Varios países tienen un coche convertido en un icono porque fue el que motorizó a la sociedad, ofreciéndole libertad de movimientos. En Alemania fue el Volkswagen Escarabajo (esta es su historia). En Francia el Citroën 2 CV (esta es su historia). En Italia el FIAT 500. Y en España fue el SEAT 600. De Seilla se hicieron muchas versiones, algunas deportivas firmadas por Abarth. Pero hay una muy especial, la más bestia que se ha realizado: el S-600 JTR.
El creador de este S-600 JTR es Juan Trino Racing, empresa especializada en la fabricación de prototipos E2 y E1 para competir en carreras en cuesta. Este 600 entra en la categoría CM, ya que ha recibido modificaciones considerables y no puede competir con turismos. Está construido sobre la carrocería original de un 600, del que conserva aún el número de bastidor. Sin embargo, ahí termina cualquier parecido con un modelo original. Debajo, se esconde un chasis multitubular fabricado en acero al carbono.
S-600 JTR, el SEAT 600 más bestia que existe
Lo primero que llama la atención del S-600 JTR es lo bajo y, sobre todo, lo ancho que es. Esa anchura está acentuada por los gigantescos pasos de rueda realizados en fibra. Comparado con un SEAT 600, que medía 1,38 metros de ancho, este alcanza los 1,78 metros. Igualmente, crece el ancho de vías, pasando de los 1,1 metros del original a los 1,74 metros y la distancia entre ejes aumenta de 2 a 2,24 metros. Otro elemento estético que no pasa desapercibido es el enorme alerón de competición atrás. Todo esto explica que el coche soporte la potencia que le echen y se mantenga estable a altas velocidades.
Al igual que el exterior, el interior del 600 se ha modificado por completo. En lugar de un cómodo espacio con cuatro asientos, encontramos una configuración biplaza totalmente de carreras, con dos asientos baquets de competición, una jaula antivuelco y la instrumentación justa y necesaria.
Motor de una Suzuki
Aunque, quizá, la parte más sorprendente sea le motor que, lógicamente, no tiene absolutamente nada que ver con el original. Este S-600 JTR está movido por un bloque de 1.3 litros procedente de una Suzuki Hayabusa. Produce entre 185 y 205 CV y es capaz de girar a 14.000 vueltas, emitiendo un sonido, simplemente, espectacular, como puedes ver en el vídeo que te mostramos arriba, de JTR.
El coche monta suspensión independiente en las cuatro ruedas con regulación, además de un equipo de frenos compuesto por discos ventilados en ambos ejes, de 265 mm con pinzas de cuatro pistones delante y 265 mm con pinzas de dos pistones detrás. En su conjunto, pesa apenas 615 kg, por lo que tenemos una excelente relación peso-potencia de 3 kg/CV. Con semejante potencia y poco peso, se comprende que sea capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4 segundos y alcanzar los 200 km/h de velocidad máxima. Debe ser una experiencia ir tan rápido en una ‘pelotilla’ como esta.
8 coches muy importantes para la historia de España y los españoles
Como recogen los compañeros de La Escudería, las imágenes que ilustran este artículo sobre de la participación de Salvador Cañellas en la cuesta Alp 2500 hace unos años. La idea surgió un día que el piloto catalán acudió a la tienda Kit Car 43 a firmar unas maquetas del Goggomobil con el que corrió en su momento, planteándose la prueba como un homenaje a sus actuaciones a los mandos del diminuto coche con el que hacía frente a los todopoderosos Porsche.
Historia de España
El SEAT 600 forma parte de la historia de España y no se entendería la segunda mitad del siglo XX sin él. Fue el primer automóvil de masas comercializado en nuestro país y el que proporcionó libertad de movimiento a muchas familias españolas, precisamente, en una época en la que carecían de otro tipo de libertades.
La historia del misterioso Seat 600 que descansa desde hace décadas en Ciudad Universitaria
El 3 de agosto de 1973, mientras se descosían las costuras de la dictadura franquista, cesó la producción del mítico utilitario para dar paso a un nuevo modelo más moderno y adaptado a las necesidades del momento, el SEAT 133. Sin embargo, siempre permanecerá en la memoria de los que lo vivieron junto a él y en los corazones de los que llegaron después.
Imágenes: Ramón Sala, Jordi Rodríguez y Josep María Montaner.