El M2 llama la atención por sí solo. Su carrocería, como si se tratase de un imán, tiene una capacidad de atracción poderosa y no necesita aditivos de ningún tipo. Pero como casi todo en esta vida, siempre se puede ir un paso más, siempre se puede mejorar, y en el caso del exclusivo -por equipamiento- deportivo de esta prueba, BMW M2 Competition M Performance, lo consigue con una abundante lista de componentes y unos colores distintivos que son reconocidos incluso en instantáneas en blanco y negro.

foto tres cuartos trasero del BMW M2 Competition M Performance

Esa mítica gama formada por el azul, el lila y el rojo, ideada por Jochen Neerpasch, Manfred Rennen y Wolfgang Seehauspresente en 1972 –esta es su curiosa historia-, se encarga de sumar unos puntos extra al estar presente, mediante unos adhesivos (228 euros), en la parte inferior del paragolpes delantero y del trasero, así como en el costado del vehículo. Unas pinturas de guerra que exponen la esencia del coche.

Con la mayoría de accesorios opcionales de esta unidad, el equipo de BMW España ha querido darle una imagen aún más dinámica, pero también, reducir su peso. En total, esa cura de adelgazamiento ha logrado restar casi 50 kilogramos en la báscula. Ahora, su musculosa carrocería es casi todo fibra… de carbono. Y es que son numerosas las piezas fabricadas en este liviano material, como el techo (3.020 euros), el capó (5.300 euros) y el portón del maletero (3.416 euros), que suponen un ahorro de 7, 10 y 6 kilogramos, respectivamente y que todos ellos lucen desnudos, sin pintura, brindándole un aspecto con más gancho aún.

foto frontal del BMW M2 Competition M Performance

Pero el inventario de piezas producidas en fibra de carbono, que por número podría parecerse a la de la lista de la compra semanal de una familia de seis miembros, no así por el montante final, que sería más parecida a la entrada de un piso, no acaba aquí: el faldón delantero (2.068 euros), los riñones (933 euros), las rejillas laterales (440 euros), las carcasas espejos retrovisores (892 euros), los apliques de las taloneras (1.050 euros), las molduras del tubo de escape BMW M Performance (1.364 euros) -disponibles en titanio-, y el difusor trasero (1.140 euros), también están fabricados en este material sintético.

foto de perfil del BMW M2 Competition M Performance
Las llantas son forjadas y de 19″.

Las llantas M Performance de 19″ son otro extra de este exclusivo catálogo que han sido elegidas porque, al ser forjadas, reducen unos kilogramos el peso final -también es obvio que gana en atractivo-. 5.656 euros cuesta disminuir 3,2 kilogramos. Esconden unos frenos, también específicos, con pinzas rojas de seis pistones delante y cuatro pistones detrás.

Abro el capó, y como si el gimnasio hubiese dado sus frutos, me sorprende su extrema ligereza. Es tan liviano que tienes que andarte con mil ojos para que tu dentadura no se quede sin una pieza. Ante mí se descubre la cubierta, también de carbono, con los tres colores característicos de BMW M y, también, con un precio con bastantes cifras: 1.051 euros. Es caro, sí, pero la imagen que consigue es brutal. La guinda la pone la barra de torretas, que venía en el Competition que ya probamos, que está fabricada en plástico reforzado con fibra de carbono y que solo pesa un kilo y medio.

PRUEBA: BMW M2 Competition

Saco la llave de la funda M Performance (54 euros, el accesorio más barato), que es de Alcantara y fibra de carbono, y pulso el botón que, como si fuera el portero de una discoteca, me abre las puertas a un mundo de diversión. Antes observo la moldura del umbral de las puertas M Performance (158 euros). Los asientos, que son los mismos que los del BMW M2 Competition y que, por tanto, el logotipo está iluminado, me reciben con ganas; o por lo menos eso pienso al ver cómo envuelven mi cuerpo con sus prominentes refuerzos laterales.

prueba de conducción del BMW M2 Competition M Performance

En lo primero que me fijo es en el volante Pro en Alcántara (1.754 euros). Es algo que me tiene loco desde que lo vi en el catálogo de elementos opcionales M Performance de la primera generación del Serie 1. Ha llovido… Ese tapizado en piel vuelta, esa pantallita central con información -como las fuerzas G o los tiempos por vuelta-, pero, sobre todo, esos LEDs que indican el momento idóneo del cambio… ¡Tremendo! Además, esas luces, que según van sumando integrantes -colores verde y rojo- mi adrenalina va in crescendo, están colocadas en el lugar idóneo, no como en otros coches, que suelen estar en el cuadro de instrumentos, no tan a la vista.

