Prepárate para ver cómo se construye a mano el motor del Shelby Mustang GT500 2020, un bloque V8 de 760 CV que se ha convertido en el propulsor más potente jamás utilizado por Ford para impulsar un coche de calle. Esta unidad se ensambla a mano en la planta de motores Romeo de Ford, donde un equipo de trabajadores cualificados trabaja para construir el motor a tiempo. Hot Rod Magazine tuvo la suerte de filmar todo el proceso de fabricación.

La historia del Ford Mustang, una leyenda viva

En la extensa planta de motores Romeo de más de 185.000 metros cuadrados hay una línea específica donde los técnicos construyen los motores más importantes de Ford. Conocda como la línea Niche, aquí solo se fabrican los mejores propulsores V8 de la compañía, una tradición que comenzó con el V8 de 4.6 litros utilizado en el Mustang Cobra de 1996 y que se extiende hasta nuestros días con el V8 Predator del nuevo GT500.

Así se construye el motor del Shelby Mustang GT500 2020

En la línea Niche, el V8 Predator comenzará como un bloque desnudo y se irá como un motor completamente armado e inspeccionado listo para alimentar al nuevo Shelby Mustang GT500 2020. Durante la producción, el motor recorre la pequeña línea de producción formada por 21 estaciones diferentes. Cada motor está ensamblado por un trabajador que guía el motor de una estación a otra y que recibe ayuda durante ciertos pasos del proceso de montaje.

Todo el proceso de ensamblaje lleva alrededor de 210 minutos (3 horas y media), el tiempo necesario para pasar de un bloque desnudo a un completo V8 de 5.2 litros con un sobrealimentador de 2.7 litros y un intercooler instalado entre las dos bancadas de cilindros. El resultado es una potencia de 760 CV que lo convierte en el motor V8 más potente jamás instalado en un Ford de calle.

V8 Predator Shelby Mustang GT500 2020

Un conjunto de ordenadores monitorea en todo el momento todas las herramientas para garantizar que todas las especificaciones de par de apriete sean perfectas y que no se pierdan aspectos den montaje. Esta combinación de asistencia digital con artesanos cualificados garantiza que el V8 Predator este listo para llegar al nuevo GT500. Al final de la línea de ensamblaje, el trabajador instala una placa en el motor con su firma, algo que ya ocurre en otras marcas como Mercedes-AMG y los Takumi que dan vida al Nissan GT-R. No te pierdas el vídeo (en inglés).

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