Si vivías en 1969 y querías altas prestaciones tenías una opción muy clara: ir a una marca de deportivos y comprarte uno. Podías ir a Lamborghini, donde te esperaba el alucinante Miura, también podías hacer lo propio en Ferrari, donde podrías terminar en el garaje con un Ferrari Daytona. ¿Y qué tal un Porsche 911? Todo suena de fábula, pero con dos grandes problemas: el precio y el espacio. ¿Qué tal entonces un BMW 2002 Ti Alpina? ¡Perfecto!

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Hoy es fácil encontrar coches prácticos con prestaciones de auténtico superdeportivo. Cualquier compacto deportivo dejaría a los Ferrari de aquella época con cara de tonto. Pero en 1969 no era algo tan sencillo: si querías prestaciones y espacio interior solamente podías optar por grandes coches de lujo como el Mercedes 300 SEL 6.3 o similares. Coches de altas prestaciones, vale, pero para nada deportivos. El BMW 2002 Ti llegaría para convertirse en el germen de algo que hoy en día es algo muy habitual.

BMW 2002 Ti Alpina lateral

Un coche deportivo, de altas sensaciones, práctico y a la vez barato, al menos comparado con otros coches de prestaciones similares. El BMW 2002 Ti inauguro el camino de los compactos deportivos y sin duda la marca bávara acertó de pleno con él. Pero era un concepto que todavía se podía mejorar: Alpina era un pequeño preparador que se dedicaba principalmente a modificar BMW’s para participar en los rally. Juntos ganaron el Campeonato Alemán de Rally en 1969, justo el mismo año en que nacía el BMW 2002 Ti Alpina.

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Estéticamente los cambios eran mínimos: quizás lo más interesante era el color naranja brillante de su carrocería (con mucho sentido en una época en que los coches oscuros tenían fama de ser más peligrosos). En el interior, unos asientos Recaro mejoraban la sujeción lateral, mientras que los accesorios estaban claramente orientados a la competición: barras de torsión, barras antivuelco, luces extra. El coche perfecto para usar a diario para ir al trabajo con el traje y participar con él en un rally el fin de semana, con el mono de carreras.

BMW 2002 Ti Alpina: un superdeportivo práctico

BMW 2002 Ti Alpina Nüburgring

El BMW 2002 Ti Alpina fue una de las primeras creaciones conjuntas de ambas empresas y colocó a BMW en un nuevo nivel: con un coche práctico podía conseguir unas prestaciones de superdeportivo, ¡y por la mitad de precio! Era capaz de acelerar de 0 a 80 km/h en 4,9 segundos y de 0 a 100 km/h en siete segundos clavados, cifras de Ferrari. Y todo esto se conseguía gracias a un motor que alcanzaba los 160 CV (desde los 120 CV originales). No parece mucha potencia, pero hay que pensar que el BMW 2002 Ti Alpina pesaba 1.025 kg. ¡Un peso pluma!

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Un coche divertido, de altas prestaciones, práctico y a buen precio. El éxito de este modelo y de toda la saga 02 fue inmediato y sin duda fue un empujón importante a BMW en su convicción de convertirse en un garante de la deportividad sobre cuatro ruedas. Un coche que debe pasar a la historia como uno de los primeros compactos deportivos capaces de poner las cosas muy difíciles a cualquier coche. Sin complejos. ¡Una joya!

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