A finales de 2018, SEAT amplió su catálogo de SUV con el Tarraco, un vehículo de gran tamaño y capacidad de hasta siete plazas que se erigía como la cúspide de la gama. Pero ¿y si te dijéramos que el SEAT Tarraco no fue el primer coche con este nombre que hubo en España?
En realidad, la denominación Tarraco ya se empleó en un vehículo mucho más antiguo, exactamente, en la década de los 60, para un turismo basado en el mítico SEAT 600 (prueba). Se llamó SIATA Tarraco, un coche bastante desconocido para la mayoría del público, pero con una intrahistoria muy interesante.
SIATA, la marca para los que buscaban un plus de exclusividad
SIATA era el acrónimo de Società Italiana Applicazioni Transformazioni Automobilistiche y, en los años 60, en pleno crecimiento económico en España, instaló una filial en Tarragona. Esta compañía se especializó en la elaboración de carrocerías exclusivas de diseño propio para la marca española, siguiendo el ejemplo de lo que hacían en Italia empresas como Zagato, Italdesign o bertone, entre otros.
SIATA fabricó varios modelos, como el Ampurias, el Formichetta, el Minivan, el Patricia y el Turisa, además de nuestro protagonista, el Tarraco. Estaba construido sobre la base de un SEAT 600 L al que se le añadió un tercer volumen. Además, tomaba prestadas algunas partes de otros coches, como los pilotos traseros de un Lancia o el cuadro de instrumentos inspirado en el del SEAT 1500, aunque en un formato más pequeño. Como curiosidad, la lunera trasera era el parabrisas de otro coche.
Un Tarraco mucho antes del SEAT Tarraco
También llevaba el motor de la versión L del 600, pero SIATA elevó la cilindrada desde los 636 centímetros cúbicos originales hasta los 750. El resultado era un coche con un talante muy deportivo y brioso, con un diseño que representaba “la más depurada concepción de diseño italiano fuera de serie”, como decía la publicidad de entonces.
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El SIATA Tarraco tomó el nombre de Tarragona, donde se ubicaba la fábrica de la filiar SIATA Española S.A. y, como ocurre con el actual SEAT Tarraco, el nombre hacía referencia la antigua ciudad romana, Tarraco.
Sólo se construyeron unas 900 unidades y, actualmente, SEAT cuenta con una a la que está realizando una profunda restauración. Y cómo no, esta se encuentra en el taller de la Nave A122 que el equipo de SEAT Históricos, capitaneados por Isidre López Badenas, tiene en la Zona Franca de Barcelona (aquí tienes el porqué de su nombre).