La historia de SEAT ha estado ligada al mundo de la competición durante todo este tiempo. La compañía de Martorell ha participado en infinidad de pruebas de tierra y asfalto, e incluso ha alcanzado la gloria en diferentes disciplinas y campeonatos. Pero hubo un tiempo en el que el automovilismo deportivo estuvo marcado por una crisis que permitió a la marca adoptar nuevas medidas, y el SEAT Toledo Marathon de 1993 fue una clara declaración de intenciones por los rallye raids en general, y el Rallye Dakar en particular.

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Tras la prohibición del Grupo B y la cancelación del Grupo S de rallyes, el SEAT Ibiza Bimotor se queda en el limbo entre desaparecer o reinventarse. Lejos de tirar la toalla, SEAT Sport decide recolocar el vehículo en otra modalidad, y el Campeonato de España de Rallyes de Tierra se convierte en su patio de juego. A los mandos, José María Serviá pilotó a este extraño Ibiza de dos motores y 300 CV por las diferentes pruebas del campeonato en las temporadas de 1987 y 1988.

SEAT Toledo Marathon (1993): el Toledo pensado para los rallye raids

seat toledo marathon 1993

Sin embargo, paralelamente al Ibiza Bimotor, SEAT Sport estuvo trabajando en el desarrollo de una versión del SEAT Toledo (prueba) para los rallyes raids. Basado en la primera generación del Toledo -que llegaría al mercado en 1991 como sustituto del Málaga- esta versión extrema del sedán se convierte en un todoterreno de dos puertas con la mecánica de uno de los coches de rallye más exitosos de Audi.

Construido sobre un chasis tubular de acero de alta resistencia reforzado con componentes de fibra de carbono, esta versión todoterreno del Toledo I equipaba una suspensión de paralelogramo deformable con amortiguadores Öhlins. Un sistema de tracción a las cuatro ruedas, un diferencial central autoblocante y una caja de cambios manual muy cerrada de seis relaciones completaban el conjunto.

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Pero, ¿qué impulsaba a este Toledo con carrocería de tipo coupé, un gran alerón trasero y unas enormes ruedas todoterreno? José Mª Serviá jugó un papel esencial en la elección del motor. Tras la retirada del Ibiza Bimotor, Serviá participa en el Campeonato Nacional de Raids a los mandos de un Audi Quattro.

El piloto se consagraría campeón en dos ocasiones, en la temporada 1990 y 1991, y su experiencia con el motor de Audi ayuda a SEAT a tomar la decisión de equipar esta mecánica en su nuevo proyecto. El propulsor era una unidad de cinco cilindros en línea sobrealimentado con 2.1 litros de capacidad. Este motor permitía al Toledo todoterreno desarrollar 330 CV de potencia a 5.500 rpm y un par máximo de 480 Nm.

La historia que se truncó a un paso de llegar al Dakar

seat toledo marathon 1993

Ya que en 1991 se había lanzado la primera generación del Toledo y SEAT quería potenciar las ventas, decidió seguir la estrategia comercial basada en la competición que llevaban a cabo marcas como Citroën o Peugeot. De este modo, en 1992 presenta el SEAT Toledo Marathon y anuncia que su debut sería en la Baja Portugal del año 1993. Por supuesto, José María Serviá sería el encargado de pilotar a la bestia de los raids, siempre con la vista puesta en el Dakar.

Si bien es cierto que el Toledo Marathon no llegó a completar la prueba de Portugal, Serviá logró un segundo puesto en el Raid de Grecia de 1993. Al año siguiente, SEAT había terminado de pulir el vehículo y se disponía a prepararse para el Dakar con un segundo piloto que se uniría a Serviá: Erwin Weber.

seat toledo marathon 1993

En la Baja Portugal de 1994, la primera prueba del año, el alemán firma un segundo puesto, mientras que el español se ve obligado a abandonar por problemas mecánicos. En la Baja Aragón conquistan el tercer y cuarto puesto, respectivamente, mientras que, en el Raid de Grecia, Serviá finalmente consigue la victoria, esta vez acompañado de Antonio Rius a los mandos del segundo Toledo Marathon.

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Todo parecía preparado para dar el salto a la prueba definitiva, el Rallye Dakar. Sin embargo, SEAT Sport decidió orientar sus intereses hacia el Campeonato Mundial de Rallyes y abandona la idea de conquistar las dunas del rallye raid que conectaba Europa y África. Finalmente, el SEAT Toledo Marathon no tuvo su oportunidad para batirse en duelo contra marcas como Citroën o Mitsubishi. Actualmente, uno de los dos Toledo Marathon se conserva minuciosamente restaurado en el Museo SEAT, la Nave A122.

1 COMENTARIO

  1. Pues decir que la segunda unidad del Toledo Marathon si corrió el Dakar, aunque como equipo privado. Esa unidad fue vendida al piloto Portugués Santinho Mendes y participó un par de veces en el Dakar.

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