Me lo han preguntado muchas veces, ¿cuál es tu coche favorito? Pues es este, el de la prueba: el Porsche 718 Boxster GTS 4.0, de Gran Turismo Sport, con un motor central de 4,0 litros de 400 caballos de potencia y unos ajustes de la amortiguación sublimes. Si lo utilizase a menudo en circuito preferiría a su hermano mayor, el Boxster Spyder, pero el GTS, que es el escalón anterior, es solo una pizca menos deportivo y a cambio puede ser utilizado todos los días con confort.
Vamos a ver por qué el dinamismo del Boxster es el más gratificante del mercado, incluso por encima del mítico 911; por qué su diseño es tan atractivo, a pesar de que en gustos no hay nada escrito, y por qué el motor de los GTS es uno de los más trepidantes que podemos encontrar, a lo que se añade que ha estado a punto de no existir, con lo que su aparición nos ha dado una gran alegría. Todas estas razones hacen que esté enamorado de este coche, lo confieso, del que solo nos separan 100.000 euros... 100.000 euritos de nada que tiene cualquiera.
Un poco de historia
Porsche tiene una larga tradición en deportivos abiertos. El Porsche 356 fue el primer Porsche, data de 1948, y los 718 fueron sus continuadores, coches exclusivamente de competición que en buena parte gracias a su motor central fueron protagonistas a finales de los 50 y comienzos de los 60, con varias victorias en carreras como la Targa Florio o las 12 Horas de Sebring y varias victorias de clase en las 24 horas de Le Mans. De los 718 de carreras toman su nombre los actuales 718, y con ellos comparten un tamaño contenido, el motor central y, en el caso de los Boxster, la carrocería abierta.
Pero cuando nacieron allá por 1996, los 718 aún no se llamaban 718. Los primeros en aparecer fueron los Boxster, en 1996, y no existió la versión cerrada, el Cayman, hasta 10 años más tarde, hasta 2006.
La llegada de los Boxster llegó en un momento complicado para Porsche, un momento en el que estuvo a punto de desaparecer. Las ventas de Porsche a principios de los 90 eran de unos 25.000 coches, la mitad que en los 80, y el 911 no funcionaba, así que muchos propusieron dejar de fabricarlo. La leyenda habla de una reunión de directivos a vida o muerte, a cara o cruz, en la que la cabeza del 911 pendía de un hilo. Entonces se decidió continuar la producción del 911... y se decidió crear un deportivo justo por debajo de él para ganar volumen de ventas -aquí tienes toda la historia del Porsche Boxster concept-.
El éxito llegó de inmediato: pronto el Boxster se convirtió en el Porsche más vendido. Entre otras cosas, porque fue uno de los modelos más rápidamente aceptados por los más exigentes amantes de la firma alemana, porque vieron en él una vuelta al origen, nada de SUV o grandes berlinas a las que criticaban; el Boxster era como un directo continuador de los primeros Porsche: compacto, bello, y dinámicamente brillante.
Así que gracias a insistir con el 911, al Boxster, y al odiado para puristas y amado por el público general Cayenne, Porsche se convirtió en el fabricante más rentable de la industria automovilística internacional.
Cabrio desde el principio
Los cabrios no suelen tener un buen dinamismo porque al quitarle el techo a cualquier coche, este pierde rigidez de la carrocería, que flexa más fácilmente en las curvas, y con ello su comportamiento en carretera es peor incluso con refuerzos, que son los causantes de que todo cabrio pese más que la versión cerrada de la que deriva.
Pero el Boxster ha sido diseñado desde el principio para ser cabrio; no deriva de la versión cerrada, y por esta razón no ha necesitado refuerzos extra de la carrocería, no ha ganado peso extra y así conserva prácticamente intactas las características dinámicas del modelo cerrado.
Además, te permite disfrutar de la conducción sin el techo. Cuando conduces con el coche abierto, en conducción deportiva todo parece más trepidante, y cuando viajas te permite disfrutar mucho más del entorno. En ciudad, son perfectos para hacer turismo; nada tapa la visión de lo que te rodea.
Que el Boxster haya nacido desde el principio como un deportivo, no solo es bueno para que pueda ser abierto sin perder dinamismo, además le permite mostrar unas líneas muy afiladas que le hacen llamativo y atractivo. Tanto, que no necesita alerones, pasos de rueda marcados o faldones laterales para ser espectacular.
Detalles propios
Para diferenciarse de los demás Boxster, el de la prueba, el Porsche 718 Boxster GTS 4.0, tiene discretos detalles como la nueva defensa delantera, con tomas de aire mayores y un labio inferior, o faros oscurecidos. En el lateral luce llantas de aleación de 20 pulgadas, en negro, y potentes frenos de 350 milímetros delante y 330 detrás.
