A pesar de que su fabricación cesó hace relativamente poco tiempo, algo menos de quince años, el Volkswagen Plattenwagen es uno de los coches más olvidados y menos conocidos de la historia de la marca de Wolfsburgo. Y eso a pesar de su importancia, ya que sin él no existirían hoy en día modelos como el Transporter. Es por eso que consideramos importante y curioso saber de dónde viene y qué fue del Plattenwagen, un vehículo tan útil como poco recordado.
Volkswagen Plattenwagen: el origen
La historia del Volkswagen Plattenwagen comienza allá por el año 1946, a mediados del siglo pasado. Todo el mundo conoce, a grandes rasgos, la historia de lo que hoy es uno de los grupos automovilísticos más fuertes y potentes de todo el mundo. Los primeros modelos son el Escarabajo, también conocido como Volkswagen Beetle o Käfer -en inglés y alemán, respectivamente-, y el Type 2. Pero entre el lanzamiento de ambos se encuentra el protagonista de este artículo.
Además, en la actualidad se están popularizando una serie de procesos de producción automatizados. En ellos no vemos solo máquinas que construyen los coches en la planta de fabricación de uno u otro modelo, sino que ya hay lugares en los que los encargados de transportar las piezas o la materia prima son coches eléctricos y autónomos. Pero eso no fue así en el pasado, y el Volkswagen Plattenwagen puso su granito de arena en el crecimiento de la firma de Wolfsburgo.
El Volkswagen Plattenwagen nunca se vendió
Una de las primeras lecciones que se aprende al leer sobre la historia de Volkswagen es que el escarabajo fue concebido antes de la Segunda Guerra Mundial. Estaba llamado a ser el coche del pueblo, un éxito: un vehículo fiable, práctico, cómodo y barato de comprar y de mantener. Pero el conflicto bélico se inmiscuyó en los planes de Volkswagen y su industria se utilizó para fabricar vehículos militares y armas, en vez de coches para la gente de a pie.
De esta manera, en vez del Escarabajo, lo que vimos fueron dos modelos destinados al combate: el Volkswagen Kübelwagen, un todoterreno militar, y el Volkswagen Schwimmwagen, un híbrido raro entre coche y barco. Ahí es cuando entra en escena el Volkswagen Plattenwagen, que ayudó en el proceso de fabricación. Lo curioso es que jamás se vendió al público, ya que su cometido era transportar las piezas para elaborar automóviles de un lado a otro en la factoría.
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Y eso es exactamente lo que hizo. Los trabajadores cargaban pesados motores, transmisiones y otros elementos importantes para construir coches en la parte delantera del vehículo, que tenía la responsabilidad de llevarlos al otro extremo de la fábrica, en donde se instalarían dichas piezas. Pero claro, con lo rudimentario y básico que era, ¿quién iba a querer comprar uno? Aunque eso no le restaba ni un ápice de utilidad en el proceso de producción.
Un diseño muy extraño
El Plattenwagen estaba basado en la plataforma del Escarabajo, pero presentaba un diseño muy raro. Contaba con una cabina abierta justo encima del motor, que estaba refrigerado por aire. En ella podía disponer de dos asientos individuales o de uno corrido en el que cabían dos personas. Como el Escarabajo, el Plattenwagen era un vehículo de propulsión e instalaba una caja de cambios manual. Eso sí, era más resistente que el Escarabajo, ya que su chasis estaba construido en acero para soportar más carga de material en la parte delantera.
Las ruedas también eran bastante más grandes y el depósito de combustible se situaba entre los dos ejes. A pesar de que no estaba destinado a circular por la vía pública, el Volkswagen Plattenwagen incluía faros, espejos laterales, limpiaparabrisas... Además, había una cabina completamente cerrada para proteger a los conductores de la lluvia. Pero la lista de equipamiento 'de lujo' se detenía ahí. Por ejemplo, los encargados de que la carga no se cayese al suelo eran unos listones de madera.
Los inicios de la T2
Hace 70 años, el importador holandés de Volkswagen Ben Pon visitó la planta de Wolfsburgo y se encontró con un curioso vehículo: el 'Plattenwagen'. Posteriormente, realizó en su cuaderno de notas un boceto para un tipo de vehículo que no existía en esa época en ninguna parte del mundo. Su boceto se convirtió en la plataforma de un vehículo del que se venderían millones de unidades: el Volkswagen Transporter.
Para conmemorar esta idea, Volkswagen Vehículos Comerciales presenta la edición especial '70 años del Bulli' en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra. El vehículo combina el encanto del clásico estilo retro con la tecnología y calidad actuales.