En los últimos años hemos sido testigos de la llegada de multitud de automóviles que han redefinido lo que entendíamos como un coche rápido. Piensa en modelos como el Ferrari LaFerrari (prueba) o el estratosférico Rimac Nevera. Sin embargo y por sorprendente que pueda parecer, estos ejemplos tampoco representan un salto tan brutal, en términos de prestaciones, si los comparamos con los modelos que te presentamos a continuación.
Porque los ejemplos que aparecen en esta selección de coches clásicos que siguen siendo increíblemente rápidos literalmente parecían naves espaciales cuando salieron a la venta en comparación con los deportivos comercializados anteriormente. Son tan veloces que incluso a pesar de tener varias décadas serían capaces de podrían poner en apuros a más de un deportivo moderno.
GMC Syclone - 1991
¿A que no te esperabas encontrar un pick-up en esta selección? Pues sí, pero no se trata de uno cualquiera, hablamos del brutal GMC Syclone. Un modelo que cuando salió a la venta en 1991 era capaz de dejar atrás al Ferrari más moderno del momento (el 348 TS) acelerando y frenando… y todo ello por una fracción de lo que costaba el italiano.
Su motor 4.3 V6 cuenta con un turbocompresor firmado por Mitsubishi que le permite producir unos -hoy modestos- 280 CV de potencia y 475 Nm de par. Este bloque se asocia a una transmisión automática de cuatro velocidades y a un sistema de tracción permanente a las cuatro ruedas. Gracias a ello, puede completar el paso de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos, una cifra que incluso hoy en día muy pocos pick-up pueden superar.
Donde no podía hacer frente a los mejores deportivos de su época era en velocidad punta (solo 202 km/h) o en comportamiento dinámico, pues al fin y al cabo era poco aerodinámico y pesado. Aunque se comercializó fundamentalmente en Estados Unidos y Canadá, pocos conocen que oficialmente GMC vendió 69 unidades de este pick-up en Europa.
Porsche 959 - 1986
El Porsche 959 (prueba) introdujo tantos avances tecnológicos que atendiendo a sus características bien podría ser un coche moderno. Y para muestra, estos ejemplos: montaba una suspensión activa regulable en altura y dureza, los primeros sensores de presión de neumático equipados en un coche de calle, sistema de tracción permanente a las cuatro ruedas, motor turboalimentado con dos turbos secuenciales o componentes realizados con materiales como el magnesio (llantas), Poliuretano termoplástico y Nomex (bajos), Kevlar (techo) o aluminio (puertas o aletas).
Con sus 450 CV de potencia y 500 Nm, presumía de un 0 a 100 km/h de 3,9 segundos. Un dato que 36 años después de su lanzamiento sigue siendo increíble, prueba de ello es que es el mismo registro que logra el actual Porsche 911 GT3 de 510 CV con caja de cambios manual.
McLaren F1 - 1992
¿Qué decir del rey de reyes? Pues que han pasado 30 años desde se entregó el primer ejemplar de producción pero a día de hoy el McLaren F1 continúa siendo el coche de producción con motor atmosférico más rápido del mundo gracias a una velocidad punta de 391 km/h. Ahí es nada.
Considerado por muchos como el mejor automóvil jamás construido, equipa un motor atmosférico 6.1 V12 de origen BMW capaz de rendir 627 CV y 651 Nm de par. Gracias a este rendimiento y a un liviano peso de 1.140 kg, es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos.
Ferrari F40 - 1987
Seguro que esperabas encontrar el (prueba) Ferrari F40 aquí. Y no es para menos, porque con este modelo Ferrari sacudió de tal manera la industria de los deportivos que obligó a sus competidores a ponerse las pilas. Un verdadero coche de competición matriculable con un motor que era una pequeña central energética.
Se trata de un V8 de 2,9 litros con dos turbocompresores IHI, uno por bancada, una evolución del bloque utilizado por el Ferrari 288 GTO. Si bien, en el F40 se evolucionó hasta producir 478 CV de potencia para un coche que apenas pesa unos 1.100 kilogramos. Así, podía acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y alcanzar una velocidad punta de 324 km/h.
Audi RS2 Avant - 1994
Aunque hoy en día ya estamos acostumbrados a los familiares de altas prestaciones, cuando Audi lanzó este coche al mercado en la primera mitad de la década de 1990 nunca antes había existido algo parecido. Con el (prueba) Audi RS2 Avant, la firma de los cuatro aros se sacó de la chistera un concepto de coche que ahora es muy apreciado por los aficionados.
El RS2 Avant se convirtió cuando salió a la venta en un verdadero matagigantes. Un práctico familiar que podía hacer frente a muchos deportivos de renombre en vías rápidas gracias a un motor de cinco cilindros capaz de generar 315 CV de potencia y 410 Nm de par. Y todo ello combinado con una brutal aceleración desde parado gracias a su sistema de tracción a las cuatro ruedas, completando el 0 a 100 en 5,4 segundos y el 0 a 1.000 metros en 25,1.
Bugatti EB110 - 1991
Al igual que los Bugatti actuales, el EB110 fue uno de los coches más rápidos de su época. A menudo olvidado, quizá porque llegó al mercado casi al mismo tiempo que coches tan increíbles como el McLaren F1 o el Jaguar XJ220, sigue siendo un coche extremadamente veloz incluso en términos actuales.
Y no es para menos, porque su motor V12 contaba con nada menos que cuatro turbocompresores con los que era capaz de producir hasta 612 CV y 650 Nm en las versiones Super Sport. Así, en pruebas realizadas por la prensa especializada, llegó a realizar un 0 a 100 km/h en solo 3,3 segundos y el kilómetro desde parado en tan solo 19,8 segundos.