Hablar de esto en un Especial es lo ideal para el análisis, pues en las últimas semanas los medios se han hecho eco de una noticia que puede ser desgarradora para muchos puristas: en Detroit no ven salida, solo darle la eutanasia a una cobra que parece no resistir la enfermedad del poco éxito. Y es que según ha publicado la web de la revista estadounidense Car And Driver, el Dodge Viper podría dejarnos en 2017
Para entender la situación es bueno saber qué problemas atraviesa el mítico deportivo de Dodge. Solo dos puntos marcan la diferencia entre el coma inducido y el último suspiro del último caudillo del purismo estadounidense:
1. Bajas ventas
Su relanzamiento en 2012 con el nombre SRT Viper (un fallido intento de emancipación entre Dodge y Street and Racing Technology) supuso un mal cálculo respecto a su éxito. Mejoró drásticamente respecto a generaciones anteriores, eso no se puede negar, pero en el mismo lado del Bronx está Chevrolet y su buque insignia: el Corvette. Los de GM dieron cátedra de cómo crear un deportivo americano con una buena relación precio-prestaciones-beneficio. Comparando las versiones tope de gama, el Dodge Viper GTS se ofrece desde 110.000 dólares (unos 102.400 euros), cantidad que se queda tras el descuento que ofrece de unos 14.000 euros, mientras que el Chevrolet Corvette Z06 llega con un precio base de tan sólo 80.000 dólares (74.500 si lo pasamos a euros); claro está que ambos precios escalan cuando se escogen extras. En cuanto a rendimiento, el cuarto de milla habla por sí solo, aunque sea un ejemplo entre amateurs.
2. El problema aumenta ¡en casa!
Por si fuera poco, Dodge decidió darle más esteroides a otros dos representativos modelos de la marca; hablo del Charger y del Challenger. No era suficiente brindarles el apellido SRT, así que reescribieron su DNI alteraron su ADN y los lanzaron a las carreteras bajo el nombre Hellcat. Tanto la berlina como el coupé marcan juntos la hoja de ruta del Viper a pulso continuo de 1.414 CV (707 CV en ambos modelos) gracias al V8 HEMI sobrealimentado de 6.200 CC y a menor precio (65.000 dólares, unos 60.400 euros). Un video oficial de la firma muestra la berlina como mula de pruebas corriendo a su velocidad máxima: 332,25 km/h.
¿Puede FCA seguir la estela de los sesenta? Sería un tanto ilógico decir que no cuando su rival inmediato no ha bajado la cilindrada aún cuando esté por debajo (8.4 V10 contra 6.3 V8) y obtengan potencia extra gracias a un compresor volumétrico Eaton de 1,3 litros. Para aumentar la diversión, le prestan el bloque al Cadillac CTS-V 2016 con las mismas vitaminas (el Viper mantiene la aspiración natural). Ford, por su parte, aunque nunca estuvo en el juego con su GT, ha dado una importante lección experimentando con los Twin-turbo de menor cubicaje y promete ser igual de atrapante como en los sesenta o en el 2005.
No obstante, la necesidad de replantear su estrategia de ventas es urgente ¿Valdría la pena una cuarta generación que reemplace su V10 por los V8 de los hermanos Hellcat? ¿Qué es realmente necesario para que su oda al 'Músculo americano' logre levantar cabeza? Nada es oficial aún, pero como van las cosas, estamos a poco más de un año de decir adiós para siempre a un deportivo que contra toda opinión negativa, ha brindado las sensaciones más alocadas de conducción a sus afortunados propietarios a lo largo de tres generaciones.
Yo siento que no debe morir, FCA debería hacerlo versión especial en el peor caso, pero no dejarlo morir. Con el TA y el ACR demostraron que es un gran auto con el piloto correcto, no es un auto que cualquiera pueda manejar, es un auto que exige respeto y habilidades a su piloto, pero a cambio es rápido y el super-auto para los puristas, cosa que sus rivales están perdiendo. Quitarle cilindros o cambiar la aspiración también sería arriesgado, espero encuentren alguna solución.
Muy buen artículo, saludos.