Llega la segunda generación del que es el Volkswagen más vendido de España y el que ha sido hasta hace poco el más vendido de Europa. El nuevo Volkswagen T-Roc 2026 exhibe muchos de los atributos del modelo previo, pero mejorados. He podido conocerlo en vivo gracias a su presentación nacional estática.

Lo primero que me ha llamado la atención es su diseño exterior, que bebe de sus hermanos mayores: Tiguan, Tayron y Passat, del que, de este último, tienen un sedán en China.

Los faros son más afilados y si son matriciales, el logotipo está iluminado. Además, una barra de led se encarga de unir los dos grupos ópticos. Asimismo, en este R Line, su paragolpes tiene una amplia moldura en negro piano.

Los bajos y los pasos de rueda son negros, enfatizando esa imagen de todocamino. Y pueden albergar llantas con medidas que van de las 16 a las 20", una pulgada más que el anterior.

En la trasera, los protagonistas son los pilotos, que pueden ser tridimensionales y de los que salen un listón iluminado que se dirige al logo, que también puede ir con luz.

Pero no todo es estética, porque el coeficiente aerodinámico ha mejorado, pasando de 0,34 a 0,29, que está muy bien para ser un todocamino.

El interior también ha pegado un buen salto estético y de calidad. El cuadro de instrumentos es de 10" mientras que la pantalla del sistema de infoentretenimiento, de 10,4 o de 12,9", dependiendo del acabado. Además, la consola central acoge un dial, como en el caso del Tiguan (por aquí te dejo la prueba en vídeo, para que puedas verlo), en el que pulsando, cambia, y se pueden modificar el volumen de la radio, los modos de conducción y la iluminación interior.

Si por algo pecaba el T-Roc de 2017 era por abusar de los plásticos duros en el puesto de mandos, pareciéndose más al de un Polo que al de un Golf. Con el restyling de 2022, este 'problema' se solucionó. Ahora, en esta segunda generación, los materiales elegidos son mejores. Además, el volante adopta botones físicos, algo que celebro y con lo que creo que gana puntos en lo que a calidad percibía y al tacto se refiere.

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Otro de sus puntos fuertes es el espacio a bordo gracias a que su longitud, de 4.373 m, 122 mm más, y batalla, de 2.631 m, 28 mm más, han crecido. El hueco para las piernas en la segunda fila es muy grande y para la cabeza, con mi 1,78 m, son cuatro dedos los que la separan de rozar con el techo.

Además, a estas plazas se accede fácilmente gracias a la buena apertura de sus puertas, por lo que si tienes niños, la acción se vuelve más sencilla. Por cierto, los tiradores interiores de las cuatro puertas tienen un diseño novedoso que puede parecer algo engorroso, pero que su sistema es cómodo y ergonómico.

Por su parte, el maletero también crece y ahora suma 475 litros, que son 30 más que el T-Roc previo. Es una cifra muy buena para tratarse de un todocamino con dicha longitud.

En lo que respecta a la gama de motores, hay novedades. No hay ninguna opción diésel y todas son híbridas, ya sea con microhibridación, como el 1.5 eTSI de 116 CV o 150 CV, el 2.0 TSI de 204 CV y tracción 4x4 o los dos híbridos autorrecargables 1.5 de 135 y 170 CV.

Los acabados disponibles son: T-Roc, Más y R-Line. Estos son los precios de cada uno.

  • 1.5 TSI MHEV 116 CV T-Roc: 29.600 euros
  • 1.5 TSI MHEV 116 CV Más: 31.700 euros
  • 1.5 TSI MHEV 150 CV Más: 32.900 euros
  • 1.5 TSI MHEV 150 CV R-Line: 36.900 euros

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