No es fácil percibirlo, pero además los GTS ruedan dos centímetros más cerca del suelo, distancia que opcionalmente puede ser de un solo centímetro para que el coche no roce en la cuesta de tu garaje. Como punto un poco negativo, las branquias laterales parecen de plástico convencional... pero casi ninguna otra cosa parece convencional en este coche.
Si los cromados se añaden a los coches que quieren parecer lujosos, en los que buscan un aspecto más deportivo se prefiere el negro, y el GTS lo tiene en las defensas, en el marco de las puertas, en los retrovisores o en las citadas llantas.
En la parte trasera, es específico el difusor de aire y, como ves, continúan los detalles en negro, como los faros, la parte inferior del alerón o las grafías.
Algo muy peculiar de los 718 Boxster es que tanto bajo el capó delantero como bajo el trasero hay dos maleteros, de 150 y 120 litros respectivamente... El motor está en el centro del coche y no es fácil acceder a él.
Por dentro
En el interior lo primero que destaca es la perfecta postura de conducción, con el asiento muy bajo y el volante perfectamente situado en paralelo al conductor, como toda la vida en Porsche. Además, los asientos recogen muy bien el cuerpo y por ello son perfectos para pilotar. Eso sí, por su baja altura, no es fácil entrar y salir del coche, y para viajar son más cómodos asientos más altos.
La cabina es todo lujo y calidad gracias a perfectos ajustes, materiales de primera y texturas blandas, y opcionalmente podemos optar porque la piel cubra todo el interior, incluido el salpicadero, algo muy espectacular. Pespuntes en rojo y logos GTS con algunos detalles específicos de esta versión.
Motorazo
El motor del 718 Boxster GTS es el mismo que equipan sus hermanos mayores, los Boxster Spyder y Cayman GT4, y es nada menos que una evolución del que estrenó el Porsche 911 GT3, uno de los 911 más brillantes: 4 litros de cilindrada y 400 caballos de potencia. Además de inyección directa y admisión variable cuentan con un sistema capaz de apagar tres cilindros cuando las condiciones lo permiten.
Y la gran noticia es que se trata de un motor atmosférico, y de seis cilindros opuestos (bóxer). Porsche decidió equipar a todos sus Boxster y Cayman con motores de 4 cilindros turbo, como hacen ahora todos los fabricantes, pero a sus incondicionales no les gustó nada el descenso de sonoridad y refinamiento que supuso pasar de motores de seis a cuatro cilindros.
Pero rectificar es de sabios, y el Boxster GTS luce uno de los pocos motores atmosféricos que quedan en el mercado. Los motores de cuatro cilindros turbo de Porsche no sonaban tan bien como este.
Su comportamiento es perfecto para la conducción deportiva, pues sube de vueltas como un misil en un recorrido que parece no tener fin, y la zona alta, con su rugido y la máxima fuerza del motor, es un paraíso; ahí es donde querrás llevar siempre la aguja. Para ello hay que jugar con la caja de cambios y llevarlo siempre lo más alto de vueltas posible. Sus 400 caballos son puro espectáculo, puro goce.
Para una conducción más sosegada no tiene ningún problema, pues con sus 4,0 litros los bajos son sobresalientes, pero son inferiores a los de motores turbo. De hecho, la fuerza máxima la entrega a 5.000 vueltas, cuando los motores turbo normales lo hacen a 2.000 vueltas. Como digo, gracias a su gran cilindrada, 4,0 litros, la fuerza inicial para una conducción sosegada es sobrada y no hay que subirlo de vueltas.
Porsche ya cuenta con caja de cambios de doble embrague para los GTS, ya que al inicio de la comercialización solo se ofrecía en versión manual de seis marchas. La caja es otra delicia, con recorridos cortos y precisos, y además es capaz de hacer el punta tacón por nosotros cuando bajamos marchas, ese pequeño acelerón en el preciso momento en el que está insertado el embrague para que las ruedas y el motor sigan girando a la misma velocidad.
Dinamismo ejemplar
Al principio de este artículo me atreví a decir que los Boxster y los Cayman son superiores en dinamismo a los 911, y esto es una gran herejía, pero es mi opinión. Tienen menos caballos de potencia, sí, pero los GTS usan los mismos motores, y dinámicamente, el hecho de que sean más pequeños, más ligeros, y que tengan el motor en el centro de la carrocería en lugar de tan retrasados como los 911, los hace más ágiles. Pura física.
El ajuste de todos los Porsche es tradicionalmente fijado por Walter Röhrl, excampeón del mundo de rallyes, y es una pura maravilla.
En primer lugar, una característica de los Porsche de este siglo, opuesta a los primeros, es que cualquiera puede pilotarlos cerca de sus límites, que va a sentir una confianza total. La electrónica, además del control de estabilidad y tracción, se encarga de frenar las ruedas interiores que patinan, sin que tú lo notes, con lo que meten en las curvas al coche ciegamente y perdonan graves errores de conducción.