Obviamente, tratándose de la unidad de pruebas que es, el pomo y la base de la palanca de cambios y la empuñadura del freno de mano están hechos en fibra de carbono, conjunto que viene en el kit interior M Performance (500 euros). Se suman las molduras del salpicadero y el túnel central y los adornos del volante. Las alfombrillas también son exclusivas y vienen aparte. Me da pena poner mis pies encima, y no por su precio (233 euros)… que también.

tapa del motor del BMW M2 Competition M Performance

Finalizada la oda al carbono, le toca el turno a la del motor: el S55 del BMW M3 y M4; palabras mayores… El coche de la prueba, el BMW M2 Competition M Performance, equipa el mismo seis cilindros en línea del Competition, por lo que está soplado por doble turbo, tiene 2.979 cc, rinde 411 CV y entrega 550 Nm. No ha sido potenciado por la marca, pero tampoco le hace falta. No imprime una patada brutal, de esas que te dejan pegado al asiento como una calcamonía a la pared, pero que no te engañe. Este M2 alcanza velocidades de vértigo en un abrir y cerrar de ojos… la misma rapidez a la que te pueden desaparecer la mayoría de los puntos del carné al ponerte, sin esfuerzo y sin darte cuenta, a velocidades que flirtean seriamente con la ilegalidad. Con su cambio de doble embrague -lástima que no equipe su sensacional transmisión manual con función ‘punta-tacón’- es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,2″. ¿Vuela o no? Y siempre acompañado por un sonido ronco que te invita a conducir con las ventanillas bajadas.

Todos los accesorios M Performance de los que te he hablado no le hacen más rápido, pero sí consiguen mejorar su rendimiento en circuito. Porque el centro de gravedad es más bajo, porque los frenos son más eficaces y porque la suspensión, que es regulable (3.160 euros), afina el paso por curva. Acompaña la dirección, que es rapidísima, configurable con tres modos y muy precisa, tanto que rara vez te hace corregir la trayectoria. Por cierto, volviendo al equipo de suspensiones, me han parecido bastante cómodas, y más si tenemos en cuenta el tipo de coche que es. ¿Oscila en curva? Para nada. En los virajes se mantiene firme como una vela sin que bailen tus empastes.

foto picado del BMW M2 Competition M Performance

Termino la prueba del BMW M2 Competition M Performance, de quemar adrenalina. Tras ella tengo claro que se trata de un deportivo que por su ‘cómoda’ suspensión, por lo bien insonorizado que está, la poca rumorosidad que genera en marchas largas -he visto estudios de radio menos logrados- y por el consumo en carretera que he obtenido en modo Effiency, de 7,2 l/100, es un coche polivalente, válido para su uso diario y con el que puedes terminar un largo día de track day y volver a casa tranquilamente con esta divertida bomba sin que importe los cientos de kilómetros que tengas por delante.

PRUEBA: BMW M4 GTS

Robert A. Lutz, miembro de la junta de BMW AG en 1972 expresó: “Una empresa es como un ser humano. Siempre que tenga una dedicación deportiva, esté en forma, bien entrenada, llena de entusiasmo y rendimiento”. Cambia la palabra empresa por BMW M2 Competition M Performance y tienes la definición de este coche: tiene una dedicación deportiva, está en forma, bien entrenado, lleno de entusiasmo y todos sus componentes tienen un excelente rendimiento. Bravo, BMW España.

prueba del BMW M2 Competition M Performance en el circuito del Jarama

A destacar A mejorar
Imagen Precio de los extras
Respuesta de su motor Precio total
Diversión
Ficha técnica BMW M2 Competition M Performance
Motor Cilindrada 2.979 cc
Cilindros 6 en línea
Potencia máxima 411 CV / 5.250 – 7.000 rpm
Par máximo 550 Nm / 2.350 – 5.200 rpm
Alimentación Tipo Inyección directa. Turbo.
Transmisión Caja de Cambios Automática, 7 velocidades,
doble embrague
Tracción Trasera
Suspensión Delantera Tipo McPherson
Resorte helicoidal
Barra estabilizadora
Trasera Paralelogramo deformable
Resorte helicoidal
Barra estabilizadora
Frenos Delanteros Discos perforados
Traseros Discos perforados
Dimensiones Longitud 4.461 mm
Anchura 1.854 mm
Altura 1.410 mm
Distancia entre ejes 2.693 mm
Maletero Volumen 390 litros
Peso Peso 1.575 kg
Prestaciones Velocidad máxima 250 km/h
Aceleración 0-100 Km/h 4,4 seg
Consumo Combinado 9,7 l/100 km
Velocidad baja n.d.
Velocidad media n.d.
Velocidad alta n.d.
Velocidad muy alta n.d.
Emisiones Emisiones de CO2 220 g/km Euro 6
Precio Precio oficial Desde 113.393 euros

 

Fotos: Pablo Bayo (Air Madrid) y Hugo Valverde

Valoración
Diseño
10
Acabados
9
Habitabilidad
7.5
Maletero
8
Motor
10
Consumo
8
Comodidad en marcha
8
Comportamiento
9.5
Equipamiento
8
Precio
6.5
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Hugo Valverde
Periodista apasionado a todo 'hierro' que tenga cuatro ruedas desde que mis padres me subieron al carrito de bebé. Creo que todo coche, grande o pequeño, caro o barato, antiguo o nuevo, tiene algo que fascina.
prueba-bmw-m2-competition-m-performance37.943 euros en extras es mucho, mucho dinero, y más para un coche que tiene un precio de partida de 75.450 euros. Si lo vas a meter en circuito, lo indispensable sería el equipo de frenos y la suspensión regulable. Pero si no vas falto de dinero, métele todo, porque no te cruzarás con otro igual. ¡En vivo es brutal!

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