A 7:00 horas de la mañana del 14 de agosto de 1988, a la edad de 90 años, se apagó para siempre la vida de uno de los genios de la automoción. En ese instante, hace ya 36 años, Enzo Ferrari expiró. O, al menos, eso es lo que se dijo oficialmente. Sin embargo, en realidad, Enzo Ferrari decidió la hora de su propia muerte.
Según figura en el registro, el fallecimiento de Il Commendatore no se conoció hasta el día 15 y no se publicó hasta el 16, tal y como había decidido él mismo, una vez terminara su funeral, que se celebró el 15 de agosto, en la más absoluta privacidad, sólo acompañado de los suyos. Su último deseo era estar alejado del ruido de los medios, sin homenajes ni nada.
Enzo Ferrari decidió la hora de su muerte
Según cuentan los compañeros de Motorsport.com Italia, la historia de cómo Enzo Ferrari decidió la hora de su propia muerte la reveló el que había sido durante 14 años su médico personal, Cesare Carani, quien, incluso, se vio obligado a redactar un documento del fallecimiento sin la hora real, porque Enzo quería que su funeral se celebrara a las 6:00 de la mañana, sin más público sus familiares más cercanos.
Aunque se publicó que había muerto a las 7:00 horas, del 14 de agosto, en realidad el fallecimiento se produjo por la tarde, a las 18:30 horas, y Carani dispuso que, quienes verificaran el estado real de la muerte de Enzo debían anotar que se había producido a las 7:00 de la mañana. De esta forma, el funeral se podía celebrar a las 6:00 de la mañana del día siguiente.
Era ‘Ferragosto’
En realidad, Enzo Ferrari no había programado morir el 14 de agosto. Fue un genio, pero no tanto. Él sólo quería que su funeral se celebrara en la más estricta intimidad, sin multitudes. Pero el destino quiso que fuera ese día que, además, el día siguiente fuera festivo. En Italia, el 15 de agosto es ‘Ferragosto’ y muchos italianos aprovechan para irse a la costa, dejando las ciudades con un aspecto casi fantasmal. Esto ayudó al plan de Ferrari.
Los coches de calle que Enzo Ferrari tenía y que no eran de su marca
Finalmente, aquella mañana del 15 de agosto de 1988, domingo, poco antes de las 6:00 horas, el ataúd de madera clara, coronado por una cruz de flores blancas, salió de la casa de largo Garibaldi Undici y recorrió la ciudad de Módena completamente vacía hasta el cementerio de San Cataldo, donde fue enterrado. Unos meses antes, el 18 de febrero, coincidiendo con su 90º cumpleaños, se presentó el Ferrari F40 (prueba), el coche que rendía homenaje a la fundación de la marca.