En las casi dos décadas que llevo dedicándome al periodismo del motor no me había sentido tan observado al volante de un vehículo como en los días que he pasado probando el Microlino. Por su simpática imagen y diminuto tamaño, es difícil que la gente no se gire para mirar esta reinterpretación moderna del Isetta.

Es tremendamente llamativo, tanto que me he llegado a sentir abrumado. Es uno de los coches eléctricos más peculiares que hay a la venta. Y no lo digo con absoluta rotundidad porque hay otros modelos, como el MWM Spartan EV (prueba), que perfectamente podrían disputarle ese título. Pero en realidad no es un coche propiamente dicho…

Microlino trasera

Porque este Microlino se considera un cuadriciclo y más concretamente, un vehículo ligero con homologación L7e. Esto implica, entre otras cosas, que debe tener un peso inferior a 400 kilogramos (sin contar la batería), una potencia de hasta 15 kW y que es necesario poseer el carnet B para poder conducirlo. Hay otra versión de este modelo, llamada Microlino Lite, que está homologada como L6e y que sí se puede manejar con el permiso de conducir AM.

Lo interesante de los L7e es que pueden circular sin restricciones por cualquier tipo de vía lo que significa que no tendrás ningún impedimento para realizar trayectos interurbanos, por ejemplo. Claro que la velocidad máxima de tan solo 90 km/h del Microlino, sus pequeñas dimensiones y su limitada autonomía no invitan a ello. Pero poder, se puede.

Microlino delantera

Visualmente está claro que Micro, la empresa suiza autora de este ‘juguete’, ha dado en el clavo. Porque han sabido mantener la esencia del icónico Isetta adaptándola a los tiempos actuales con detalles de diseño tecnológicos. Fíjate en las tiras de ledes que recorren el frontal y la zaga o en los faros delanteros principales, también de ledes, que se sitúan en los retrovisores como en el original.

Y al igual que en este último, al interior se accede a través de una única puerta situada en la parte delantera. Esta se abre con facilidad presionando un botón situado en el lateral del coche y también se cierra fácilmente gracias a un servo que ayuda a completar los últimos centímetros de recorrido de forma que no tengas que pegar un ‘portazo’.

Microlino interior

Lo cierto es que la operación de subir a bordo del Microlino me resultaba un tanto engorrosa las primeras veces, pero una vez entendí cómo debía hacerlo me pareció hasta cómodo. El truco está en ponerse de pie literalmente, girar sobre uno mismo, agacharse y entrar ‘marcha atrás’ hasta alcanzar el asiento.

El único pero que le pongo en este sentido es que no puedes entrar o salir si hay alguien sentado en el puesto del copiloto o no fácilmente al menos. Y que tienes que tener en cuenta a la hora de aparcar es que la puerta se abre hacia adelante, por lo que tienes que guardar cierta distancia con el resto de vehículos.

Microlino salpicadero

Una vez acomodado en la banqueta corrida que da forma a las dos únicas plazas, me sorprende la cantidad de espacio disponible. Es más amplio de lo que podrías pensar atendiendo a sus dimensiones exteriores, pues mide tan solo 2.519 mm de largo. Con mis 1,81 metros de estatura, no tengo problemas para encontrarme cómodo a bordo. Eso sí, podría ser todavía mejor si fuese posible regular la inclinación del respaldo o la altura o profundidad del volante, que es fijo.

El habitáculo del Microlino es muy sencillo, pero tiene una calidad de acabados aceptable. No hay florituras ni elementos que hoy consideraríamos como imprescindibles (véase el aire acondicionado), pero para el tipo de uso al que va destinado, 100% urbano, es suficiente. Si tienes calor puedes abrir las ventanillas laterales manualmente o el techo de lona deslizante y si tienes frío, cuenta con una calefacción que funciona mediante resistencias eléctricas.

