Meterse en circuito siempre es divertido, pero entraña sus peligros, muchos de ellos ajenos a nuestras propias acciones. Que se lo digan si no al conductor de este Porsche 911 GT2 RS, que en una tanda en Monza experimentó lo que es que estalle uno de los neumáticos de tu coche cuando vas a 300 km/h.
Pongámonos en situación. El vehículo era totalmente apto para entrar a correr a un trazado cerrado con garantías, de hecho el Porsche contaba incluso con el Weissach Pack, a los que el dueño había sumado llantas de magnesio OEM, frenos Brembo, una puesta a punto específica del camber de la suspensión llevada a cabo por Manthey Racing y unos neumáticos Pirelli Trofeo R.
Ahora bien, al parecer antes de acudir al circuito italiano, el Porsche 911 GT2 RS ya había estado rodando en Nürburgring, para el que era la especificación del camber, y no precisamente poco: había dado 60 vueltas y con los mismos neumáticos. Es precisamente eso, sumado al hecho de que la temperatura del asfalto en Monza era bastante alta (apunta que llegaba a 55 grados), lo que parece la principal causa del reventón.
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Sea por lo que fuere, lo cierto es que el estallido tuvo lugar en la recta del trazado, a una velocidad que acababa de pasar de los 295 km/h y todavía bastante antes de llegar a la primera curva, por lo que todavía se estaba pisando el acelerador a fondo. Es de admirar la calma del piloto y su saber estar, lo que unido a algo de suerte evitó que acabara empotrado contra alguna de las barreras.
