Siempre que vemos un enfrentamiento entre un Fórmula 1 y un coche de coche de calle pasa lo mismo, el modelo de competición no tiene ningún problema en dejar en ridículo al vehículo de calle, llámese Bugatti Veyron, Ferrari LaFerrari o lo que se te ocurra. Y en esta ocasión, la cosa no es muy distinta, pues este Fórmula 1 humilla a un Mercedes SLS AMG Black Series en una carrera de aceleración.
Pero no creas que el Mercedes SLS AMG Black Series es un coche ‘lento’. Este superdeportivo está propulsado por un motor V8 atmosférico de 6,2 litros de cilindrada que entrega una potencia máxima de 631 CV y un par motor de 634 Nm. Ese propulsor está ligado a una transmisión automática AMG SpeedShift de doble embrague y siete velocidades con la que obtiene unas prestaciones más que respetables, pues es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3,6 segundos.
El Mercedes W03 del 2012 de Fórmula 1 también dispone de un motor V8, aunque en este caso tiene una cilindrada de 2,4 litros y produce unos 760 CV de potencia máxima. La diferencia de rendimiento no es muy llamativa (menos de 130 caballos) si la comparamos con la diferencia de peso que hay entre ambos: el SLS pesa nada menos que 1.550 kilogramos mientras que el F1 se conforma con unos 650 kilogramos.