PRUEBA: Toyota RAV4 Hybrid 4×2 2019 

En esta ocasión me toca realizar la prueba del Toyota RAV4 Hybrid 4×2 2019, la quinta generación del modelo que inició el segmento de los todocamino compactos.

Mucho ha llovido desde entonces. Mucho ha cambiado el SUV desde que en 1994 viese la luz en el Salón de Ginebra. De ese ‘Recreational Active Vehicle with 4 Wheel Drive‘ de 3’69 metros de longitud (más corto que los automóviles actuales del segmento b), carrocería monocasco y motor de gasolina 2.0 transversal de 129 CV queda muy poco. También mucho han cambiado los fabricantes, sus coches, los gustos de los compradores y, en general, el mundo en el que vivimos.

Una de las las máximas de Toyota es el respeto al medio ambiente, de ahí que gran parte de toda su gama sea híbrida. Y este todocamino no iba ser menos. En realidad no es la primera generación que es movida por una unidad de potencia híbrida (además, cabe señalar que entre octubre de 1997 y abril del 2000 hubo un RAV4 eléctrico, poniendo de manifiesto lo avanzado del modelo ideado por el ingeniero jefe Masakatsu Nonaka). En el caso del coche de la prueba, el Toyota RAV4 híbrido, equipa un 2.5 de 218 CV. Pero de su sistema de propulsión te hablaré más adelante…

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Primero déjame que le dedique unas palabras a su diseño exterior, con líneas muy marcadas. Rompe con la imagen del anterior RAV4, acción valiente por parte de Toyota y que creo que es un acierto. No porque el anterior tuviese un diseño desfasado o anodino, sino porque alabo el cambio de diseño entre generación y generación y crítico aquellas actualizaciones mínimas, poco arriesgadas; eso sí, siempre con cabeza. Destacan sus afilados grupos ópticos, sus pronunciados pasos de rueda y su techo flotante bitono con ligera caída descendente. Lo cierto es que frente a frente impone. Lejos ha quedado esa longitud más propia de un utilitario…

Ese aumento se aprecia dentro, porque todos los pasajeros cuentan con un espacio destacado. En las plazas traseras, el reservado para las piernas es enorme, pero es que el de la cabeza es exagerado. Por su parte, el asiento central tiene un respaldo tirando a durito, pero la banqueta es blanda y el túnel de transmisión, bajo.

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Presenta una instrumentación clara, con un cuadro que combina lo analógico con lo digital. El salpicadero está dividido en capas y tanto este como la consola central se ven robustos, fuertes. Ambos adoptan en su mayoría materiales blandos, aunque también encuentro algún que otro duro.

El maletero está muy bien resuelto por capacidad, 580 litros, y por su boca de carga, que es amplia y con un borde bajo. Además, tiene dos alturas y formas regulares.

Comienzo la prueba dinámica del Toyota RAV4 Hybrid 4×2 2019. Enciendo el botón y el único protagonista es el silencio. ¡Qué gozada! Gozada cuando no está encendido el motor de combustión, porque cuando funciona y el vehículo se mueve a baja velocidad, el sonido es más intenso que cualquier bloque de gasolina o diésel.

En ciudad da gusto moverse con él. Invita a la tranquilidad y a jugar con sus cinco modos de recuperación de energía, que se activan desde las levas. A pesar de su tamaño se mueve bien, es ágil y su dirección colabora a ello. Con el modo EV, que es el que más interesa, el vehículo puede circular como un coche eléctrico puro, sin asistencia del motor de combustión; eso sí, aunque depende de varios factores como el nivel de carga de la batería, la temperatura exterior, la orografía, el peso dentro del coche, la intensidad que se pisa el pedal y los asistentes que estés usando, como el aire acondicionado, luneta térmica… Asimismo, he logrado moverme utilizando el motor eléctrico sin superar los 57 km/h. En el momento en el que he rebasado esa velocidad, ha saltado el propulsor de gasolina, ya sea solo o trabajando en conjunto.

Gracias a este modo he conseguido hacer trayectos combinando ciudad y carretera, sin superar los 100 km/h, con un consumo medio de 3’4 l/100 km. Aunque lo normal es moverte con unos 4’7 en modo Eco, una cifra muy buena para el tipo de coche que es. Además, siempre intenta maximizar el ahorro de energía y combustible para conseguir las mejores medias. También existen los modos Normal y Sport, en los que solo se ve alterada la intensidad de la entrega de potencia.

En carretera digamos que es otro cantar. La verdad es que está bien insonorizado y el ruido aerodinámico es bastante poco. Sin demandar potencia todo es silencio, hasta que necesito mayor energía, momento en el que piso el acelerador y el sonido del cambio se convierte en un nuevo e inesperado compañero de viaje. Lo bueno es que si pongo la palanca en modo ‘manual’ (simula las transiciones de un cambio automático, recuerda que el que equipa es uno de variador continuo) y subo de marcha el sonido puede llegar a mitigarse, excepto si hundes el pedal derecho con ganas.

El coche de la prueba, el Toyota RAV4 Hybrid 4×2 2019, es cómodo para viajar, porque a esa buena insonorización que se ve alterada con el cambio en contadas ocasiones, se suma una suspensión que absorbe bien las irregularidades de la calzada y un maletero que cubica 580 litros.

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Está disponible desde 31.800 euros con un completo equipamiento, sobre todo de seguridad, que incluye: faros delanteros y traseros LED, sensor de luz y lluvia, retrovisores eléctricos con calefacción, limitador de velocidad, control de crucero adaptativo, asistente de frenada de emergencia, sensores de aparcamiento traseros, cámara de visión trasera, asistencia al arranque en pendiente, sistema precolisión con detector de ciclistas, avisador de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico, arranque sin llave y climatizador bizona, entre otros muchos elementos. Esos 31.800 euros también traen consigo la etiqueta ECO en el parabrisas, con las ventajas que ello conlleva. Por todo ello y por ser un coche grande, con espacio y, sobre todo, tecnología híbrida me parece una cifra muy buena. Y si lo comparo con el precio de sus rivales, me parece aún más sugerente.

Fotos: Álex Aguilar