Un cara a cara entre el Toyota Supra y el BMW Z4 es algo que muchos estaban esperando, dado que como han sido desarrollados de manera conjunta, hay quien señala que son básicamente el mismo coche. Comparten elementos, está claro, pero también tienen diferencias reseñables que pueden significar la victoria o la derrota en pruebas como una carrera de aceleración o un test de frenado.

PRUEBA: Toyota GR Supra

Ambos montan el mismo motor, un bloque de origen BMW, el B58 3.0 turbo de seis cilindros en línea, que desarrolla 340 CV de potencia entre 5.000 y 6.500 rpm, y 500 Nm de par entre 1.600 y 4.500 vueltas. También comparten configuración mecánica tanto en la caja de cambios, una automática ZF de ocho relaciones, como en el hecho de ser tracción trasera.

Ahora bien, mientras que el Toyota es un cupé, el Z4 es un descapotable, lo que implica una serie de refuerzos y estructuras extra que suponen un peso añadido. En este caso la diferencia no es muy acusada pero mientras que el nipón marca sobre la báscula 1.570 kilos, el alemán sube hasta los 1.610.

Las diferencias entre el BMW Z4 2019 y el Toyota Supra 2019

Con esto en mente, se enfrenta a ambos deportivos en una ‘drag race’ desde parado, en una carrera con salida lanzada a 80 km/h y en una prueba de frenos. Esto es lo que ocurre:

El Toyota Supra se muestra intratable en el cuarto de milla, sacando ventaja en la salida y ampliándola durante los 400 metros para cruzar la línea de meta medio segundo antes que su rival. El ‘launch control’ hace su trabajo, pero también existe la sospecha de que es posible que tenga más potencia de la que anuncia oficialmente la marca. La diferencia se reduce en la segunda prueba, pero aún así es reseñable. Al BMW Z4 le queda el consuelo de, aún siendo algo más pesado, frenar un poco antes que su hermanastro en el tercer test.

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