Durante el pasado Salón de Ginebra 2016, celebrado a comienzos de año, la firma sueca presentó la actualización de su modelo más popular en Europa y ahora, unos meses después, he tenido la oportunidad de probar los Volvo V40 2016 y V40 Cross Country 2016 para poder comprobar de primera mano si los cambios introducidos le han sentado bien a este compacto. Las novedades no son muchas, afectan principalmente al apartado estético y de equipamiento, pero son suficientes para que mantenga el tipo frente a su competencia.
El Volvo V40 2016 que pruebo rivaliza con automóviles del segmento compacto de corte ‘premium’, como el Audi A3 (prueba), el Mercedes Clase A (prueba) o el BMW Serie 1 (prueba). Frente a estos, el modelo de Volvo apuesta por ofrecer una imagen diferente a lo que suele ser habitual, con un aspecto que recuerda más al de un turismo con carrocería familiar que al de un vehículo del segmento C. Todo ello sin renunciar a ciertos toques deportivos gracias a su marcada línea de cintura ascendente o al nuevo capó, en forma de flecha y con nervios recorriendo su superficie.
Es en el frontal donde encontramos una de las principales novedades del Volvo V40 2016 y V40 Cross Country, pues ambos estrenan unos grupos ópticos que adoptan el aspecto de los últimos lanzamientos de la marca, como son el Volvo XC90 o los S90 y V90. Ahora disponen del característico ‘Martillo de Thor’, que es como denomina la firma al diseño de la luz de LED diurna en forma de ‘T’ tumbada, aunque no en todos los acabados vienen de serie.
También cambia ligeramente la parrilla delantera, al tiempo que han aprovechado para ampliar la paleta de colores para la carrocería con la adición de cinco tonos inéditos, entre los que encontramos dos totalmente nuevos para Volvo (Amazon Blue y Denim Blue) y tres que ya estaban disponibles en otros de sus vehículos (Bursting Blue, Mussel Blue y Luminous Sand). Los cambios del nuevo Volvo V40 en el exterior se completan con ocho llantas de nuevo cuño, tanto para el V40 normal como para el V40 Cross Country.
Y ya que he mencionado a este último, decir que el Volvo V40 Cross Country 2016 se diferencia del resto de la gama gracias a su mayor altura libre al suelo, que aumenta en 40 mm, a las protecciones plásticas que recurren la parte inferior de la carrocería, incluidos los pasos de rueda, unas molduras metálicas que cubren los bajos en el frontal y en la zaga y por la adición de unas barras portaequipajes en el techo. Las motorizaciones de gasolina equipan además un sistema de tracción a las cuatro ruedas y un control de descenso de pendientes, algo que no está disponible en los diésel. Es unos 1.300 euros más caro que un V40 a igualdad de mecánica y acabado.
En el interior del Volvo V40 de la prueba tampoco presenta muchos cambios con respecto al modelo que comercializaban hasta ahora (aquí tienes la prueba del anterior Volvo V40). Las diferencias se centran en los nuevos tapizados, con la tapicería llamada City Weave heredada del espectacular prototipo Volvo Concept Estate, en las renovadas inserciones decorativas disponibles tanto para el salpicadero como para los guarnecidos de las puertas. Además, y por primera vez, el V40 incluye como opción un revestimiento negro para el techo.
El sistema multimedia también ha sido objeto de una ligera actualización, ya que los V40 2016 y V40 Cross Country 2016 ofrecen nuevas funcionalidades con la app Volvo On Call para teléfonos inteligentes. De ahora en adelante es posible acceder y controlar a distancia una amplia gama de funciones del vehículo, además de con dispositivos como Apple Watch o Android Wear, como sucedía hasta ahora, también con Microsoft Band 2, lo que permitirá controlar por voz determinadas funciones cuando se utilizan ‘smartphones’ basados en Windows 10.
El resto de características permanecen intactas, como por ejemplo, su habitabilidad, que continúa siendo un tanto justa en las plazas traseras debido a la pronunciada caída de techo. Está homologado con cinco plazas, pero la banqueta trasera solo es recomendable para dos pasajeros adultos ya no solo por la escasa altura al techo, también porque el espacio disponible para los hombros no es especialmente amplio. El maletero del Volvo más pequeño tampoco cambia, ofrece 335 litros de capacidad, que pueden llegar a 1.032 litros si abatimos la segunda fila de asientos.
El Volvo V40 está disponible con cuatro niveles de equipamiento: Kinetic, Momentum, Inscription y R-Design. Independientemente del que escojas, incorpora de serie elementos inéditos ya no solo entre los automóviles de su segmento, también entre los vehículos en general, como un airbag para peatones que se despliega en caso de atropello. El sistema City Safety, que también es de serie, es capaz de detener el vehículo si detecta que vamos a colisionar contra un peatón, otro coche e incluso, contra un ciclista. Durante la Jornadas Volvo de Conducción Segura pude poner a prueba este dispositivo y lo cierto es que no falló ni una sola vez.
El Volvo V40 Cross Country, por su parte, se ofrece con un total de tres acabados diferentes: Kinetic, Momentum e Inscription. Otros elementos de equipamiento que hay que destacar son el control de crucero adaptativo, el asistente de mantenimiento en carril, el detector de vehículos en el ángulo muerto, el avisador de tráfico cruzado (advierte de la aproximación de coches cuando, por ejemplo, salimos marcha atrás de una plaza de parking) o el asistente de aparcamiento, que se encarga de mover el volante a la hora de estacionar.
He tenido oportunidad de probar el Volvo V40 2016 con motorización D2 que, con sus 120 CV se posiciona como el diésel menos potente de la gama. Su comportamiento sigue siendo igual de cómodo y seguro que el de su antecesor, pues no han cambiado nada a nivel de chasis o suspensiones. En este caso, el bloque de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada estaba ligado al cambio automático opcional de seis velocidades, que tiene un funcionamiento muy agradable y un sobrecoste de 1.997 euros (en el caso del D2). Este modelo anuncia un gasto combinado de combustible de tan solo 3,8 litros por cada 100 kilómetros, aunque durante esta toma de contacto no logré aproximarme a dicha cifra. Aunque no sirva de referencia, el consumo medio, circulando en zona urbana y vías rápidas, se quedó justo en 6l/100km.
Además de este, también pude probar el Volvo V40 Cross Country equipado con la motorización diésel D3, que con sus 150 CV de potencia, se posiciona como la mecánica de gasóleo intermedia de la gama (solo es superada por el D4 de 190 CV). Dinámicamente, no se aprecian diferencias con respecto al V40 normal, quizá lo único sea la altura, ya que al incrementar su distancia al suelo en 4 cm, hace que estemos sentados más arriba. Tampoco se aprecian diferencias destacables en cuanto a las prestaciones ni el consumo, ya que con este también obtuve un gasto medio de 6 litros.