Con casi toda seguridad, el SEAT 600 es nuestro modelo más querido. Reconocible como muchos, pero tan querido como pocos. Ayudó a la transformación del país, motorizando a una sociedad que empezaba a querer realizar largos viajes.

Gracias a la TraveSEAT 2023, la concentración más importante de ‘Pelotillas’ del país -añadiría del mundo-, y a SEAT Históricos, el departamento que se encarga de custodiar y cuidar con mimo todas las unidades que se guardan en la Nave 122, grupo capitaneado eficazmente por Isidre López, hemos podido probar un SEAT 600 D Descapotable.

Como puedes ver en el vídeo, la unidad está en perfectas condiciones, en estado de revista. Sus contenidas dimensiones –tiene una longitud de 3,30, una anchura de 1,38 y una altura de 1,40 m-, las puertas de apertura suicida -imagínate por qué se le llama mirabragas(aquí te cuento más curiosidades del Seat 600)– y los neumáticos con el flanco blanco hacen de él, un Seiscientos muy, muy atractivo.

Se trata de un D de la primera serie, como ponen de manifiesto los paragolpes planos, los tapacubos más redondeados y que los faros no tienen visera. Asimismo, el depósito va en el lateral, pudiendo meter 27 litros, y no de forma transversal con una capacidad de 30 litros como en la Serie 2.

Por dentro, el espacio es muy justo -la batalla es de 2 metros-. Por eso, que no te extrañe si ves conduciendo a algún propietario con el codo por fuera de la ventanilla. Gracias a que circulamos con este descapotable, que realmente es como un 600 normal pero con una cortinilla enrollable en el techo y, como te podrás imaginar, de ajuste manual, no es necesario bajar las ventanillas, y eso que fuera hace 35 grados.

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De mover al Pelotilla se encarga un motor de 21 CV que se queda justo, a pesar de sus 600 kilogramos que marca la báscula. Por eso, tienes que cambiar la forma de conducir y adelantarte a todo: curvas, cuestas… Y también adaptarte a la dirección, nada directa, y a sus frenos de tambor, poco efectivos.

Pero hacer kilómetros con él tiene el mismo encanto que el coche en sí. También atravesar pueblos y ver como la gente se queda mirando, como saluda o, incluso, como sonríe. Nostalgia.

No te pierdas la prueba del SEAT 600 D descapotable para conocer a fondo el coche y saber cómo conducían nuestros antepasados. Una experiencia, inolvidable.

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