Esta semana, Volkswagen ha presentado uno de sus modelos más esperados desde hace algunos años, prácticamente, desde que empezamos a conocer los primeros bocetos. No es otro que el Volkswagen ID.Buzz, una reinterpretación moderna y eléctrica de la mítica furgoneta alemana de los 50. Coincidiendo con este estreno, hemos querido rescatar un prototipo que hizo la marca alemana a comienzos del milenio, el Volkswagen Microbus Concept: un homenaje a la tradición, pensando en el mañana.

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Volkswagen presentó este prototipo en el Salón de Ginebra de 2001, meses antes de que unos aviones se estrellaran contra las Torres Gemelas en Nueva York, coloreando en rojo el 11 de septiembre para siempre y marcando el inicio de una nueva era global. El microbús fue creado por el estudio de diseño de Volkswagen en California y estaba destinado, principalmente, para el mercado estadounidense, donde tanto tirón tuvo la furgoneta original, sobre todo, en el mundo hippie de los 60.

Volkswagen Microbus Concept: un homenaje a la tradición, pensando en el mañana

Volkswagen Microbus Concept

El Microbus Concept presentaba un diseño original con algunas ideas innovadoras, remontándose a la tradición iniciada por la marca de Wolfsburgo en los años 50. El éxito de aquella furgoneta fue tal que no tardó en alcanzar el estatus de culto, especialmente, en Estados Unidos. El estudio de California hizo una nueva definición de ese estatus: una expresión contemporánea de la personalidad y la libertad.

En aquella época, Volkswagen ya había rescatado otro icono del automovilismo, el Volkswagen Beetle, adaptándolo al presente, pero conservando los rasgos principales del diseño original. Con el Microbus, el estdio de diseño californiano no realizó una simple copia del original, sino crear “un nuevo original” que rindiera un homenaje a la visión independiente que alcanzó el clásico bus de Volkswagen.

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Esta independencia se demostró en el diseño llamativo del Microbus, caracterizado por un frontal con faros xenón, una línea particularmente delgada, el peculiar diseño de las ventanillas laterales y las grandes puertas correderas, cuya apertura era eléctrica, pulsando un botón. Mención aparte merecían las llantas de 20 pulgadas y los voluminosos pasos de rueda.

Interior de alta tecnología

En su interior, el prototipo ofrecía tres filas de asientos, pudiendo girar en 180 grados las butacas del centro, y la tercera fila estaba diseñada en forma de banco. Todos los pasajeros tenían a su disposición un cinturón de seguridad integral.

Uno de los aspectos más destacables era que el interior se podía transformar en una sala de cine, con imágenes que se proyectaban en una pantalla de siete pulgadas en la consola central (esta cifra hoy nos parece irrisoria) y en cuatro monitores ubicados en los respaldos de la primera y segunda fila, así como dos pantallas extraíbles entre la segunda y tercera fila. Además, había otra pantalla de siete pulgadas en el techo.

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