Suele haber un momento, en la vida de toda compañía, en el que una decisión cambia el rumbo de la empresa. Y en ocasiones esa medida es tan decisiva que supone la quiebra más absoluta o el poder seguir hacia adelante. El sector de la automoción no es ajeno a ello, y se demuestra con estos coches que salvaron a sus marcas de la bancarrota. Un balón de oxígeno en el momento clave.