En los años 90, todavía eran habituales los deportivos de marcas generalistas que permitían a muchos conductores disfrutar de la conducción sin tener que recurrir a modelos más caros y lujosos. Este Opel Calibra ‘Keke Rosberg Edition’ es un ejemplo de ello, equipado con un motor 2.0 de 16 válvulas de 136 CV, cuyo sonido era música celestial.
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Esta unidad, en concreto, es aún más especial por la historia que tiene detrás. Pertenece a Christof Scherl, ingeniero de Opel, y ahora luce brillante como si fuera nuevo. Pero ha sido sometido a un largo y duro proceso de restauración, desde que lo compró en 2016. Ahora, Scherl posee un Calibra único.
Opel Calibra ‘Keke Rosberg Edition’: cómo devolver a la vida un coche único

A finales de 2016, Scherl compró el Opel Calibra en Gelsenkirchen y la transportó hasta su casa en Frankfurt. El coche contaba con la inspección TÜV, aunque llevaba diez años sin uso y, lógicamente, pronto aparecieron los primeros problemas: el sistema de recirculación de gases contaba con un trozo del manguito sustituido por una manguera de jardín, la caja de cambios había sido manipulada, varios manguitos de la calefacción estaban dañados, igual que las cabezas de los cilindros…
Afortunadamente, el calibra estaba en buenas manos. Christof Scherl ha trabajado durante 35 años en Opel, así que tenía sobrada experiencia para reconstruir el coche. Se especializó como mecánico en Opel Schäfer, en Wiesbaden y, tras sus estudios en ingeniería, se convirtió en el responsable de innovaciones técnicas en Rüsselsheim. Actualmente, trabaja como ingeniero de planificación para la próxima generación de Astra. Su padre, Theo, estableció la primera línea de ensamblaje con robots en la planta de producción K130. Así que estamos ante una de las personas que mejor conoce por dentro la marca del rayo.
El motor de un Opel Omega

No obstante, sus conocimientos no fueron suficientes para resucitar al Opel Calibra ‘Keke Rosberg Edition’ y necesitó el apoyo de los expertos de Opel Autohaus Karl Meyer, en Frankfurt. Los experimentados mecánicos contaban con un Opel Omega que había sufrido un accidente, pero el motor había quedado intacto. En lugar de reparar el motor original del Calibra, que habría sido más costoso, introdujeron el bloque del Omega. Pero el trabajo no acababa aquí: había que limpiar el interior, reparar las abolladuras, pintar el capó y los parachoques…
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Por otra parte, la pasión de por los detalles históricos le llevó a conseguir un viejo radiocasete para reparar el estéreo Philips SC 804 original, al mismo tiempo que grabó parte de su colección de música de CD en cintas de casete para escucharla en el Calibra. Así, la música del motor era acompañada de los clásicos del rock como Queen. Finalmente, en 2020, terminó la restauración y el Opel Calibra ‘Keke Rosberg Edition’ volvió a circular por las calles.
Una experiencia de conducción única

Para Scherl, el Opel Calibra significa mucho. En 1995, cuando empezó a trabajar en el departamento de ingeniería de la marca, contemplaba dos escritorios más allá del suyo a Werner Renneisen, mientras dibujaba los primeros bocetos del Opel Calibra V6 4 4. A partir de ese momento, recuerda, comenzó a enamorarse del coupé alemán.
Asimismo, el ingeniero recuerda en su época de estudiando cómo Fritz Indra, entonces jefe de desarrollo de la división deportiva de Opel, y el piloto Keke Rosberg, presentaron la versión DTM del Calibra.

¿Y cómo es la experiencia de conducción en el Calibra Keke Rosberg? Christof Scherl afirma que “experimentas la velocidad de forma completamente diferente en un coche como este”. Y sin ni siquiera alcanzar los 215 km/h de velocidad máxima, algo poco recomendable, porque requiere subir el motor hasta las 6.000 vueltas.
Además, la baja posición del asiento obliga al conductor a unos minutos de adaptación: “Después de todo, el Calibra solo mide 1,32 metros de alto, en una época dominada por altos SUV”.
Fuente: Opel