¿Qué tienen en común los músicos que salen de gira, los aficionados a la montaña y los surfistas que van de playa en playa buscando las mejores olas? Puede que muchas cosas, pero hay una que destaca por encima de todos: la Volkswagen T1 de 23 ventanas y su belleza nostálgica que se extendió desde Woodstock hasta Waikiki.
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La Volkswagen T1 Samba Deluxe fue diseñada originalmente como un vehículo para recorrer los Alpes suizos ofreciendo a sus nueve pasajeros la máxima visibilidad. Sin embargo, sus características hicieron que, rápidamente, fuese adoptada por familias y su clásica silueta empezó a verse en playas, campamentos y festivales de música. No en vano fue la furgoneta predilecta de los hippies nómadas de los años 60 y 70.
Aire fresco para la industria del motor
La T1 terminó convirtiéndose en sinónimo de la contracultura, de aquellos valores, tendencias y formas sociales que se oponían a lo establecido por la sociedad. Si trasladamos este concepto al mundo del motor, Volkswagen había puesto en el mercado un modelo que era todo lo contrario a los muscle cars que salían de Detroit en 1950 y 1960. Tanto que acabó por sacudir la industria automotriz justo cuando Estados Unidos estaba al borde de una revolución social.
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Producida entre 1951 y 1967, la Volkswagen T1 era un vehículo asequible que había sido pensado, diseñado y desarrollado para hacer turismo. Presumía de una colección de ventanas únicas que incluían ocho tragaluces, dos ventanas traseras curvas, un tragaluz retráctil y un codiciado parabrisas dividido. El motor era de cuatro cilindros y estaba situado en la parte trasera; además era relativamente fácil de mantener.
Un vehículo complicado de encontrar
Aunque no lo parezca, la T1 sólo tenía dos combinaciones de color para su carrocería: la primera de ellas era gris y blanca y la segunda roja y marrón. No obstante, los surfistas y los hippies hicieron gala de su arte personalizándola con sus propios trabajos de pintura, símbolos de la paz y las letras de sus bandas favoritas.
Lo cierto es que hoy en día es complicado ver una Volkswagen T1 Samba Deluxe original con 23 ventanas: de todos los modelos que la marca alemana fabricó sólo un 5 o un 10% tenían esta configuración. Por esta razón, cuando aparecen en el mercado y están en buenas condiciones pueden llegar a alcanzar las seis cifras. No en vano, en 2017, un ejemplar de 1961 se vendió por 245.000 euros estableciendo un nuevo récord para este nostálgico modelo.