El Sol nos proporciona una cantidad gigantesca de energía. Eso lo sabemos desde las clases de ciencia del instituto, o más bien casi desde la escuela. Y cada vez avanza más nuestra capacidad para recoger esa energía y convertirla en electricidad por medio de paneles. Lo que nos ha llevado a muchos a preguntarnos alguna vez: ¿cómo es que no prospera el coche cargado con energía solar? ¿Cuál es su problema?
Sí, algún prototipo hemos visto, como este, pero ni rastro de uno de producción. Pues, en otro de sus siempre interesantes vídeos, el ingeniero Jason Fenske, del canal Engineering Explained, nos da algunas de las claves que explican su escaso desarrollo. Y se trata de unos límites más prácticos que teóricos.
De hecho, lo primero que hace Fenske es poner un ejemplo ideal, en el que podemos aprovechar toda la energía que llega a la Tierra. En ese escenario, con los 8,7 metros cuadrados del techo de un Tesla Model 3 cubiertos por paneles solares, tendríamos unos 12 kW de potencia continua. Lo que, según sus cálculos, significaría que podríamos conducir a 100 km/h indefinidamente... Siempre que no dejara de brillar el sol, claro. Además, la batería de 75 kWh del (antiguo) Long Range podría recargarse en poco más de 6 horas solo con dejarlo aparcado en la calle. Nada mal.
Pero la realidad es bien distinta: casi el 45% de la energía total que llega a la Tierra es absorbida o reflejada por la atmósfera, por lo que esa ya no podemos usarla. Y los paneles solares también tienen límites de eficiencia, que ahora mismo se encuentran en torno al 33% (aunque en principio es posible aumentarlos). Lo que quiere decir que dos tercios de lo que reciben se pierde.
Contando con estos y otros inconvenientes, Fenske calcula que lo más que podría extraer nuestro hipotético Model 3 de la luz del día es entre 0,3 y 1,5 kW. Con lo que necesitaría no ya 6 horas, sino más de 8 días para recargar su batería. Por eso, hasta ahora, esta tecnología solo se ha usado como medida de apoyo: por ejemplo, en el Toyota Prius Plug-in o el Hyundai Sonata (que no se vende en Europa).
Aunque ya hay alguna compañía desarrollando un coche cargado con energía solar exclusivamente. O algo muy parecido. Se trata de la estadounidense Aptera, con su prototipo Sol (foto de arriba). Un triciclo biplaza que promete unos 65 km de autonomía al día solo con energía solar. Algo que consigue gracias a su bajo peso (menos de una tonelada) y a un importante trabajo aerodinámico.
Fenske le dedica varios minutos en el vídeo, y reconoce que ese dato entra dentro de lo factible, de modo que podría demostrarse real... Pero queda por ver si realmente el Aptera Sol entra en producción. Y, aunque lo haga, no parece que vaya a convertirse en un superventas. Por no hablar de que, con el problema del peso de por medio, para berlinas o SUV, el sueño solar parece inalcanzable.