Cuando el río suena… Finalmente, los rumores se han cumplido y la Unión Europea ha anunciado nuevos aranceles de hasta el 38% a los coches eléctricos chinos. Una medida que no sólo afecta a los modelos de las marcas chinas, sino también a los que las marcas europeas fabrican en el país asiático, así como a Tesla, lo cual puede producir un efecto negativo.
Bruselas justifica la medida ante las potentes ayudas públicas que el gobierno chino inyecta en los fabricantes de aquel país. Todo comenzó con una investigación el pasado 4 de octubre de 2023 y que todavía sigue en curso. Según ha explicado en un comunicado, “la Comisión ha concluido provisionalmente que la cadena de valor de los vehículos eléctricos en China se beneficia de subvenciones desleales, lo que está causando una amenaza de perjuicio económico a los productores de BEV de la UE”.
Asimismo, la investigación también examinó las probables consecuencias y el impacto de las medidas en los importadores, usuarios y consumidores de coches eléctricos en la Unión Europea. En consecuencia, la Comisión ha iniciado un proceso de negociación con las autoridades chinas “para discutir estos resultados y explorar posibles formas de resolver los problemas identificados de una manera compatible con la OMC”.
La Unión Europea impone aranceles a los coches eléctricos chinos en varios tramos
Los nuevos aranceles que impondrá la Unión Europea a los coches eléctricos chinos se dividen en varios tramos. Por un lado, las marcas que se incluyeron en la investigación: BYD (17,4%), Geely (20%) y SAIC (38,1%); por otro, las marcas eléctricas chinas que cooperaron en la investigación, pero no se han incluido en la misma, estarían sujetos a unos aranceles del 21%; finalmente, al resto que no cooperaron se les impondrá unos aranceles del 38,1%.
Estos aranceles se suman al 10% que ya aplica Europa a las importaciones desde China. La medida entrará en vigor el próximo 4 de julio, aunque tendrán carácter provisional mientras se llega a un acuerdo entre ambas partes. En caso negativo, los aranceles se impondrán de manera definitiva a partir de noviembre.
Disconformidad entre los estados miembros
La imposición de los nuevos aranceles de hasta el 38% a los coches eléctricos chinos no ha sentado bien en algunos países miembros de la Unión Europea, como Alemania, que se ha posicionado en contra y ha presionado para que los tipos se fijaran alrededor del 15%.
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Por su parte, la respuesta de China no se ha hecho esperar y ha advertido que podría poner aranceles adicionales entre el 10 y el 15% a productos europeos, no sólo automóviles sino a una amplia variedad de bienes y productos básicos, como carne y lácteos, algo que perjudicaría gravemente a muchas empresas europeas.
El peligro de un posible efecto boomerang
En principio, esta iniciativa de la Unión Europea tiene como objetivo proteger el producto local. En este sentido, los países que más la han apoyado han sido España y Francia. Sin embargo, como deslizábamos al comienzo, la imposición de estos aranceles a los coches eléctricos chinos puede producir un efecto negativo en Europa.
No podemos olvidar que China controla la mayor parte de la cadena de suministro de baterías para coches eléctricos y que Europa tiene una fuerte dependencia del país asiático. Esta medida tendrá un impacto directo en los consumidores europeos, que tendrán que pagar más por comprar un coche procedente de China.
Y esto no va sólo para las marcas chinas, sino también para las europeas que fabrican algunos modelos en China, así como a los coches de Tesla que también se ensamblan allí. Además, muchos coches eléctricos europeos incluyen componentes chinos que se producen allí.