye datos reales de 988.124 vehículos, el 10,6% de los turismos y el 1,0% de las furgonetas matriculadas en 2021 en Europa. El informe señala que “aunque estos primeros datos aún no son lo suficientemente amplios o representativos como para extraer conclusiones firmes, sí proporcionan una valiosa información preliminar sobre las emisiones de los automóviles, en cuanto a cómo se comparan las emisiones de CO2 oficiales de homologación y las reales entre los distintos tipos de vehículos y fabricantes”.