Pero es que sin los controles la cosa no cambia tanto, siguen siendo muy facilones. La clave es que no conozco un coche tan fácil de pilotar que además sea tan comunicativo con el conductor, y le dé tanta satisfacción: el agarre es brutal, el comportamiento eficaz a no poder más, y todo ello con una total unión entre conductor y carretera. Ah, y con una suspensión dura, pero no incómoda. Es la perfección.
Así, la dirección, muy directa y de tacto fabuloso, mete el morro en las curvas con decisión, sin balanceos de la carrocería. Una vez en el vértice, el perfecto reparto de pesos hace que en el límite el coche se vaya de las cuatro ruedas, no de delante ni de detrás. En cambio, si soltamos gas bruscamente en los giros la trasera se mueve un poco para ayudarnos, aunque sin llegar a ser tan nervioso como el Toyota Supra del que os hablamos con anterioridad en nuestra web.
Y cuando salimos de las curvas y damos gas a fondo, la tracción trasera garantiza una salida con un agarre espectacular. Al límite, como casi todos los Porsche de los últimos años, el Boxster GTS muestra un ligerísimo subviraje del eje delantero. Esto sirve para que cuando nos pasamos con el gas, la trasera no se pierda fácilmente, porque lo hace antes el eje delantero. Con este ajuste perfecto para facilitar el pilotaje se ha perdido un poco de capacidad de derrapar, porque el límite de agarre está lejos y una vez alcanzado no es sencillo mantenerlo, a pesar de que, de serie, los GTS cuentan con autoblocante trasero, un elemento que mejora el agarre y la facilidad para derrapar.
No podemos olvidarnos de los frenos, que son excelentes, y realizan su trabajo de forma excelente tanto en frío como casi al rojo. Así que solamente debemos optar por los cerámicos opcionales si vamos a usarlo a menudo en circuito, un lugar para el que el GTS está perfectamente preparado. En cuanto al tacto del pedal, es suave en un principio y firme y de recorrido corto enseguida, una buena mezcla para frenadas suaves en conducción diaria y precisas pilotando.
Me lo quedo
En definitiva, creo que los Porsche Boxster son los deportivos capaces de aunar la mayor suma entre deportividad y sensaciones, lujo y capacidad de uso diario del mercado, en parte gracias a un botón Sport que de verdad hace al coche más cómodo o más trepidante.
La versión GTS es la más deportiva de la gama, solo por detrás de los Boxster Spyder y del (prueba) Porsche Cayman GT4, que tienen distinto apellido pero son básicamente lo mismo, y a cambio de mantener casi toda su emoción, son más lógicos para el día a día, con lo que, dentro de que son una compra totalmente pasional, son más razonables.
Sus 400 caballos son brutales, su sonido es increíble y por ello los prefiero, incluso, a los 911. Ahora disculpadme que me voy al banco a conseguir los 98.000 euros que cuesta, me llevo la pipa de madera y el pasamontañas.
A destacar | A mejorar |
Dinamismo | Precio |
Motor | |
Calidad |
Ficha técnica Porsche 718 Boxster GTS 4.0 | ||
Motor | Cilindrada | 3.996 cc |
Cilindros | 6 bóxer | |
Potencia máxima | 300 / 5.300 – 6.500 rpm | |
Par máximo | 420 Nm / 5.000 – 6.500 rpm | |
Alimentación | Tipo | Inyección directa |
Transmisión | Caja de Cambios | Manual, 6 velocidades |
Tracción | Trasera | |
Suspensión | Delantera | McPherson Resorte helicoidal Barra estabilizadora Amortiguadores adaptativos |
Trasera | McPherson Resorte helicoidal Barra estabilizadora Amortiguadores adaptativos |
|
Frenos | Delanteros | Discos ventilados 350 mm |
Traseros | Discos ventilados 330 mm | |
Dimensiones | Longitud | 4.405 mm |
Anchura | 1.801 mm | |
Altura | 1.276 mm | |
Distancia entre ejes | 2.475 mm | |
Maletero | Volumen | 150 + 120 litros |
Peso | Peso | 1.480 kg |
Prestaciones | Velocidad máxima | 293 km/h |
Aceleración 0-100 Km/h | 4,5 seg | |
Consumo | Combinado | 10,9 l/100 km |
Velocidad baja | 17,4 l/100 km | |
Velocidad media | 11,1 l/103 km | |
Velocidad alta | 9,4 l/100 km | |
Velocidad muy alta | 9,6 l/100 km | |
Emisiones | Emisiones de CO2 | 247 g/km Euro 6 - Etiqueta C |
Precio | Precio oficial | Desde 98.120 euros |
Fotos: Álex Aguilar