El ‘doscaballos’ es todo un héroe popular en Francia. Y en muchos más sitios. Creado en los 30 y lanzado en 1948 como un coche para el hombre de a pie (en aquella época, la mujer de a pie no contaba demasiado), el tiempo lo ha ido convirtiendo en icono, igual que al Escarabajo, al Mini o al Fiat 500. Por eso, una de las interpretaciones más extrañas jamás vistas (y con este modelo se ha visto de todo) es este one-off llamado Citroën 2CV par Hermès, que vestía al humilde ‘currante’ de dandy.

Se realizó en 2008, cuando el iconoclasta Jean Paul Gaultier era director creativo de la firma de lujo. Una época en la que, además, prácticamente se habían especializado en este tipo de customizaciones. De hecho, se presentó a la vez que el Bugatti Veyron par Hermès (que tenía mucho más sentido) y poco más tarde llegó el smart Fortwo par Hermès. Pero el simpático 2CV a punto estuvo de robarle los focos al superdeportivo.

Citroen 2CV Hermes interior

Para la peculiar transformación, Citroën escogió una de las últimas unidades. En concreto, se trataba de un 6 Spécial salido de fábrica en 1989, solo un año antes de que se detuviera su producción. Y, como si fuera uno de los famosos bolsos de la marca de moda, se lo pintó de arriba abajo (tapacubos incluidos) en un tono marrón oscuro. Del cual habría que decir que funciona bastante peor para un coche que para la marroquinería.

Al menos, los diseñadores de Hermès dejaron la capota en tela (o canvas, por seguir con el símil del bolso) blanca, que le daba un cierto contraste. Eso sí, echaron el resto sobre todo en el habitualmente espartano interior. Allí, los míticos asientos del 2CV (historia) quedaron tapizados con cuero marrón y, de nuevo, tejido blanco.

Citroen 2CV Hermes pomo

Y la invasión de la piel continuaba: el salpicadero, el volante, los paneles de las puertas, el retrovisor interior… Todo estaba revestido de este lujoso material, con pespuntes en blanco. Incluidos el pomo de la mítica palanca de cambios y el extremo del mando de luces.

Desde entonces, hemos visto muchos más automóviles ‘vestidos’ por marcas de ropa. Como los recientes Bugatti Chiron habillé par Hermès (que continuaba la tradición marcada una década antes por el Veyron) y Mini Strip, realizado en colaboración con Paul Smith.

Incluso hemos recopilado aquí 23 modelos que han tonteado con el mundo de la moda. Pero lo cierto es que pocos se recuerdan tan bien como ese one-off que fue el Citroën 2CV par Hermès. Aunque solo sea porque ver a este cochecito sin pretensiones disfrazado así nos descoloca. Para bien y para mal.

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