El Rey Felipe VI nació un 30 de enero de 1968 y a mediados de los ’80 era un adolescente a punto de sobrepasar la mayoría de edad. Su padre, el Rey Juan Carlos I, conocido apasionado del mundo del motor, inculcó esta pasión en su hijo desde una temprana edad y por su 18 cumpleaños decidió hacerle un regalo muy especial. Así fue como SEAT creó un Ibiza único para ser regalado al actual Rey Felipe VI.

Es la Casa Real la que se pone en contacto con SEAT para encargar un coche para el entonces príncipe Felipe. Se decidió escoger esta marca como un guiño al fabricante español, que había lanzado en 1984 SEAT Ibiza (prueba) de primera generación, un modelo juvenil que tendría un gran éxito, siendo el modelo actual más longevo de la gama de productos del fabricante.

El día en el que SEAT creó un Ibiza único para ser regalado al actual Rey Felipe VI

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El primer coche del Rey Felipe VI no sería un Ibiza cualquiera. El Ibiza era un vehículo sencillo y económico que se podía comprar por unas 850.000 pesetas (unos 5.100 euros actuales). Más bien se haría a medida, una edición especial personalizada para que el Príncipe de Asturias pudiera disfrutarlo como un coche ‘VIP’. Para lograrlo, se añadieron una serie de características únicas que lo diferenciaban del resto de Ibiza construidos.

PRUEBA: Seat 600 D

Para empezar, el Centro Técnico de SEAT equipó el coche del Rey Felipe VI con un motor de gasolina de 1.5 litros, una mecánica que contaba con inyección como el Ibiza SXI, que apareció dos años más tarde, por lo que príncipe fue el primer propietario de una Ibiza con este propulsor mucho antes de que SEAT lo vendiera. Además, tenía 100 CV de potencia en lugar de los 85 CV que ofrecía de serie.

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SEAT Ibiza GLX con especificaciones de fábrica

También se trabajó en el apartado estético. Se añadió un ensanche en el eje trasero como toque deportivo, aunque el ancho del eje es el estándar, unos nuevos alerones, faros antiniebla que aún no estaban disponibles en el Ibiza y neumáticos más anchos. Y, para que fuera aún más especial, el SEAT Ibiza del Rey Felipe VI se pintó en un tono de dorado que no estaba disponible en la gama de colores del Ibiza.

Dentro, debido a la altura del Rey Felipe VI (mide 1,97 metros), se instalaron unos asientos Recaro con unos soportes a medida para que el entonces príncipe no rozara con la cabeza en el techo. También se instaló un volante de Porsche 924 y las siglas SXI en el montante.

Entrega, restauración y sorpresa al monarca

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El interior de un SEAT Ibiza estándar

En enero de 1986, SEAT hace entrega del coche al príncipe Felipe en el Circuito de Can Padró. El Príncipe de Asturias lo conduciría como coche personal durante un año y medio antes de cederlo a una persona de su entorno cuando comenzaba a recibir la formación militar en la Academia de Zaragoza.

El Ibiza, sin embargo, sigue en circulación dentro del círculo próximo al príncipe hasta acumular 152.000 kilómetros. Es en ese momento cuando el vehículo se aparca en un garaje de Logroño durante 16 años, en un estado de abandono que lo deterioró por completo, hasta que en 2013 se decide rescatar el coche de su letargo y devolverlo a su estado original.

La restauración llevó unos 4 meses de trabajo y estuvo terminado antes de la visita del Rey Felipe VI a la fábrica de SEAT en 2014. Allí, los responsables de la compañía mostraron al monarca su primer coche otra vez, en el mismo estado en el que lo había recibido casi tres décadas antes. Hoy, el SEAT Ibiza del Rey Felipe VI forma parte de la colección de Coches Históricos de SEAT y forma parte de la exposición de la Nave A122.

1 Comentario

  1. Qué alegría de regalo para «Patrimonio Nacional» en 1987 tener ese coche único mundialmente hecho a mano por toda una factoría de miles de trabajadores para que lo disfrutase el Príncipe, pero no entiendo por qué acaba de forma privada en un garaje de Logroño,¿fue vendido por» Patrimonio»?.
    Y un honor para Seat que el hoy Rey condujera sus vehículos gratuitamente y luego recuperarlo para hacerlo de nuevo trabajando a mano decenas de trabajadores durante cuatro meses porque el Rey lo condujo una vez, un regalo muy especial para España, gran contribución del Rey para España conduciendo a coste cero coches españoles

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