Microlino pantalla

Dentro hay dos pequeñas pantallas, una hace las veces de cuadro de mandos ofreciendo información básica como la velocidad o el estado de la batería (que no la autonomía) y otra, más pequeña y táctil, desde la que se manejan las pocas funciones disponibles. Junto a esta se sitúa un soporte para el teléfono móvil de forma que puedas utilizarlo como sistema multimedia, conectándolo al altavoz inalámbrico que incluye de serie.

En los primeros metros conduciendo el Microlino me sorprendo por el diminuto radio de giro consecuencia de su reducida batalla y del amplio ángulo que alcanzan las ruedas delanteras. No tiene dirección asistida, pero como en orden de marcha no llega a los 600 kg de peso y los neumáticos son estrechos, no es necesaria.

Microlino cambio

Lo siguiente que llama mi atención es lo dura que es la suspensión. Cualquier bache agita a los pasajeros de forma exagerada. Lo mejor que puedes hacer es esquivarlos y para esto tienes margen, pues es tan estrecho que puedes moverte lateralmente por tu carril sin salirte de él. Otra característica que no pasa desapercibida es el ruido.

Porque al ser un eléctrico pensé que sería relativamente silencioso. De hecho, me espera principalmente ruidos aerodinámicos. Pero no, lo que más oirás cuando conduzcas el Microlino es el motor eléctrico y los engranajes que transmiten la fuerza de este a las ruedas traseras. Es muy pero que muy ruidoso, con un aullido que va creciendo conforme aumentas la velocidad, como en los coches de competición con cambios con dientes rectos.

Microlino delantera movimiento

Pero volvemos a lo mismo, es un coche con un enfoque totalmente urbano y los que lo tengan, no deberían circular con él frecuentemente a altas velocidades porque aunque pueda, no está pensado para eso. Está ideado para moverte en ciudad con agilidad y aparcar con facilidad en casi cualquier hueco que encuentres.

Micro anuncia una autonomía de 177 kilómetros para la versión con batería de 10,5 kWh, la única que se comercializa en España. Una cifra que se puede alcanzar en conducción 100% urbana. Otro aspecto a tener en cuenta es que la batería solo admite cargas con potencias de hasta 2,5 kW, por lo que necesitarás cuatro horas para pasar del 0 al 80% de capacidad.

Microlino puerta

Con un precio de venta que parte de 22.990 euros, está claro que el Microlino no es para todos los públicos. Tampoco lo es por practicidad, a pesar de su buen maletero, salvo que lo que estés buscando sea un vehículo única y exclusivamente para moverte por la ciudad. Ahora bien, si lo que te gusta es llamar la atención no encontrarás ningún otro automóvil a este precio que atraiga tantas miradas.

Ficha técnica Microlino 
Motores Tipo Eléctrico, síncronos de
imanes permanentes
Cambio Pares de engranajes
Potencia máxima 12,4 kW (17 CV)
Par máximo 17,5 Nm
Autonomía Kilómetros 177 km
Batería Tipo Acumulador de iones de litio
10,5 kWh
Tiempo de carga 4 horas para pasar del
0 al 80% con 2 kW
Suspensión Delantera Independiente tipo McPherson
Resorte helicoidal
Trasera Independiente tipo McPherson
Resorte helicoidal
Frenos Delanteros Discos
Traseros Tambores
Dimensiones Longitud 2.519 mm
Anchura 1.473 mm
Altura 1.501 mm
Distancia entre ejes 1.566 mm
Maletero Volumen 230 litros
Peso Peso 513 kg
Prestaciones Velocidad máxima 90 km/h
Aceleración 0-50 Km/h 5 segundos
Consumo Combinado 5,9 kWh/100 km
Velocidad baja N.D.
Velocidad media N.D.
Velocidad alta N.D.
Velocidad muy alta N.D.
Emisiones Emisiones de CO2 0 g/km - Etiqueta 0
Precio Precio oficial Desde 22.990 euros

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