Ahora que la firma de Baviera ha revelado el nuevo BMW M4 CSL, el primer ‘Competition Sports Lightweight’ desde el mítico BMW M3 CSL E46 (prueba). Sin embargo, entre uno y otro se desarrollaron cuatro prototipos secretos que no recibieron luz verde para su comercialización. Hablamos de ellos hace unos días en un vídeo publicado por BMW donde los presentaba en sociedad por primera vez. Y el que más nos llamó la atención fue el que protagoniza estas líneas, el BMW M3 CSL V8 E46 de 2003.

Además de los M5 E60 y M6 E63 CSL, así como el M2 CSL, que no llegaron jamás a ver la línea de montaje, existe un cuarto prototipo que tiene el honor de ser, junto al BMW M3 GTR Strassenversion de 2001, el primer M3 con motor de ocho cilindros. La compañía alemana decidió experimentar combinando una mecánica basada en la del BMW M5 E39 para crear una versión más potente, pero también ligera, del ya de por sí aligerado M3 CSL E46.

BMW M3 CSL V8 E46 (2003): el prototipo con un motor basado en el del M5 E39

BMW M3 CSL V8 E46 2003

El objetivo de BMW M era desarrollar un motor de 4.0 litros y altas revoluciones con 430 CV de potencia e instalarlo en un M3. La división de altas prestaciones del fabricante alemán recibió un M3 CSL donado por el departamento de prensa tras el lanzamiento del modelo y obró su magia. El motor en cuestión fue denominado S65VB40, un propulsor V8 de 3.999 cm3 con una potencia de 430 CV que se basaba en el S62B50 del M5 E39. Tenía una menor cilindrada, pero también podía subir más de revoluciones, lo que le permitía entregar 30 CV más que el M5.

Finalmente existe un BMW Z8 Coupé, aunque llega 20 años después

Lo que comenzó siendo un experimento, finalmente se convirtió en el corazón del BMW M3 E90 en 2007, el conocido S65B40 de 420 CV disponibles a 8.300 rpm. Los conocimientos adquiridos por el departamento de motores de BMW M se verían reflejados también en otros propulsores creados, como S85, el conocido V10 del M5 E60 y el M6 E63.

BMW M3 CSL V8 E46 2003

El resto del BMW M3 CSL V8 E46 de 2003 permaneció casi sin cambios, salvo por dos grandes entradas de aire circulares en el parachoques delantero que servían para suministrar aire a las admisiones del V8. BMW fue capaz de conservar el resto de elementos del M3 CSL, incluyendo los asientos baquet, el techo de carbono y la reducción de hasta 110 kilos de peso.

Por desgracia, el experimento de un M3 CSL con un motor V8 de altas revoluciones no pasó de ser precisamente eso, un experimento. Pero, sin él, el M3 E90 no habría contado con su V8 y el M5 E60 no hubiera recibido el V10, por lo que su sacrificio no llegó a eclipsar a su enorme contribución.

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