En los años 80 ya se tenía en cuenta que la movilidad urbana iba a ser clave en el futuro. El Volkswagen Scooter Design Studio de 1986 fue la solución que pensó Volkswagen para satisfacer a un amplio número de clientes que viven en la gran ciudad pero que quieren tener un coche en el garaje que también les satisfaga a nivel de imagen o en cuanto a deportividad. El Volkswagen Scooter es un completo desconocido, hoy vamos a conocerlo un poquito más en profundidad.
Volkswagen See-Golf: un loco proyecto de 1983 con un Golf anfibio
A mediados de los 80 había ciertos términos que ya se empezaban a utilizar en el día a día: eficiencia, ahorro de combustible, practicidad. Las ciudades demandaban coches pequeños, manejables, fiables y baratos de mantener, con un consumo contenido. No obstante, en los 80 también estaban muy de moda los coches deportivos, con una gran afición por los rally, y los compactos deportivos tuvieron su auge en esa época con joyas como el Peugeot 205 GTi o el Volkswagen Golf GTI ya asentado.
Volkswagen tenía claro que el futuro tenía que contener todos estos ingredientes y por eso imaginó cómo podría ser el coche urbano perfecto en 1986. Imagen potente, eficiencia, prestaciones y deportividad. El Volkswagen Scooter Design Studio fue presentado en el Salón de Ginebra de 1986 y dejó a todos con la boca abierta. Su diseño era espectacular, gracias especialmente a dos elementos: sus puertas de alas de gaviota y la única rueda trasera en posición central. Sí, amigos, el Volkswagen Scooter era un triciclo.
Volkswagen Scooter: también aerodinámico
La aerodinámica también empezaba a ser clave para mejorar las prestaciones y la eficiencia y en este modelo se trabajó especialmente para conseguir un buen registro. El Volkswagen Scooter era mitad coche mitad moto deportiva, con dos asientos en su interior y un motor de cuatro cilindros de hasta 90 CV situado sobre el eje delantero. Pueden parecer pocos, pero ojo porque hablamos de un vehículo muy ligero y compacto: apenas medía 3,17 metros de largo, 1,5 metros de ancho y 1,24 metros de alto.
Sin duda, su aspecto es deportivo y agresivo, con un frontal de coche y una trasera que parece más de moto deportiva, con una espectacular doble salida de escape a cada lado de la rueda. Las puertas de alas de gaviota le daban el toque de imagen definitivo, mientras que su aerodinámica, su puesta a punto deportiva y su eficiencia bien podrían poner a prototipo en nuestros tiempos sin ningún tipo de problema.
El Volkswagen Scooter nunca pasó de ser un prototipo, pero eso sí, un prototipo único y diferente que ponía sobre la mesa una propuesta al menos interesante. Con el paso del tiempo este prototipo de Volkswagen quedó relegado al olvido y bien se merece que lo recordemos en un tiempo en que los coches urbanos, eficientes, con una imagen potente y con toques deportivos están en plena vigencia.
La historia de los 3 Volkswagen Polo G40 de 1985 que rodaron a 200 km/h durante 24 horas