Con 462 CV de potencia y 700 Nm de par, el Porsche Cayenne E-Hybrid de la prueba es un SUV extremadamente rápido. La prueba está en los 5,0 segundos que invierte para pasar de 0 a 100 km/h, en los 3,2 segundos que necesita para acelerar de 80 a 120 km/h o en los hasta 253 km/h que puede alcanzar de velocidad punta. Pero lo más sorprendente no es eso, lo increíble es que este Porsche consiga medias de gasto realmente contenidas (en torno a 5l/100km) con esa potencia, con esas prestaciones y con un peso que supera los 2.300 kg en orden de marcha.
El ‘truco’ del Cayenne E-Hybrid de la prueba reside en su sistema de propulsión híbrido enchufable. Un conjunto que está formado por un motor 3.0 V6 turbo de gasolina con 340 CV y 450 Nm; y por un motor eléctrico, integrado en la caja de cambios, que produce 136 CV y 400 Nm adicionales. Este último extrae la energía de una batería con 14,1 kWh de capacidad con la que oficialmente puede recorrer hasta 44 kilómetros sin consumir gasolina a velocidades de hasta 135 km/h.
Una batería que puede recargarse en 2,3 horas empleando el cargador opcional de 7,2 kilovatios y una toma de 230 voltios con 32 amperios, pero también con el motor térmico o aprovechando las desaceleraciones. Los 14,1 kWh de capacidad de la batería suponen un incremento del 30% con respecto a la del Cayenne híbrido enchufable de la generación anterior y en la práctica te permiten recorrer más de 30 kilómetros con cero emisiones locales.
Una agilidad sorprendente
A excepción del recientemente introducido Porsche Cayenne Turbo S E-Hybrid, he tenido la oportunidad de probar todas y cada una de las versiones del Porsche Cayenne. Y da igual de qué motor se trate, que siempre quedo sorprendido y agradado por su equilibrado rendimiento y por su agilidad. Una sensación que también se da en el Porsche Cayenne E-Hybrid, que sobre lo anterior añade una eficiencia que ninguno de sus hermanos de gama puede igualar. Y ese es su principal argumento.
La suspensión neumática de tres cámaras (2.172 euros), las barras estabilizadoras activas (3.328 euros), el sistema de dirección a las cuatro ruedas (2.082 euros)… todos estos elementos opcionales convierten al Cayenne E-Hybrid en un SUV tremendamente ágil. Tanto es así que al volante tienes la sensación de estar conduciendo un vehículo de la mitad de peso. No balancea al acelerar, frenar o en fuertes apoyos; tiene una dirección rápida y un equipo de frenos muy potente incluso sin recurrir a los discos opcionales con recubrimiento de carburo de tungsteno (3.025 euros) o a los cerámicos reforzados con fibra de carbono (9.088 euros).
El selector de modos de conducción te permite configurar la respuesta del coche en función de cada necesidad. A los modos comunes a todas las versiones del Cayenne, el Porsche Cayenne E-Hybrid añade los específicos de su sistema de propulsión híbrido enchufable. Puedes elegir entre circular en modo E-Power para lograr el máximo rendimiento, en modo eléctrico, en modo híbrido u optar por reservar la energía eléctrica o recargar las baterías.
Como ves, las posibilidades son muy amplias, pero basta con seleccionar el modo híbrido para que el sistema de gestión busque en todo momento lograr la mejor combinación posible. Y lo hace con tanta suavidad que a no ser que estés mirando el cuadro de mandos no percibirás cómo está impulsándose el vehículo, si con el motor térmico, con el eléctrico o con ambos.
Como decía, el comportamiento dinámico del Cayenne es muy ágil, especialmente si está equipado con la dirección a las cuatro ruedas y con las estabilizadoras activas. No es un Porsche 911 (prueba), pero se siente más deportivo que la inmensa mayoría de SUV del mercado. Al límite, dado su tamaño y peso, tiende a subvirar ligeramente pero esa leve tendencia a ‘seguir recto’ cambia tan pronto como empiezas a pisar el pedal del acelerador. Es entonces cuando el sistema de tracción, capaz de variar a voluntad el reparto de potencia entre ambos ejes, provoca que la zaga adquiera un papel más relevante y ayude a redondear los giros.
Prueba del Porsche Cayenne E-Hybrid: un interior de 10
El habitáculo del Porsche Cayenne E-Hybrid, como sus hermanos de gama, es un espacio que aúna tradición, abundante tecnología y que rezuma lujo. Es tradicional porque su diseño sigue las pautas de todos los vehículos de Porsche, con un cuadro de mandos dominado por un tacómetro analógico ubicado en posición central. Y es tecnológico porque, por ejemplo, a ambos lados del cuentavueltas nos encontramos con dos pantallas de alta definición de 7 pulgadas que proporcionan gran cantidad de información.
Es lujoso no solo por sus excelentes acabados o por los materiales empleados, también por la solidez que transmite o por la total ausencia de crujidos o ruidos indeseados. Esto es especialmente evidente en el caso del Cayenne E-Hybrid, ya que cuando funciona en modo eléctrico apenas se percibe ningún sonido.
El equipamiento de serie es amplio, pero también el opcional. Puede contar con sistemas como la visión nocturna, la ayuda de mantenimiento en carril, el reconocimiento de las señales de tráfico, el asistente de cambio de carril, el de atascos o el de estacionamiento, por poner unos ejemplos. La capacidad del maletero, por su parte, es de 645 litros. Eso supone una disminución de 125 litros con respecto a los Cayenne normales y la razón de ello radica en el hecho de que la batería se ubica precisamente bajo el suelo de carga, restando algo de capacidad.
En definitiva, el Porsche Cayenne E-Hybrid ofrece las mismas bondades que el resto de variantes de la gama pero con el aliciente de contar con un sistema de propulsión mucho más eficiente. Claro que para disfrutar de este producto tan redondo antes deberás hacer frente a una factura abultada, pues tal y como viene de serie parte de 94.761 euros, que además puede incrementarse rápidamente a nada que selecciones muchos elementos opcionales.
A destacar | A mejorar |
Prestaciones | Precio |
Insonorización | Peso |
Comportamiento dinámico |
Fotos: Álex Aguilar