En el mundo de la competición del motor hay numerosas “pinturas de guerra” que son icónicas, que quedaron grabadas en la retina del aficionado, algunas por cuestión de gustos, otras míticas para todos. En las próximas 10 horas de Petit Le Mans, carrera que cerrará la temporada del IMSA WeatherTech SportsCar Championship volveremos a ver una de ellas: Porsche se viste de Coca-Cola de nuevo.
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Las dos unidades del Porsche 911 RSR que participan en el campeonato lucirán una imagen reconocible por todo el mundo, con el característico rojo como color principal, cruzado por varios grafismos en tono blanco. Dicha decoración rinde tributo a los modelos del pasado que ya la pasearon por distintos circuitos y competiciones.
En la década de los 80 fue utiliza por el Porsche 935 del equipo Bob Akin Motor Racing, que consiguió varios podios, incluido uno en las 24 Horas de Daytona y que en 1983 quedó primero en la categoría GTP. En el 84 pasarían a utilizar el Porsche 962, también vestido de rojiblanco. Por último, en 1986 Bob Akins se unió a Hans-Joachim Stuck y Jo Gartner para ganar las 12 Horas de Sebring.
Que Porsche y Coca-Cola hayan elegido la carrera de Petit Le Mans para revivir su icónica decoración no es casualidad, puesto que se celebra en Road Atlanta, ciudad en la que están tanto las oficinas centrales de la compañía de bebidas como las de Porsche North America. Como apunte, Coca-Cola fue uno de los varios inversores que financiaron la construcción del trazado allá por los años 70.
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El Porsche 911 RSR que compite en el campeonato (y que ha hecho que Porsche llegue a la última prueba líder de pilotos, equipos y fabricantes) está basado en el 911 GT3 RS de calle, con una aerodinámica específica y un motor que, dependiendo de la categoría, puede entregar hasta 510 CV.